“No pretender otra paga, sólo ésta y la gracia de ser elegido para servir” Consejos del Papa a los cardenales electos: “Que esta vocación te haga crecer en humildad y en espíritu de servicio”

"Asombro y gratitud" del cardenal Arizmendi Esquivel en su nueva misión
"Asombro y gratitud" del cardenal Arizmendi Esquivel en su nueva misión

Cardenales humildes y austeros para servir. Éstos son los purpurados que quiere el Papa

“Recibirás saludos y expresiones de cercanía de mucha gente que te quiere bien; acéptalos con sencillez”

“En tu corazón, te hará bien recordar, en medio de esta alegría, la entrada de Jesús en Jerusalén...y el viernes subsiguiente”

Como un padre a sus hijos. Una carta del Papa repleta de consejos. La recibió monseñor Felipe Arizmendi Esquivel (y se supone que todos los demás cardenales electos) el 25 de octubre, el día en que, desde la cátedra de la ventana, se enteraba de que el Papa Francisco le había concedido el birrete cardenalicio.

Breve, pero enjundiosa, la carta del Papa quiere desmontar cualquier atisbo de poder, pompa y vanidad que todavía pueda conservar en sus entrañas de siglos el cardenalato católico. Con tono cercano y cariñoso, Francisco invita a la humildad y al servicio desde las primeras líneas: “Deseo que esta vocación la que el Señor te llama te haga crecer en humildad y en espíritu de servicio”.

Nótese que el Papa habla de “vocación”, no de honores ni de privilegios. Una vocación que, según la carta papal, los purpurados tienen que vivir con esta actitud: “Somos siervos inútiles”. Porque eso es “lo que nos enseñó el Señor a decir después de haber hecho nuestro trabajo”. Sin buscar nada más: “No pretender otra paga, sólo ésta y la gracia de ser elegido para servir”.

Poco amigo de las consideraciones retóricas y de las abstracciones, el Papa baja más a lo concreto y advierte al cardenal electo mexicano: “Recibirás saludos y expresiones de cercanía de mucha gente que te quiere bien; acéptalos con sencillez”.

El Papa y Azurmendi

A renglón seguido, Francisco se referencia a la lección evangélica: “En tu corazón, te hará bien recordar, en medio de esta alegría, la entrada de Jesús en Jerusalén...y el viernes subsiguiente”.

Y el Papa regresa a la vida real: “Te recomiendo cuidar que las celebraciones que los fieles te hagan sean sencillas y lejos de todo espíritu mundano”.

Cardenales humildes y austeros para servir. Éstos son los purpurados que quiere el Papa y ésa es la intención que presenta al Señor: “Rezo para que éste sea tu gozo en el día de hoy y a lo largo de toda tu vida y que, al final, le puedas decir al Señor: 'Nunca puse tu luz debajo de la cama'”.

Francisco se despide de monseñor Arizmendi con su habitual petición: “Rezo por ti; por favor hazlo por mí. Que Jesús te bendiga y la Virgen Santa te cuide. Fraternalmente”. Y su firma casi microscópica.

Arizmendi

La ceremonia de creación de los 13 nuevos cardenales está prevista para el día 28 de noviembre. Pero, dadas las circunstancias de la segunda ola de la pandemia, que arrecia en el mundo, nadie puede confirmar que el séptimo consistorio del Papa Francisco vaya a ser presencial. Más aún, algunos aseguran que podría ser totalmente virtual por primera vez en la historia y otros se decantan por una ceremonia mitad presencial, especialmente para los seis cardenales italianos, y mitad virtual para los siete restantes de diversas partes del mundo. De hecho, los cardenales electos de Filipinas y de Brunei ya han comunicado que no podrán asistir presencialmente.

No es la primera vez que un cardenal recibe las insignias (birrete, anillo y pergamino de nombramiento) de manos de otra autoridad eclesiástica o civil, distinta del Papa. Por ejemplo, en España, durante la dictadura, Franco imponía el birrete cardenalicio a los cardenales españoles por un privilegio del que también disfrutaban los Jefes de Estado de Italia, Francia y Portugal.

Carta del Papa a monseñor Arizmendi
Carta del Papa a monseñor Arizmendi

Carta del Papa a Arizmendi
Carta del Papa a Arizmendi

Volver arriba