Las víctimas critican al Episcopado por seguir ocultando casos Los obispos de EE.UU. afirman que ni homosexualidad ni celibato explican los abusos sexuales

La homosexualidad, el celibato y un clero exclusivamente masculino no son causas suficientes para explicar los abusos sexuales cometidos por sacerdotes católicos, según un estudio divulgado hoy por la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.

Este informe cita la mala formación en los seminarios y la falta de apoyo emocional para los hombres ordenados sacerdotes en las décadas de 1940 y 1950 como posible origen de los escándalos sexuales de las últimas décadas, que han costado a la Iglesia Católica de EEUU unos 1.800 millones de dólares, principalmente en indemnizaciones a las víctimas.

El estudio, encargado por la Conferencia de Obispos al Colegio John Jay de Justicia Criminal, en Nueva York, sostiene que "el incremento de los casos de abuso en las décadas de 1960 y 1970 estuvo influido por factores sociales de la sociedad en general".

Este estudio es el tercero encargado desde 2002 por la Conferencia Episcopal estadounidense con respecto a los centenares de casos de abuso por parte de sacerdotes denunciados en este país.

Muchos católicos y críticos del catolicismo sostienen que los abusos son resultado del celibato, obligatorio para los sacerdotes de esta confesión, de la presencia de homosexuales en ese clero y del hecho de que el sacerdocio está reservado sólo para los hombres.

El informe, de 300 páginas, señala que el hecho de que la gran mayoría de las víctimas hayan sido varones se debe principalmente a que los sacerdotes han tenido más contacto con niños que con niñas en las escuelas y las parroquias.

Según la investigación sobre los casi 6.000 sacerdotes acusados en las últimas cinco décadas de abusos sexuales -esto es alrededor del 5 por ciento de todos los sacerdotes en funciones durante el período- se puede considerar pedófilo a menos del 4 por ciento.

"Los sacerdotes abusadores no fueron 'sacerdotes paidófilos'", afirmó rotundamente el estudio.

Los investigadores señalaron que el incremento del ingreso de homosexuales en los seminarios ocurrió a fines de la década de 1970 y comienzos de la década de 1980, un período en el cual comenzó a disminuir la tasa de abusos sexuales cometidos por sacerdotes.

En opinión de Barbara Dorris, portavoz de una red de apoyo a víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés) que habló con Efe desde Chicago, el documento "está equivocado, presenta excusas y echa la culpa de lo ocurrido a otros".

"Los obispos desconocen el punto central: y es que los obispos protegieron y permitieron que los abusadores siguieran abusando de niños", añadió Dorris.

En su opinión, "su comportamiento no ha cambiado", como lo demuestra el que, en febrero pasado, un jurado investigador en Filadelfia (Pensilvania) encontró que por lo menos 37 sacerdotes católicos "contra los cuales hay denuncias firmes de abuso, siguen en el ministerio activo".

Según Dorris las reglas que en años recientes ha adoptado la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU para afrontar los delitos de abusos sexuales cometidos por los sacerdotes "en lugar de proteger a las víctimas protegen a las archidiócesis y a los abusadores".

"Los obispos son hombres bien educados, que tienen empleados a sus órdenes y tienen recursos enormes a su disposición de manera que no hay excusas", dijo, añadiendo que "hasta los niños saben que si se comete un crimen hay que llamar a la policía".

Ayer, en el Vaticano, la Congregación para la Doctrina de la Fe indicó a los obispos en todo el mundo que es importante su colaboración con la policía en la denuncia de los sacerdotes que abusan sexualmente de menores.

El Vaticano pidió a los obispos que en el plazo de un año elaboren normas para la prevención de esos abusos.

El mensaje de la Santa Sede causó igual reacción de los grupos de víctimas de abusos por parte de sacerdotes, ya que el Vaticano no estipuló que los obispos deban seguir las recomendaciones y porque enfatiza la autoridad exclusiva de estos prelados para determinar si las denuncias de abuso son válidas.

(Rd/Ep)

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