12 años después, los carmelitas regresan a Sucumbios, con el apoyo de monseñor Lazzari y del Papa El Emaús de Lumbaqui: "Se abren las puertas para retomar el proyecto de Iglesia comunitaria, sinodal y amazónica"

Vuelta de los carmelitas a Sucumbíos
Vuelta de los carmelitas a Sucumbíos

"Durante este tiempo la Iglesia de Orellana nos abrió las puertas y hemos podido seguir construyendo Reino en la Amazonía"

"Luego de una audiencia personal de Monseñor Celmo, el Papa Francisco daba el visto bueno para el regreso de los Carmelitas"

"La eucaristía presidida por nuestro Obispo Monseñor Celmo Lazzari, llena de alegría y de símbolos, hizo renacer en nosotros la luz, la alegría, la esperanza. Jesús estaba ahí presente. Jesús había resucitado"

"Atrás queda la noche, el exilio, la angustia. Como nos decía Monseñor Celmo, lo importante es el futuro. Una vez recuperada la ilusión, la esperanza con el pan compartido en Emaús/Lumbaqui"

Fue una linda experiencia de fraternidad y de comunidad, una experiencia de resurrección,  de vida. Presidida por Monseñor Celmo Lazzari, Vicario Apostólico de Sucumbios y con la presencia del P. Robin Calle, Delegado Provincial de los Carmelitas del Ecuador, celebrábamos la Eucaristía de Acción de Gracias por el retorno de los Carmelitas a Sucumbíos.

Con la iglesia de Lumbaqui totalmente llena, con la presencia de ministerios de muchas de las Comunidades de  la Iglesia de Sucumbíos y también de los equipos misioneros. Hace doce años los Carmelitas salían de Sucumbíos. Tristes por todo lo sucedido. Como los discípulos de Emaús, luego de la muerte de Jesús. Ellos habían soñado en algo grande “nosotros pensábamos que El iba ser el gran liberador del pueblo”.  El modelo de Iglesia que se había soñado y que se estaba construyendo, con mucho empeño y mucha ilusión… tenía que ser purificado.

Misa en sucumbíos
Misa en sucumbíos

Con la explicación de las escrituras que hace Jesús a los dos discípulos de Emaús y que les ayuda a hacer una relectura y una reinterpretación de la figura del Mesías liberador que se habían forjado, también nos ayuda a nosotros a entender “que era necesario que el Mesías padeciera para entrar la gloria”. Comprendimos que era necesario pasar por la noche oscura para llegar a la claridad de la aurora.

Durante este tiempo la Iglesia de Orellana nos abrió las puertas y hemos podido seguir construyendo Reino en la Amazonía. Pero en el corazón siempre estaba el recuerdo de Sucumbíos. Monseñor Celmo hizo varios intentos para conseguir el regreso, pero siempre aparecía algún obstáculo insalvable. Hasta que por fin, y luego de una audiencia personal de Monseñor Celmo, el Papa Francisco daba el visto bueno para el regreso de los Carmelitas.

Tras doce años de noche, de exilio, de separación …. Nuevamente se abren las puertas para retomar el proyecto de Iglesia comunidad, sinodal y amazónica. Y eso es lo que se expresaba en las ofrendas que la Iglesia de la zona pastoral Lumbaqui/Puerto Libre presentaba en la celebración de la Eucaristía con motivo de la toma de posesión del nuevo párroco:

Carmelitas en Sucumbíos
Carmelitas en Sucumbíos

1.-  Infancia Misionera. Una plantita. Los niños y las niñas de la Infancia Misionera, junto con todos los niños y las niñas de la  catequesis ofrecemos esta pequeña plantita como símbolo de nuestro aporte a la construcción de la nueva Parroquia, especialmente nuestra alegría y nuestra ternura.

2.- Jóvenes: Huellas / pies caminando. Son ya casi cien años de la llegada de los Carmelitas a Sucumbíos. Estas huellas, estos pies que presentamos como ofrenda quieren recoger todo el trabajo de tantos misioneras y misioneras a lo largo de estos cien años. Y como jóvenes nos comprometemos a seguir esas huellas y ese camino, que nos llevan a Jesús y a trabajar con El por la construcción del Reino.

3.- Los ministerios de las comunidades. Una red. Los ministerios de las comunidades presentamos como ofrenda en esta Eucaristía una red, que es un instrumento común en nuestro trabajo en la zona, y lo presentamos como símbolo de esa gran red que queremos formar con nuestro nuevo Párroco, el P José, para acoger a muchos hermanos y hermanas que se han separado de nuestra Iglesia.

4.- Comités de la fiesta de la Virgen. Maqueta de la Iglesia. Como miembros de los diferentes comités pro fiesta Nuestra Señora del Cisne, nuestra patrona, queremos ofrecer con esta maqueta nuestro compromiso de trabajar por mejor las instalaciones de nuestra Iglesia para que pueda prestar un mejor servicio a nuestro pueblo.

Regreso de los carmelitas a Sucumbíos
Regreso de los carmelitas a Sucumbíos

5.- Ministerios. Pan, vino y compartir. El pan y el vino compartidos y repartidos, en la vida y en la Eucaristía, son el signo visible de la presencia del Reino entre nosotros. Por eso presentamos en esta misa como ofrenda de la comunidad que celebra el regreso de los Carmelitas y se compromete hacer realidad en nuestra vida esa comunidad solidaria que animada por la presencia de Jesús resucitado quiere ser siempre mensajera de paz y de alegría, especialmente para los más pobres y marginados.

La celebración de la Eucaristía del día domingo fue realmente una nueva experiencia del encuentro de Jesús con los discípulos de Emaús. Las emociones, los encuentros, los saludos, los abrazos, la fiesta del reencuentro luego de estos doce años de oscuridad y de noche. La eucaristía presidida por nuestro Obispo Monseñor Celmo Lazzari, llena de alegría y de símbolos, hizo renacer en nosotros la luz, la alegría, la esperanza. Jesús estaba ahí presente. Jesús había resucitado.

Regreso carmelitas a Sucumbíos
Regreso carmelitas a Sucumbíos

Los discípulos “se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde se encontraron con los apóstoles … y les contaron lo que les había sucedido por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan”.  Luego de la celebración del día domingo, los Carmelitas regresamos a Sucumbíos para decir que Jesús ha resucitado y está en medio de nosotros.

Atrás queda la noche, el exilio, la angustia. Como nos decía Monseñor Celmo, lo importante es el futuro. Una vez recuperada la ilusión, la esperanza con el pan compartido en Emaús/Lumbaqui. Esperemos que la noche haya fortalecido nuestro espíritu para enfrentar los retos de la nueva etapa. Que el Señor Resucitado y nuestra Señor del Carmen no acompañen en la nueva andadura y podamos contar a nuestros hermanos y hermanas de Sucumbíos.

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