Después de 61 años como jesuita y 50 de sacerdocio Fallece en La Habana el padre Jorge Cela S.J., 'servidor fiel y generoso'

Padre Jorge Cela S.J.
Padre Jorge Cela S.J.

El padre Jorge Cela S.J.,falleció de un infarto fulminante, habiendo dado negativo en el test del Covid19 y haciendo la cuarentena en su comunidad

Tenía 61 años como religioso jesuita y cumplió hace unos meses sus bodas de oro sacerdotales. Ordenado en 1970, se licenció en Antropología y ocupó diversos cargos

Consideraba su principal aporte haber creado una metodología desde la realidad concreta, que aportaba precisión en un momento de grandes cambios en la Iglesia cubana

Vivió más de 30 años entre los barrios de Los Guandules y Guachupita insertado entre los pobres. Pedía fomentar "pequeños grupos de sociedad civil con espíritu fraternal y compromiso por el medio ambiente, la justicia y reconciliación"

(Holguín Católico).- Al dar la noticia del fallecimiento del Padre Jorge Cela Carvajal , S.J, el Superior de la Compañía de Jesús en Cuba, P. David Pantaleón SJ, le ha definido como “compañero sacerdote, servidor fiel y generoso”.

El P. Cela falleció en su residencia, al amanecer del domingo 29 de noviembre a los 79 años de edad. Sus restos fueron expuestos en la iglesia parroquial del Sagrado Corazón de Jesús (Reina) el mismo domingo a la 1:00 de la tarde, en que se realizó una liturgia de oración por su descanso con transmisión en vivo desde el perfil de Facebook de Vida Cristiana.

Fieles y religiosas de la comunidad participaron en esta despedida en la que se proclamó el salmo 23: El señor es mi Pastor nada me falta y el Evangelio de Mateo: Venid a mi quienes estén cansados y agobiados porque yo les aliviaré. Mi yugo es suave y mi carga serena”.

Delante del altar se habían colocado los restos jesuita cubano, con una fotografía que recordaba sus 50 años de sacerdocio.

En un comunicado, el provincial P. Martin Lenk S.J. había indicado un infarto fulminante como la causa de su muerte. El P. Cela  había regresado de Santo Domingo hace una semana, habiendo dado negativo en el test del Covid19 y estaba haciendo la cuarentena en su comunidad. El día anterior había conversado con el Superior, el P. Pantaleón, un par de veces por teléfono planificando unas reuniones. Encontraron su habitación ordenada. “Sobre la mesa se veía que había estado trabajando en algunos documentos. Le llamó a las 3:50 am esta madrugada diciéndole que se sentía muy mal. Lo encontraron recostado y como dormido. Así falleció” .

El P. Cela tenía 61 años como religioso jesuita y cumplió hace unos meses sus bodas de oro sacerdotales. “Con dolor y consuelo” el Provincial ha dado “gracias a Dios por su vida de entrega y amor”. El entierro fue el mismo día a las 3:00 PM.

P. Cela
P. Cela

Nacido en La Habana en 1941, el  P. Jorge Cela Carvajal estudió en el habanero Colegio Belén terminando en 1959, año del triunfo de la revolución en que entró al noviciado de El Calvario, La Habana. Hizo el segundo año de noviciado y el juniorado en Los Teques, Venezuela (1960-63). Estudió la filosofía en Alcalá de Henares, España. Hizo el primer año de magisterio en Belén Jesuit Prep de Miami y el segundo en el Colegio Loyola de Santo Domingo.

Estudió teología en Regis College, Toronto, siendo ordenado en 1970 en San Juan, Puerto Rico. Obtuvo la maestría en Antropología en la Universidad de Illinois y un Diploma en Pastoral para el Desarrollo en Lumen Vitae, Bruselas.

De 1973 a 2003 vivió en una comunidad inserta y trabajó en las parroquias de Guachupita y Guandules en Santo Domingo. Fue profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, el Seminario Santo Tomás de Aquino y el Instituto Filosófico Pedro Francisco Bonó.

Dirigió la ONG Ciudad Alternativa (1988-1992) y el Centro de Estudios Sociales P. Juan Montalvo, S.J. (1993-2003). Fue Director de la revista Estudios Sociales y Coordinador del Sector Social en la Asistencia de América Latina Septentrional.

Durante 45 años vivió su sacerdocio en República Dominicana al tiempo que realizaba otros servicios.

En 2003 fue nombrado Director de Fe y Alegría Dominicana y luego Coordinador Internacional de la Federación Internacional Fe y Alegría.

Había salido de Cuba en 1960 y tardó 26 años en volver de visita a su patria y 50 en volver a vivir en ella.

En 1986 cuando regresó de visita “empecé a sentir lo que llamaríamos la vocación, la misión, el sentir que en Cuba había una misión para mí y que me sentía llamado a realizar esa tarea.“  Lo compartió en una entrevista en la Revista Espacio Laical, de la Arquidiócesis de La Habana en 2012.

Sus compromisos se lo impedían pero por fin lo logró en 2010 al ser nombrado Superior de la Región de Cuba.

Funeral
Funeral

Ya había colaborado con la Iglesia Cubana que, en 1998 le pidió coordinar los trabajaos de una encuesta nacional de dos años en todas las comunidades del país en vistas al Primer Plan Pastoral de la Iglesia Cubana y para estudiar cual era la realidad de la Iglesia. El P. Cela consideraba su principal aporte haber creado una metodología desde la realidad concreta, que aportaba precisión en un momento de grandes cambios en la Iglesia cubana que estaba recibiendo a mucha gente nueva o que regresaba.

La encuesta reveló, según el P. Cela, “una expectativa de mayor participación y comunión dentro de la Iglesia y una búsqueda del sentido de la vida” que él interpretaba como espiritualidad. También un deseo de escuchar a los jóvenes, aspectos que quedaron reflejados en el Plan Pastoral.

El P. Cela fue facilitador en el Encuentro Nacional de Laicos celebrado en el Cobre en 2016 ( A. Cantero)
En la citada entrevista de 2012 el P. Cela expresaba como el principal desafío para la Iglesia en Cuba “dar razón de nuestra esperanza” y también “construir comunidades de participación”.

Poco después fue nombrado Presidente de la Conferencia de Provinciales Jesuitas para América Latina, (CPAL) lo que le llevó dejar Cuba y residir en Río de Janeiro, Brasil. Dijo entonces de su nombramiento que sería una oportunidad de “mirar al futuro, no mirando hacia el Norte, sino mirando hacia el Sur”. Y eso mismo aplicado  a cada uno, que “al buscar la salvación, no tengamos que mirar hacia arriba, sino hacia el lado”. Comentó en un escrito sobre aquellos años que se sintió “Compañía de Jesús, heredero de lo construido por otros, compañero en la construcción del futuro” y hablaba de la imagen de la jirafa “con mirada de horizonte… y no la actitud del avestruz, de esconder la cabeza en la arena para no ver, sino con la espiritualidad de ojos abiertos que crea comunidades de compromiso”

Padre Cela
Padre Cela

Su servicio en la CPAL concluyó en 2017 y de regreso en Cuba se ha encargado de la coordinación de la Red de Centros Loyola en Cuba. Sus escritos breves con frecuencia aparecían en el boletín InfoSJCuba y en la publicación Vida Cristiana  que se reparte los domingos en toda Cuba. En el mes de octubre  reflexionaba sobre la nueva situación de pandemia para afirmar que “ni Dios está encerrado en las iglesias, ni la fe de la gente se promociona como la pasta de dientes o la cerveza”.

Ante el fenómeno de celebraciones virtuales el P. Cela expresaba su deseo de que “ojalá que no nos acostumbremos a orar con una comunidad virtual a un dios virtual. Y pedía mirar la “nueva situación como un kairós, una oportunidad para entrar en la conversión pastoral que nos piden el Papa Francisco en la Evangelii Gaudium y los obispos cubanos en el Plan Pastoral. Para pasar de una Iglesia de masas a una Iglesia de pequeñas comunidades, en las que, respetando protocolos y evitando multitudes, celebremos la Palabra y fomentemos la fraternidad”.

Pedía fomentar “pequeños grupos de sociedad civil con espíritu fraternal y compromiso por el medio ambiente, la justicia y reconciliación”.

No admitía la excusa de la falta de recursos sino obrar con lo que hay “ la gente de buena voluntad que se acerque, seleccionando y formando bien al liderazgo de estos procesos”.

Señalaba que ”la iglesia que tenemos nació de doce apóstoles, varios analfabetos, con grandes debilidades de formación y temperamento, con pocos recursos económicos. Creció en pequeñas comunidades en medio de un mundo pagano, con poca gente formada, sin templos ni sacerdotes permanentes. Pero con una fuerza espiritual, nacida de la resurrección, que los unía y enviaba”. 

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