Inicia la Asunción de María en Nicaragua con el tradicional grito: ¿"Quién causa tanta alegría?" La 'Gritería chiquita', siempre callejera, este año 'de penitencia' en los hogares, a causa de la pandemia

Socrates René Sandigo, obispo de la diócesis nicaragüense de León y Chinandega
Socrates René Sandigo, obispo de la diócesis nicaragüense de León y Chinandega

El obispo de la diócesis nicaragüense de León y Chinandega, Socrates René Sandigo, dio este viernes por iniciada la fiesta religiosa popular de "La Gritería chiquita" en honor a la Asunción de María

"La Gritería chiquita" es una demostración de fe popular a la virgen María el fin de la erupción del Cerro Negro, de 728 metros sobre el nivel del mar y uno de los más activos de Nicaragua, en 1947

La decisión de celebrar desde los hogares de la Iglesia nicaragüense no fu del agrado del Gobierno, que convocó a a colocar altares en las afueras de las casas y salir a las calles a rezar a la virgen María

El obispo de la diócesis nicaragüense de León y Chinandega, Socrates René Sandigo, dio este viernes por iniciada la fiesta religiosa popular de "La Gritería chiquita" en honor a la Asunción de María, en la que abogó por la no aglomeración debido a la pandemia de la COVID-19.

El obispo Sandigo, cubierto con mascarilla, inauguró la fiesta religiosa en el altar mayor de la Real e Insigne Basílica Catedral de la ciudad de León, en el noroeste de Nicaragua, con el tradicional grito de "¿Quién causa tanta alegría?", a lo que los feligreses respondieron: "La Asunción de María".

El jerarca dio está vez el grito de la tradicional "Gritería chiquita" o de "penitencia", como la llamó en esta ocasión, en el interior de la Catedral y no en la puerta principal, como ha sido la costumbre, por la pandemia.

"Hoy es un día muy especial, en una circunstancias muy especial", expresó el obispo, en alusión a la Asunción de la virgen María, lo que significa para los católicos nicaragüenses, y la pandemia del coronavirus.

"La Gritería chiquita" es una demostración de fe popular con cantos y oraciones agradeciendo a la virgen María el fin de la erupción del Cerro Negro, de 728 metros sobre el nivel del mar y uno de los más activos de Nicaragua, en 1947.

Sandinistas colocaron altares

A diferencia de otros años, en la que participan miles de nicaragüenses, la diócesis de León y Chinandega instó a la feligresía celebrar una "Gritería de penitencia" desde los hogares, con las puertas cerradas, debido a la pandemia de la COVID-19

Esa decisión no fue del agrado del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) que convocaron a sus seguidores a colocar altares en las afueras de las casas y salir a las calles a rezar a la virgen María.

Las relaciones entre la Iglesia Católica y los sandinistas, que han estado marcada por roces y desconfianzas en los últimos 41 años, se han tensado a raíz de la quema de la venerada imagen de Sangre de Cristo en una capilla de la Catedral de Managua, el pasado 31 de julio, la cual estuvo precedida de una ola de profanaciones contra templos en toda Nicaragua.

Sobre la tradición de la "Gritería chiquita", los historiadores aseguran que hace 73 años, un 10 de julio, el volcán Cerro Negro, el más joven de Centroamérica, hizo erupción y las cenizas que lanzó cayeron durante varios días sobre las viviendas de la ciudad de León.

En esa ocasión, los pobladores de esa ciudad, ubicada a 90 kilómetros al noroeste de Managua, por iniciativa del obispo Isidro Oviedo Reyes, levantaron altares en honor a la Asunción de María, cuya imagen fue paseada por las calles para pedir que cesara la actividad volcánica.

Después de los ruegos de los pobladores de la ciudad de León, la actividad del Cerro Negro cesó y, creyendo que era un milagro, las autoridades eclesiales de la época establecieron que cada 14 de agosto se celebrara en todos los municipios de ese departamento el día de "La Gritería Chiquita", en el que se canta a la Virgen y se reparten golosinas.

La actividad consiste en recorrer las calles de León y visitar altares en honor a la Virgen, con cánticos y rezos a la vez que se grita "¿Quién causa tanta alegría?", a lo que se responde: "La Asunción de María", y a cambio de rezar y cantar, los feligreses reciben dulces y en algunos casos pequeñas bolsas de granos básicos.

Para este año, sin embargo, por la pandemia del coronavirus y la crisis económica, el obispo Sándigo invitó a los católicos a moderar sus gastos.

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