Los obispos han investigado 271 casos de pederastia en la última década La Iglesia mexicana exige al Gobierno que los delitos de abusos a menores no prescriban

Los obispos mexicanos, contra los abusos
Los obispos mexicanos, contra los abusos

Rogelio Cabrera: "El mal perdura a lo largo de la vida de aquel que ha sido víctima"

217 religiosos han sido dimitidos del orden clerical aunque no se especificó si todos fueron por abusos o por otros delitos

El presidente del Episcopado admitió que la solución que la iglesia ha tomado tradicionalmente de trasladar a los abusadores ha sido “insatisfactoria y peligrosa”

La iglesia católica mexicana solicitó este martes al gobierno que modifique las leyes para que los delitos por abusos sexuales a menores no prescriban. Para Rogelio Cabrera, presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), es “injusto” que de acuerdo con la normativa actual no se pueda hacer nada después de diez años “puesto que el mal perdura a lo largo de la vida de aquel que ha sido víctima”.

De hecho, indicó que la Iglesia ya lo hace “en la práctica”, dado que admite denuncias hasta 20 años después de que la víctima llegue a la mayoría de edad.

El problema de la pederastia clerical está lejos de solucionarse en el país. Según los datos presentados el martes en conferencia de prensa, la CEM ha investigado a 426 sacerdotes en los últimos diez años, 271 de ellos por abusos sexuales.

155 casos en manos de la Fiscalía

Alfonso Miranda, secretario de la CEM, aclaró que de estos últimos, 155 casos han llegado a las fiscalías correspondientes, medio centenar más que los que había llegado en marzo de 2019. No obstante, matizó que estas cifras todavía son preliminares. También indicó que 217 religiosos han sido dimitidos del orden clerical aunque no especificó si todos fueron por abusos o por otros delitos.

Cabrera subrayó que no basta con atender jurídica y canónicamente el caso y que el responsable reciba el castigo correspondiente, sino que hay que resarcir a las víctimas y garantizar que todos los procesos sean “inmediatos, claros y expeditos” porque muchos de los problemas actuales para atenderlos ha sido la tardanza. También indicó que la solución que la iglesia ha tomado tradicionalmente de trasladar a los abusadores ha sido “insatisfactoria y peligrosa”.

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