Cientos de salvadoreños están varados en la frontera de México La Iglesia salvadoreña, preocupada por la situación de sus migrantes

El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar
El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar

Los obispos se muestran conmovidos particularmente por el caso Óscar Alberto Martínez y su pequeña hija Valeria, quienes murieron ahogados cuando trataban de cruzar el Río Bravo

Le piden al presidente del gobierno que “diseñe políticas que verdaderamente resuelvan este problema de la migración forzada” y respeten los DDHH

El arzobispo Escobar Alas también ha expresado su oposición a la posibilidad de que El Salvador se convierta en un país que bloquee el paso de los migrantes

Los obispos de las la iglesia católica de El Salvador expresaron el domingo su preocupación ante la situación que viven miles de salvadoreños en Estados Unidos, quienes están bajo la amenaza constante de ser deportados, y los que se encuentran varados en la frontera con México en “condiciones deplorables”.

El arzobispo capitalino, monseñor José Luis Escobar Alas, dijo en un mensaje a la prensa que la Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES), que aglutina a todos los obispo del país, que expresa su solidaridad con los migrantes “que sufren esta injusta persecución violatoria de sus derechos”. “Nos duele el sufrimiento de todos ellos, especialmente el llanto de los niños en los centros de detención, separados de sus padres”, expresaron los obispos de El Salvador.

A los obispos les conmovió particularmente el caso Óscar Alberto Martínez y su pequeña hija Valeria, quienes murieron ahogados cuando trataban de cruzar el Río Bravo, una tragedia captada en una fotografía que provocó indignación mundial.

“Nos preocupa profundamente la situación de los niños y niñas que sufren en los lugares de detención todo tipo de maltrato y, sobre todo, la separación de sus padres. Esta situación puede causar daños psicológicos irreparables”, agregaron en su comunicado.

“Nos duele el sufrimiento de todos ellos, especialmente el llanto de los niños en los centros de detención, separados de sus padres”

Escobar Alas dijo que los obispos esperan que el gobierno del presidente Nayib Bukele, al que felicitó por sus medidas para combatir la inseguridad generada por las pandillas y tratar de mejorar las condiciones de vida en las comunidades más pobres, “diseñe políticas que verdaderamente resuelvan este programa de la migración forzada”, y se brinde seguridad y garanticen los derechos de los migrantes.

Manifestación en El Salvador contra la corrupción
Manifestación en El Salvador contra la corrupción

Censuró el trató que se da los migrantes en su trayecto hacia Estados Unidos y dijo que “es injusto que se criminalice solo porque no tienen documentos, no son ni siquiera ilegales, son indocumentados”, afirmó. El prelado católico también expresó su oposición a la posibilidad de que El Salvador se convierta en un país que bloquee el paso de los migrantes.

“Es vergonzoso para nuestro país y ya ha sucedido en el gobierno pasado cuando caravanas venían y nosotros les bloqueamos el paso, eso es inhumano, es más, tenemos a nuestros hermanos que están sufriendo lo mismo, y no podemos nosotros actuar de esa manera”.

Escobar Alas afirmó que para terminar con el flagelo de la migración forzada hay que atacar frontalmente las causas de la migración como la violencia, la pobreza y las pocas oportunidades de estudio y trabajo, “además la corrupción que ha hecho tanto daño”.

En el caso de la migración forzada, el presidente Bukele dijo recientemente que según estadísticas que le proporcionó el gobierno de Estados Unidos, las caravas de migrantes están conformadas en un 40% por hondureños, otro 40% por guatemaltecos, un 8 o 9% de migrantes de otros países y solo un 11% de salvadoreños.

Se estima que más de 2,5 millones de salvadoreños viven en Estados Unidos, de los cuales 179.000 cuentan con Estatus de Protección Temporal. La última prórroga del TPS está programada a vencer en septiembre de 2019.

La caravana migrante, en la frontera con EEUU
La caravana migrante, en la frontera con EEUU

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