'Pro Ecclesia Sancta' habría podido montar una estructura piramidal de corrupción económica Jordi Bertomeu, comisionado del Papa para acompañar la investigación sobre presunta corrupción económica en una asociación religiosa peruana

Monseñor Castillo y monseñor Bertomeu
Monseñor Castillo y monseñor Bertomeu

"Las autoridades diocesanas sospechan que, en torno a la asociación ‘Pro Ecclesia Sancta’ se habría podido montar una estructura piramidal de corrupción económica"

"En esa estructura piramidal habría más de 100 ‘inversionistas’ y no se podría excluir el lavado de activos o de dinero sucio procedente, entre otros ámbitos, por ejemplo la droga"

"Al contrario de lo que se hizo en anteriores administraciones diocesanas, monseñor Carlos Castillo quiere sanear la diócesis a fondo"

Paola Ugaz: "Monseñor Castillo está muy sólo y, encima, ahora se va el cardenal Barreto, pero estoy segura de que, con la ayuda de Bertomeu, va a hacer todo lo posible para que no sigan utilizando el gorro de la Iglesia católica para cometer delitos"

El español Jordi Bertomeu está de nuevo en misión en Lima, como comisionado del Papa Francisco. Esta vez para acompañar y evaluar la investigación canónica diocesana sobre las presuntas irregularidades financieras atribuidas a ‘Pro Ecclesia Sancta’, un instituto de vida consagrada de derecho diocesano, aprobado por el cardenal Cipriani en 2007.

Fue el propio arzobispo de Lima, Carlos Castillo, el que ayer, en la homilía de la misa dominical lo anunciaba así: “Quiero terminar diciendo que la venida del Padre Jordi como representante del Santo Padre para la investigación de diversas causas se va a centra especialmente esta vez en el caso de los delitos cometidos en torno a las personas a las que se les pidió muchísimo dinero por parte del grupo ‘Pro Ecclesia Sancta’. Con rigor y seriedad, en la Iglesia estamos llamados a hacerla viva y, simultáneamente, a sancionar con claridad a quien cometa delitos. Eso no se puede permitir en nuestro país y, menos, en nuestra Iglesia”.

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Carlos Castillo
Carlos Castillo

Para poner coto a estos supuestos delitos, el arzobispo Castillo se puso en contacto con el Santo Padre, que decidió enviar a monseñor Bertomeu (esta vez sin el arzobispo Scicluna) a realizar una especie de auditoría institucionalizada sobre la sospecha de que Lima podría ser no sólo un epicentro de corrupción por abusos sexuales (recuérdese el caso Sodalicio, que sigue en estudio), sino también por abusos económicos.

Dado que nunca se informó en el pasado a la diócesis de las operaciones en torno a la parroquia del Sagrado Corazon de Jesús de Surco (Lima) y, menos aún, se solicitaron los oportunos permisos para actos de administración extraordinaria que prevé el derecho canónico universal, las autoridades diocesanas sospechan que, en torno a la asociación ‘Pro Ecclesia Sancta’ se habría podido montar una estructura piramidal de corrupción económica, en la que habría más de 100 ‘inversionistas’ y en la que no se podría excluir el lavado de activos o de dinero sucio procedente, entre otros ámbitos, por ejemplo la droga.

Al contrario de lo que se hizo en anteriores administraciones diocesanas, monseñor Carlos Castillo quiere sanear la diócesis a fondo, porque sabe que, como suele decir el Papa desde agosto de 2018 (en plena crisis de los abusos en Chile), los abusos sexuales suelen ir acompañados de abusos de poder, de conciencia, económicos y espirituales.

El Papa y Bertomeu
El Papa y Bertomeu

De ahí el proceso sanador emprendido por el arzobispo de Lima con el aval de Roma y ahora con la ayuda de Bertomeu, consciente de que está en juego el buen nombre de la Iglesia, una institución sumamente respetada en Perú. "La presencia de Bertomeu en Perú, una vez más, ratifica la importancia que el Vaticano concede a que la investigación llegue a buen puerto, porque la gente ha perdido en esa estafa unos 30 millones de dólares y le ha pedido a monseñor Castillo que les devuelva su dinero", explica la periodista Paola Ugaz, que descubrió, junto a Pedro Salinas, el caso del Sodalicio.

Aunque confía en que la investigación salga adelante, la prestigiosa periodista peruana cree que "monseñor Castillo está muy sólo y, encima, ahora se va el cardenal Barreto, pero estoy segura de que, con la ayuda de Bertomeu, va a hacer todo lo posible para que no sigan utilizando el gorro de la Iglesia católica para cometer delitos".

Paola Ugaz

Esta última misión especial de Bertomeu se suma, por tanto, a las recientes en Paraguay con el cardenal Tempesta (caso Belén Whittingslow, estudiante universitaria abusada en la Universidad Católica del país), Bolivia (caso de los abusos de menores cometidos por jesuitas) y la aún en curso al Sodalicio del Perú con monseñor Scicluna.

'Pro Ecclesia Sancta' fue fundada en Perú en 1992 por el sacerdote jesuita Pablo Menor Menor, natural de Villena, en su afán de promover las vocaciones a la vida religiosa y a la santidad. Por eso, solía decir: "Pro Ecclesia Sancta no podrá ser jamás otra cosa que una reunión de personas enamoradas de Jesucristo que, ayudadas por Él, se santifican amando apasionadamente a Dios y al prójimo".

En estos momentos Pro Ecclesia Sancta, obra del Sagrado Corazón de Jesús, está integrada por sacerdotes, consagrados y laicos y tiene comunidades en diferentes diócesis de Perú, en Estados Unidos, en Ecuador y en España. A Madrid llegó una primera rama masculina en el año 2000 y también cuenta con una comunidad femenina en la diócesis de Orihuela-Alicante.

Pro Ecclesia Sancta

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