Última sesión del congreso sobre Francisco de Caracas Luis Ugalde: “Venezuela es una inmensa periferia, en situación de indigencia y mendicidad mundial”

Prosigue el congreso en Caracas
Prosigue el congreso en Caracas

José Virtuoso: “Venezuela vive en una dictadura cruel y tiránica, que oprime al pueblo, sometiéndolo a una extraordinaria crisis humanitaria"

Pedro Trigo: “Los cristianos tenemos que vivir con compasión con los que no comen o no tienen un salario digno, y no saben cuándo terminará este calvario”

La cuarta y última sesión se centró ebn el tema “Juntos como pueblo de Dios en Venezuela”, con las intervenciones del profesor jesuita Luis Ugalde, con el rector de la UCAB, José Virtuoso, el teólogo jesuita Pedro Trigo y, con el cierre del cardenal Baltazar Porras. Los tres, con una denuncia clara y tajante de la situación actual por la que atraviesa el país: “Inmensa periferia”, para Ugalde; “una dictadura cruel y tiránica”, para el rector de la Universidad Andrés Bello.

El profesor Luis Ugalde comenzó diciendo que “Jesús no se centra en el centro, sino que revela el rostro de Dios desde la periferia de los excluidos”. Por eso, plantea su exposición en tres apartados:

“Venezuela ha pasado del centro a la periferia”, “Pinceladas sobre lo que la Iglesia significa en esta sociedad” y “La Iglesia llamada a renacer en el corazón de la periferia, en un país que se ha convertido íntegramente en periferia”

Ugalde asegura que “la propuesta de Chaves colocó a Venezuela en el centro de las miradas del mundo, gracias al resucitar de la utopía y gracias a la chequera”.

“Muy poco después la revolución y su modelo fracasan estrepitosamente, con inmensa ruina: cuatro millones y medio han salido, porque no pueden vivir. Estamos pasando del centro de las miradas a un inmenso desastre y ruina. Todo el país pasa a ser periferia, en situación de indigencia y mendicidad mundial. No tenemos medicinas ni podemos pagar las deudas”.

Y añadió: “No sólo hay empobrecimiento en los barrios, sino también en la clase media, en lso médicos, en los empresarios. Un fenómeno que nos afecta a todos”.

Salida a las perfierias

Por eso, “la salida a las periferias no es de una Iglesia que está acomodada en el centro, para ir a las periferias pobres. En este caso, todo el país se nos ha vuelto periferia. La Iglesia acompaña y se está volviendo cada vez más consciente de que está llamada por Jesús a actuar en el centro de esa periferia y asumir esta tragedia que es como un postguerra espantosa”.

Tras un repaso a la historia reciente de la Iglesia en Venezuela, el padre Ugalde aborda la llega al poder de Chávez, que “encarna el mesianismo militarista” y comienza la etapa “d ella utopía a la ruina nacional y en dictadura”. Y esto “es algo imposible discutir”. “Es una ruina que afecta a todos, incluidos los chavistas”.

A continuación, el padre Ugalde se pregúntó “cómo puede hacer la Iglesia venezolana para hacer renacer a este país”. A su juicio, “la Iglesia actual no es impositiva, tiene enormes dificultades económicas, es pobre y apenas puede mantener las parroquias y los seminarios”.

“Aquí, ni palacio episcopal ni presupuesto ni nada y, además, no depende de la financiación estatal y conserva una presencia significativa en los sectores pobres”, añadió el teólogo.

Un concilio no burocrático

“La Iglesia hace, además, un aporte educativo de calidad en los diversos sectores. Una cualidad extraordinaria de nuestra Iglesia”, a lo que hay que añadir “la venezolanización de las congregaciones religiosas” y “la primera Iglesia que celebra un Concilio plenario de talante pastoral y no burocrático”.

Además, “el episcopado se convierte en orientación” y se dan “devociones movilizadoras que desbordan los muros del templo y se convierten en clamor por el cambio”, asi como “numerosos laicos reconocidos en diversas profesiones” y “el florecimiento de la solidaridad”.

Para el jesuita, “la Iglesia se siente urgida a mirar hacia adelante y hacia afuera, para salir al servicio de los necesitados, con la humildad de ser una Iglesia pobre al servicio de un país empobrecido, para que Venezuela sea un pueblo reconciliado y para ser signo de esperanza en una país desesperanzado”, concluyó el padre Ugalde en medio de una enfervorizada ovación de la gente puesta en pié.

A continuación, intervino el padre José Virtuoso, con una conferencia titulada 'La misión de la Iglesia y la construcción de ciudadanía y democracia en Venezuela'.

“Venezuela vive en una dictadura cruel y tiránica, que oprime al pueblo, sometiéndolo a una extraordinaria crisis humanitaria. Una dictadura con una ideología que se impone por la fuerza. Los que se oponen a esa ideología son enemigos internos”, comenzó el rector de la UCAB.

Estado de guerra permanente

“Una dictadura que instaura un estado de guerra permanente entre los venezolanos y un Estado fallido. En Venezuela no hay salida, sin libertad, sin democracia”, añadió.

A su juicio, el clima social predominante es que “esto no puede seguir así”. Porque la situación “afecta a todos y cada vez más, con carencia, desamparo e indefensión”.

Para el padre Virtuoso, “un desenlace violento dejaría al país peor que ahora todavía”. Algunos optan por un desenlace violento, “porque por vías pacíficas no se conseguirá nada”. Además, “la gente se aleja de lo cívico, buscando la forma de sobrevivir”.

El rector jesuita aseguró que “hay que completar este panorama de desolación con otro que genera solidaridad, con espíritu de resistencia y creatividad, con espíritu cristiano, sin sucumbir ante las dificultades, luchando por el cambio en sus comunidades”.

Misión de la Iglesia en Venezuela

Pero, “el clima social es más bien de frustración”, porque “el pueblo quiere cambio urgente, un 90% evalúa negativamente la gestión de Nicolás Maduro y pide que haya elecciones libres y transparentes”.

Virtuoso se preguntó, a continuación, ¿cuál es la misión de la Iglesia en este contexto? “La voz de la Iglesia es de máxima autoridad moral en la Venezuela de hoy. Nuestra Iglesia es una luz que señala el camino en medio de la oscuridad, genera confianza y su voz es reconocida. Está llamada a ser fuente de reconciliación desde la justicia”.

A su juicio, la Iglesia tiene que ser en Venezuela “sacramento de reconciliación”, para superar “la tragedia que vivimos”. E invitó a sembrar esperanza en el corazón de los venezolanos. “No saldremos de esta terrible tragedia sin constructores de democracia y, para eso, hacen falta políticos y nosotros tenemos que formarlos”.

Esperanza de cambio

Para resumir, el rector Virtuoso señaló: “El papel de la Iglesia es mantener viva la esperanza de cambio, de que esta situación se puede transformar. Esta sociedad civil, que está achicopalada, no puede seguir así, si no nos convertiremos en una segunda Cuba. Tenemos que impedir que muera la ciudadanía, manteniendo viva la esperanza, que se apasione por lo posible”. Y la gente le despidió con otra gran ovación.

A continuación, el padre Pedro Trigo abordó el tema de la responsabilidad pastoral de la Iglesia en un contexto de crisis como la de la Venezuela actual. A su juicio, “el verdadero cristiano no puede desentenderse de la situación en la que vive y, en una situación de crisis, hace suyos los gozos y las esperanzas, pero sobre todo, las tristezas y las angustias, que impregnan a la mayoría de la población”.

Primero, “con actitud de simpatía” y, después, con “compasión con los que no comen o no tienen un salario digno o que no tienen agua ni luz ni transporte o que se han quedado solos y que no saben cuándo va a terminar este calvario”.

Para el teólogo, “este 'estar con' no es una actitud para ganar adeptos”, sino “una encarnación solidaria con el Pueblo de Dios”. Por eso, es necesaria “una ayuda humanitaria tanto capilar como organizada”, entregándose como Jesús que “nunca tuvo nada y siempre fue un 'pata-en-el-suelo'”.

Pedro Trigo sostuvo “que la Iglesia no puede meterse en política”, pero sí denunciar y trabajar positivamente para que “haya vida para todos”. “En el país tenemos que caber todo y juntos”.

Para eso, tiene que propagar la enseñanza social de la Iglesia y “hacer lo posible que la gente se encuentre de modo abierto, para hacerse cargo de sus problemas”.

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