El prelado rezó por los trabajadores el 1 de Mayo, en especial por los que se enfrentan a la pandemia Víctor Manuel Fernández recuerda a los trabajadores "que cumplen su función con el temor constante de exponer a sus seres queridos al contagio”

Mon. Víctor Fernández , arzobispo de La Plata
Mon. Víctor Fernández , arzobispo de La Plata

En el Día del Trabajadador, el arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández, recordó al personal que en estos momentos "cumple su función con el temor constante de exponer a sus seres queridos al contagio"

Pidió a Dios por ellos, para que “tengan paz y fortaleza, y para que sus esfuerzos se vean recompensados”

Mencionó al papa Francisco para recordar que, como él dice, "el objetivo no puede ser vivir de un subsidio, sino tener la posibilidad de dar lo mejor de sí a través del trabajo"

(AICA).- El arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, hizo llegar un saludo afectuoso a los “amigas y amigos trabajadores” en su día y consideró: “Ahora que muchos están privados de la posibilidad de trabajar, quizás valoremos más que nunca el sentido del trabajo”.

El prelado recordó que “el trabajo no es sólo un medio para ganar un salario sino también un camino digno de realización personal, de cooperación en la construcción de la sociedad”.

“Como tantas veces ha dicho el papa Francisco, el objetivo no puede ser vivir de un subsidio, sino tener la posibilidad de dar lo mejor de sí a través del trabajo”, sostuvo.

El arzobispo platense afirmó que en este día hay que recordar especialmente a los que sí están trabajando, y puntualizó: “A los trabajadores de la salud, de la policía, y tantos otros que cumplen su función con el temor constante de exponer a sus seres queridos al contagio”.

Monseñor Fernández pidió a Dios por todos ellos, para que “tengan paz y fortaleza, y para que sus esfuerzos se vean recompensados”.

Cristo del coronavirus
Cristo del coronavirus

Texto del saludo

Queridas amigas y amigos trabajadores, quiero hacerles llegar mi más afectuoso saludo en su día.

Ahora que muchos están privados de la posibilidad de trabajar quizás valoremos más que nunca el sentido del trabajo.

Porque el trabajo no es sólo un medio para ganar un salario sino también un camino digno de realización personal, de cooperación en la construcción de la sociedad.

Como tantas veces ha dicho el papa Francisco, el objetivo no puede ser vivir de un subsidio, sino tener la posibilidad de dar lo mejor de sí a través del trabajo.

Pero en este día tenemos que recordar especialmente a los que sí están trabajando. A los trabajadores de la salud, de la policía, y tantos otros que cumplen su función con el temor constante de exponer a sus seres queridos al contagio. Pido a Dios por todos ellos, para que tengan paz y fortaleza, y para que sus esfuerzos se vean recompensados.

A los creyentes les hago llegar mi bendición, y a quienes no creen un abrazo agradecido.

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