Informe Oxfam, cifras que espantan Monseñor Lozano: "Las desigualdades matan"

"Las desigualdades matan"
"Las desigualdades matan"

El arzobispo de San Juan de Cuyo observó que "la pandemia puso en evidencia inobjetable una situación de inequidad preexistente"

Es la reflexión del arzobispo de San Juan de Cuyo tras leer el informe Oxfam, cuyo título es tan elocuente como preocupante: 'Las desigualdades matan'

Un informe que el arzobispo de San Juan de Cuyo aconsejó a sus oyentes buscarlo en internet y leerlo detenidamente. Las cifras nos asoman a una fractura en la sociedad de difícil solución

Destacó que el informe de Oxfam señala que en el planeta muere una (1) persona cada cuatro (4) segundos a causa de la desigualdad y la pobreza

(Aica).- “Las desigualdades matan”, subrayó monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), al señalar en su reflexión semanal que “la pandemia del Covid puso en evidencia inobjetable una situación de inequidad preexistente”.

“Cuando el médico nos encomienda realizarnos estudios, comparó el arzobispo, estamos pendientes de los informes. Incluso, si tienen cierta complejidad, la ansiedad y preocupación son crecientes. Una vez conocidos los resultados viene el tiempo del tratamiento a realizar, que será más prolongado y complejo según la gravedad de la situación”.

Y agregó:

“Hace unos cuantos años que venimos señalando que vivimos en una sociedad enferma, aun antes de la pandemia del Covid 19. Enferma de violencia, de inseguridad, de avaricia, de adicciones”

Monseñor Lozano hizo hincapié en “un estudio que nos muestra la gravedad de la situación social a nivel global” y precisó que la publicación la realizó Oxfam, una organización mundial que está conformada por distintas instancias en varios países. El título del informe es tan elocuente como preocupante: “Las desigualdades matan”.

Un informe que el arzobispo de San Juan de Cuyo aconsejó a sus oyentes buscarlo en internet y leerlo detenidamente

“Todos reconocemos -explica monseñor Lozano- que la pandemia provocó una crisis económica de grandes proporciones. En América Latina implicó un retroceso cercano al 10% en promedio en la calidad de vida de la población. Este retroceso significó para unos postergar un viaje, una mudanza, un arreglo en la casa”. 

“Para muchos -precisó-, implicó caer bajo la línea de la pobreza y necesitar asistencia alimentaria; deterioro de la salud; involución en el proceso educativo. Una desventaja que se agudiza”.

“La pandemia incrementó la pobreza en el 99% de la población mundial. Sin embargo, observó el prelado, no faltaron quienes se enriquecieron cuantiosa y escandalosamente: ¡las 10 personas más ricas del mundo duplicaron su riqueza! Sí, leíste muy bien: la multiplicaron por dos”.

Y añadió: “Para algunos inescrupulosos lo que es un desastre global económico, afectivo, laboral, sanitario, educativo, es oportunidad de hacer negocios y fortalecer la avaricia insaciable. Aparecieron unos “milmillonarios” que acapararon fortunas”.

Monseñor Lozano destacó que “es cierto que crecieron iniciativas solidarias en varios frentes”, pero lamentó que “los poderes económicos no cesan de aumentar su voracidad para crecer sea como sea”.

“La pobreza extrema se explica con su contraparte: la riqueza extrema. No se entiende una sin la otra”

“Los más empobrecidos fueron obligados a migrar en búsqueda de mejores condiciones laborales, exponiéndose a ser secuestrados cayendo en las redes de la Trata de Personas para la prostitución, el trabajo esclavo, el tráfico de órganos”.

Asimismo, el prelado destacó que “la inequidad también se plasmó en la imposibilidad de acceso a las vacunas y el cuidado de la salud en varios lugares del mundo”.

Destacó que "el informe de Oxfam señala que en el planeta muere una (1) persona cada cuatro (4) segundos a causa de la desigualdad y la pobreza"

La pandemia puso en evidencia inobjetable una situación de inequidad preexistente. Es un proceso que lleva décadas. Desde 1995 el 1% más rico del mundo acaparó 20 veces más riqueza que la mitad más pobre de la humanidad. Con estas cifras asistimos a una fractura en la sociedad de difícil solución”.

“Las desigualdades matan.” Es cierto, concluyó.

Primero, Religión Digital

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