Durante la misa de Acción de Gracias por los 98 años de la Iglesia en San Cristóbal Monseñor Moronta, a militares y policías: "Dejen en paz a los migrantes y persigan a los corruptos"

98 años. Diócesis de San Cristóbal
98 años. Diócesis de San Cristóbal

En su homilía, el obispo denunció maltratos y extorsión de militares y policías contra los venezolanos que intentan atravesar la frontera hacia Colombia para sobrevivir a la crisis humanitaria

"En vez de defenderlos como hicieron en su juramento, los militares, la Guardia Nacional y la policía, lo que hacen en vejarlos, extorsionarles, robarles – porque esa es la palabra – lo poquito que puedan traer"

"Son hermanos nuestros a quienes hemos de ofrecer acogida, respeto y acompañamiento"

(Vatican News).- Los dos desafíos que tiene la Diócesis de San Cristóbal como “Iglesia en camino” son: defender la dignidad de los más vulnerables y la trasformación de la sociedad. Así lo planteó su Obispo, Monseñor Mario Moronta en la homilía de la celebración de Acción de Gracias por el  98° Aniversario de la creación de la diócesis, el 12 de octubre, en la Catedral de San Cristóbal.

Defensa de los más vulnerables

Al hablar de la defensa de los más vulnerables, el Prelado se refirió a los “caminantes”, los cientos de venezolanos que caminan hacia la frontera para llegar a Colombia huyendo de la crisis económica y humanitaria. El Obispo denunció que estos “caminantes” son víctimas de maltratos, robos y extorsión por parte de la Guardia Nacional, el Ejército y de la policía del país. Y sentenció:

“En vez de defenderlos como hicieron en su juramento, los militares, la Guardia Nacional y la policía, lo que hacen en vejarlos, extorsionarles, robarles – porque esa es la palabra – lo poquito que puedan traer”

Acogida, respeto y acompañamiento a los migrantes

En ese contexto, Monseñor Moronta recordó a los miembros de la Guardia Nacional, del Ejército y de la policía, que esos migrantes son “sus hermanos”, personas que huyen del país para buscar un mejor porvenir y que merecen respeto. Y dijo:

“Son tantos inmigrantes que están huyendo de un país que no les ofrece lo necesario y a quienes no podemos ver ni como enemigos, ni como bioterroristas, ni como gente mala. Son hermanos nuestros a quienes hemos de ofrecer acogida, respeto y acompañamiento”

Respetar la dignidad del pobre y del que sufre

“Yo sé que se van a molestar – agregó el Prelado – pero quiero tocar el corazón de los militares y policías, que dejen en paz a los migrantes y persigan a los corruptos, pongan presos a los corruptos, pero respeten la dignidad del pobre y del que sufre”.

El Obispo de San Cristóbal – refiere una nota de prensa de la diócesis – también habló de las personas más vulnerables y más pobres que en estos momentos están sufriendo en medio de la indiferencia. A lo que afirmó:

“Los tenemos junto a nosotros: están en los barrios y aldeas, en todas partes; con hambre y sed de alimentos materiales y de justicia”

Mafalda y derechos

Egoísmo, individualismo y corrupción

El segundo desafío, planteado por Monseñor Moronta es el de la transformación de la sociedad, “un desafío inmenso” que comienza con la renovación moral y la recuperación integral de la misión evangelizadora. “Esto nos lleva a crear las condiciones para contribuir seriamente en la captación, promoción, formación y envío de nuevos líderes, tanto sociales como políticos”, aseguró el Obispo. Y agregó que de este modo, se podrá “enfrentar al enemigo que se disfraza con el egoísmo, el individualismo y la corrupción” y dar una respuesta de cara al futuro, con valentía y fortaleza como sugiere el Papa Francisco en su carta encíclica “Fratelli tutti”.

“La Iglesia no es para quedarse instalada, sino para ir al encuentro con los demás y hablarles del Reino de salvación”

Así lo expresó Monseñor Moronta al hablar de los 98 años de la Iglesia en San Cristóbal que “ha venido caminando en espíritu y verdad’. El Obispo reflexionó sobre el símbolo del “camino” en la historia de la salvación, y la aptitud peregrina de la Iglesia en la actualidad, guiada por Cristo resucitado. “Estamos ante un panorama que nos desafía y que requiere de una respuesta desde la conciencia de la misión evangelizadora que todos debemos desarrollar”, subrayó.

Sin presencia de fieles a causa de la pandemia de Covid-19, la Misa de Acción de Gracias fue concelebrada por el Obispo Auxiliar, Monseñor Juan Alberto Ayala, y algunos sacerdotes del presbiterio, todos manteniendo el distanciamiento físico, y respetando las demás normas de prevención ante la pandemia. Para los fieles la misa fue trasmitida por televisión, radio e internet.

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