El arzobispo de Concepción comienza la acción de gracias con un minuto de silencio por los compatriotas que murieron en los incendios, en accidentes o a causa de la violencia Chomali llama a cultivar el diálogo en el Te Deum 2023: "Hemos sido creados para la grandeza y no para la comodidad"

Fernando Chomali. Te Deum 2023
Fernando Chomali. Te Deum 2023

El Arzobispo de Concepción, Monseñor Fernando Chomali, presidió el Te Deum 2023 la mañana de este lunes 18 de septiembre, junto al Obispo Auxiliar, Monseñor Bernardo Álvarez

Esta tradicional acción de gracias contó con la presencia de diversas autoridades políticas, civiles y militares de la Región del Biobío, quienes llegaron hasta la Catedral de Concepción para orar por nuestro país

"En estos tiempos turbulentos tendrán la oportunidad de generar la cultura del diálogo con altura de miras, la cultura del respeto irrestricto por el que piensa distinto, la cultura de reconocer cualidades humanas en el adversario político"

Con una mirada agradecida y un llamado a fortalecer la democracia y el valor del ser humano, el Arzobispo de Concepción, Monseñor Fernando Chomali, presidió el Te Deum 2023 la mañana de este lunes 18 de septiembre, junto al Obispo Auxiliar, Monseñor Bernardo Álvarez.

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Esta tradicional acción de gracias contó con la presencia de diversas autoridades políticas, civiles y militares de la Región del Biobío, quienes llegaron hasta la Catedral de Concepción para orar por nuestro país.

Monseñor Chomali inició su homilía agradeciendo a Dios por todo lo que nos ha regalado y luego manifestó su gratitud a los diferentes estamentos de la sociedad. En ese contexto, invitó a los presentes a hacer un minuto de silencio por los compatriotas que murieron en los incendios y por aquellos que murieron en accidentes de tránsito o a consecuencia de la violencia.

El Arzobispo de Concepción expresó que son tantas personas e instituciones las que “nos conmueven día a día, y que las podemos descubrir con los ojos de la fe que nos regala Jesús y dar gracias por ellas”.

“Esta mirada agradecida de la vida nos permite, incluso en medio de la oscuridad, descubrir que siempre está la luz de Cristo que nos permite iluminar el camino con amor y sabiduría. Nos permite vivir con la esperanza de un futuro más próspero para todos. Que nadie nos robe la esperanza, que nadie nos robe los ojos de la fe para descubrir todo lo bello que hay incluso en medio de tantos dolores, que nadie nos robe el sueño de dejarle a las futuras generaciones un país mejor que el que recibimos”, enfatizó.

"Que nadie nos robe la esperanza, que nadie nos robe los ojos de la fe para descubrir todo lo bello que hay incluso en medio de tantos dolores"

Compromiso

En ese día de acción de gracias, Monseñor Fernando Chomali afirmó que la Iglesia Católica “se compromete nuevamente y públicamente a cumplir su tarea de anunciar el Evangelio que nos trae Jesús, el Señor, de promover incansablemente la paz y de ayudar al débil y al necesitado”.

“La Iglesia Católica al contemplar a su maestro aspira a que su horizonte, desde donde comprende el mundo, sea el pobre, el humillado, el que no tiene voz. Lo hizo acompañando a los familiares de los detenidos desaparecidos hasta el día de hoy y lo seguirá haciendo con todos aquellos que requieran de su maternal cuidado y decidido apoyo”, agregó.

Mirada atenta

Asimismo, sostuvo que la Iglesia pretende compartir su experiencia con todo aquel que la quiera escuchar, sean creyentes, no creyentes o de otras religiones. Y añadió que lo hace apartándose del pesimismo estéril y del optimismo ingenuo.

En ese sentido, invitó a poner atención como sociedad y región a la situación que viven los jóvenes, a la violencia, a la precarización del trabajo y a la necesidad de fomentar la cultura del diálogo.

Respecto a los jóvenes, el Arzobispo de Concepción aseguró que las “manifestaciones de rabia que vemos día a día en muchos de ellos no son más que el efecto del abandono en que se encuentran” y alertó sobre las alarmantes tasas de autoagresión y suicidio, así como e consumo de alcohol y droga.

También se refirió a la alta deserción de los universitarios y llamó a trabajar para que la región sea “una gran sede universitaria, de innovación, de investigación de alto nivel, de creación artística, de generación de nuevos conocimientos. Las condiciones están dadas porque los talentos están”.

Además, Monseñor Chomali expresó su preocupación por el empobrecimiento del valor del trabajo y recordó que éste “es sagrado porque lo hace una persona, allí radica su riqueza y su dignidad, y no una mercancía que se transa en el mercado, ni un mero hacer en el engranaje de la producción”.

En ese contexto, aseveró que “recuperar la dignidad del trabajo y del trabajador es una urgencia primaria del siglo XXI”, por lo que invitó “a los empresarios de la región a ser cada vez más audaces en esta materia y hagan de la región un gran polo de desarrollo pesquero, agropecuario, tecnológico y de servicios, convirtiendo sus empresas en una comunidad de personas, respetuosas de quienes allí trabajan y del ambiente. Un buen empresario junto a la rentabilidad económica mira la rentabilidad social y el bien de las personas, la familia y la sociedad”.

Otro de los aspectos que la autoridad eclesiástica invitó a mirar con atención son “los altos niveles de violencia en los que estamos envueltos” y señaló que “terminaremos con la violencia y construiremos una auténtica democracia si todos y cada uno de nosotros nos empeñamos en promover una sociedad donde el diálogo prime por sobre la violencia, los aspectos éticos primen por sobre los técnicos, los valores espirituales primen por sobre los materiales y la dignidad de la persona prime por sobre la ideología de cada cual”.

“Chile sabe de crisis a lo largo de su historia, y ha sabido salir de ellas. Chile tiene vocación de entendimiento, Chile es un país con fuerte raigambre cristiana que se manifiesta en los santuarios, en la devoción a la Virgen María y a San Sebastián, con fuerza y compromiso. Dios, la fe, la fraternidad que conlleva y que está presente en millones de chilenos tan distintos entre sí, son los cimientos espirituales con que cuenta Chile para construir una democracia más sólida, más participativa, más equitativa, a la altura de la dignidad humana”, destacó.

Cultura del diálogo

El Arzobispo de Concepción invitó a quienes tienen altas responsabilidades en los estamentos ejecutivos, legislativos, judiciales, y en las Fuerzas Armadas y de Orden a comprometerse delante de Dios, la comunidad y la patria “a ser ejemplo en el decir y en el hacer”.

“Ese compromiso es intransferible porque no hay nada más personal que el mérito y la culpa. Estoy seguro que será el inicio de un gran futuro y de buenas noticias para todos. Nunca olvidemos que hemos sido creados para la grandeza y no para la comodidad, para construir y no para destruir, para el amor y no para el odio, para la verdad no para la mentira. Esa es nuestra vocación más genuina, para eso hemos sido creados”, enfatizó.

Además, señaló que “en estos tiempos turbulentos tendrán la oportunidad de generar la cultura del diálogo con altura de miras, la cultura del respeto irrestricto por el que piensa distinto, la cultura de reconocer cualidades humanas en el adversario político. La cultura de la propuesta de ideas, la cultura de la mirada país por sobre la mirada del partido. La cultura que postula que la sociedad no se divide entre  buenos y malos y que todos tenemos algo que aprender de los demás”.

Finalmente, exhortó a convertir “el tiempo que nos ha tocado vivir como país en una gran oportunidad para fortalecer la democracia, el valor del ser humano desde que es concebido hasta su muerte natural, la capacidad de reconocer lo valioso que  hay en el otro y la hidalguía para buscar lo que es bueno, verdadero, justo y sobre todo lo que privilegie al más necesitado. Como Arzobispo de Concepción, siempre estaré para acompañarlos en esta noble tarea porque nuestro Chile querido que tanto amamos lo merece”.

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