El arzobispo de La Plata en el XXIV Encuentro Anual de empresarios cristianos argentino Monseñor Fernández anima a los empresarios a vivir su vocación con el espíritu de crear un mundo mejor

Monseñor Fernández, arzobispo de La Plata
Monseñor Fernández, arzobispo de La Plata

En la segunda jornada del XXIV Encuentro Anual de ACDE, el arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, compartió una reflexión centrada en la vocación del expresó cristiano

Emuló la figura de Enrique Shaw como ejemplo a seguir, quien afirmababa: "Si nos preguntan qué espera la Iglesia de ustedes, empresarios cristianos, yo les diría en primer lugar que sean exitosos, que sean fecundos"

Y exhortaba: "No se resignen a una forma superficial y vacía de vivir la tarea empresarial. No se resignen, en el mundo hay tanto de eso… No caigan en ese vacío”

Después de todo, afirma el obispo de La Plata, "un empresario, además de buscar ganancias, como es natural, debe ser consciente de que es un dador de trabajo. De que tiene una función social"

(AICA).- El arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, se hizo presente en el XXIV Encuentro Anual de ACDE, que se lleva a cabo de manera virtual con el lema “Hacia un capitalismo más humano”.

En su mensaje, monseñor Fernández comenzó refiriéndose a la dimensión espiritual de la tarea del empresario, y reconoció que a veces “suena a paradoja hablar de espiritual con respecto a una tarea que tiene que ver tanto con el dinero”. Por eso, consideró, es necesario remontar prejuicios: “Evidentemente, si la ganancia es el único móvil de la tarea del empresario, estamos en problemas, pero ¿Cómo lograr que no sea el único móvil? El asunto acá es pensar cuál es el sentido de tu vida como empresario, cuál es el ‘para qué’”. 

“Evidentemente, si uno no logra que la ganancia sea el único móvil, queda poco de sentido. Esto no significa negar el lugar de la ganancia, que es un derecho del empresario y es un móvil legítimo. Sin este móvil, difícilmente puedan existir empresas demasiado exitosas, esto es verdad, pero cuando el papa Francisco dice que la del empresario es una noble vocación, está invitándonos a ir un poquito más allá”. 

¿Qué hace falta para que sea una noble vocación? En primer lugar, dice Francisco, tienen que estar las ganas de mejorar el mundo, de que a mi paso por esta tierra el mundo quede mejor. Esta era una mística de la tarea del empresario que desarrolló muy bien Enrique Shaw en uno de sus más hermosos discursos. Ahí, retomando a los teólogos de su época, habló de la pasión por transformar el universo, por mejorar este planeta, por perfeccionarlo. Qué hermosa tarea”.

“Entonces sí estamos hablando de una vocación, pero esto si hablamos de lo concreto significa mejores productos, mejores servicios. Cada uno en su rubro, en su ámbito, producir mejores productos y servicios. Y aquí entra el amor a la gente, el amor a las personas”.

“Qué lindo cuando un empresario que fue realmente exitoso, hacia el final de su vida ve que pudo producir algo que dio alegría a la gente, que hizo felices a las personas, y que incluso las personas al nombrar esa marca sonríen. Y ahí el empresario siente que su tarea está bien lograda, que se consiguió”.

Papa Francisco
Papa Francisco

“Pero el papa Francisco también avanza un poquito más y habla del empresario como un dador de trabajo, como alguien que crea fuentes de trabajo. A más de un empresario yo he escuchado decir que esa no es su tarea fundamental, pero un empresario cristiano, que asumió la doctrina social de la Iglesia, no puede negar que su tarea tiene una función social”. Función que “está concretizada en ofrecer trabajo, y quizá a veces en tener una ganancia un poquito menor, pero ofrecer trabajo, porque la falta de trabajo arruina familias, destruye hogares, logra que algunos niños crezcan con poca dignidad, son vidas fracasadas. Por lo tanto, tiene que estar en el empresario cristiano la pasión por dar trabajo”.

Finalmente, volviendo a la figura de Enrique Shaw, a quien “no sólo le gustaba dar trabajo, sino que le encantaba ver que los trabajadores de su empresa se desarrollaban, crecían, maduraban. Tenía esta pasión por la vida y la dignidad de los trabajadores”, expresó: “Si nos preguntan qué espera la Iglesia de ustedes, empresarios cristianos, yo les diría en primer lugar que sean exitosos, que sean fecundos”, porque eso demuestra “que la fe no mutila a las personas, que la fe no los limita en su desarrollo, que la fe no mata sus capacidades y sus carismas propios, entonces lo primero es que les vaya bien, que sean exitosos, pero lo segundo es que vivan su tarea, su compromiso y su vocación con espíritu, que no se resignen a una forma superficial y vacía de vivir la tarea empresarial. No se resignen, en el mundo hay tanto de eso… No caigan en ese vacío

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