El arzobispo de San Juan detalló los puntos del documento que el CELAM entregó al Papa Monseñor Lozano: "El clamor de las mujeres en la Iglesia necesita respuestas concretas y formales"

Grupo de mujeres de la REPAM
Grupo de mujeres de la REPAM

El arzobispo de San Juan detalló los puntos del documento que el CELAM entregó al Papa y que refieren puntualmente a la mujer, tras haber sido protagonistas de la asamblea sinodal

El tema aparece con frecuencia en los tres capítulos en que está estructurado el texto, y el texto expresa que "nuestras sociedades siguen siendo, en muchos aspectos, patriarcales y machistas"

El arzobispo consideró que "es necesario promover la reforma de las estructuras caducas que ya no sirven a la misión y a la reciprocidad complementaria entre varones y mujeres, teniendo en cuenta la común dignidad que brota del mismo bautismo"

(AICA).- Monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), recordó que recientemente la Presidencia del organismo continental entregó al Papa el texto con las conclusiones y desafíos de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, que se está desarrollando desde inicios del año pasado. También precisó que el título del documento es “Hacia una Iglesia sinodal en salida a las periferias” y está disponible de forma gratuita en el sitio web de la Asamblea.

“Hubo expresiones de alegría entre quienes participaron de modo más directo en el proceso desarrollado, y estaban esperando esta publicación. También se generaron expectativas en general respecto del contenido de estas reflexiones y propuestas pastorales”, reconoció.

“En estos días, de las cuestiones que más indagaron, se destaca qué se dice acerca de la mujer en este escrito. Y no es sorpresa: las inquietudes y reclamos acerca de ellas fueron importantes durante los diversos momentos de la Asamblea”, agregó.

El arzobispo sanjuanino indicó que aparece con frecuencia en los tres capítulos en que está estructurado el texto y compartió tres apartados o secciones en particular; y puntualizó: “Dos son descriptivas: aspectos significativos de la realidad, y un nuevo lugar para la mujer en la Iglesia. Un tercer aspecto es el relativo a la dimensión sinodal y participativa, en el cual se plantea el protagonismo de las mujeres en la Iglesia y la sociedad, y las líneas de acción que se sugieren”.

“El texto expresa que ‘nuestras sociedades siguen siendo, en muchos aspectos, patriarcales y machistas, con estructuras que mantienen a las mujeres en una situación de inferioridad e invisibilidad’. Se ‘enfatizó el gran dolor que genera la violencia contra las mujeres en todas sus manifestaciones’, en lo social, cultural, familiar, laboral. Sin embargo, se percibe como signo de esperanza la creciente participación de mujeres en ámbitos políticos, sociales, económicos, científicos… ¡Cuánta creatividad y capacidad de organización en asistir a los más vulnerables durante la pandemia!’”, detalló.

“En segundo lugar, se refiere a la participación de la mujer en la obra evangelizadora de la Iglesia desde hace siglos hasta el presente. ‘Ellas son tan invisibles como imprescindibles’. Se indica también que ‘en la Iglesia subsisten formas de discriminación’, y se reclama la inclusiónde las mujeres en la liturgia, nuevos ministerios, la teología, los espacios de decisión en las comunidades cristianas”, añadió.

Finalmente, monseñor Lozano afirmó que “en la tercera parte del documento se proponen orientaciones pastorales a tener en cuenta en las comunidades. Se pide escuchar ‘la voz de las mujeres que claman por un nuevo lugar en la sociedad y en la Iglesia en esta hora de América Latina y el Caribe’. En el ámbito eclesial ‘algunas autoridades no terminan de aceptar el acceso de las mujeres a roles de liderazgo o dirección’”. 

Mujeres

“Es tan importante dar respuesta concreta que ‘estos cambios no pueden depender de la buena voluntad de los presbíteros y obispos, sino que implican la formalización de ministerios propios y su integración en estructuras de decisión tanto en las Iglesias locales como en las Conferencias episcopales nacionales’”, subrayó.

Asimismo, consideró que “es necesario promover la reforma de las estructuras caducas que ya no sirven a la misión y a la reciprocidad complementaria entre varones y mujeres, teniendo en cuenta la común dignidad que brota del mismo bautismo, y de haber sido creados por Dios a su imagen y semejanza”.

Nos hace falta conversión personal y pastoral. Son desafíos que nos mueven a examinar nuestras estructuras y estilos de trabajo en cada comunidad”, concluyó.

Mujeres con voz y con voto
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