"A veces no recordamos que 'Satanás se viste de ángel de luz'" Monseñor 'Tucho' Fernández: "La batalla parece ser debilitar a todos los que puedan continuar algo de la propuesta de Francisco más allá de su pontificado"

Papa y Tucho Fernández
Papa y Tucho Fernández

"Estos días he recibido un fuerte ataque de sectores neoliberales porque defendí a los 'cartoneros', gente que busca en la basura y ayuda al reciclado, lamentando que personas de buena posición los consideren zánganos"

"Acuden a mentiras, a hacer correr información falsa desde la oscuridad de las redes, pero van más allá llegando a atribuir frases falsas o a realizar montajes muy perfeccionados de fotografías"

"Cuando te posicionan como enemigo estás listo, te conviertes en su blanco permanente"

"Esos procesos, una vez generados, no dependen tanto de algunas personas más leales o cercanas sino que se producen en el corazón del pueblo y allí tiene  su fuerza de continuidad y desarrollo"

No presume de ello, pero todo el mundo sabe que es uno de los pocos eclesiásticos que puede decir que es amigo del Papa Francisco. Víctor Manuel 'Tucho' Fernández también fue uno de sus teólogos de cabecera desde la Asamblea de Aparecida, donde la estrella del cardenal Bergoglio comenzó a brillar a nivel latinoamericano. Y eso le pasa factura. Para lo bueno (arzobispo de La Plata) y para lo malo: "En estos días un sacerdote ultraconservador hizo correr un audio donde decía que el Arzobispo de Buenos Aires y yo éramos gays y afeminados. Luego se retractó, pero los medios de La Plata siguieron publicando el primer audio sin la retractación, y mucha gente se queda con la pregunta: ¿Será verdad?".

Asegura que muchos de los ataques que recibe es para 'pegar' a Francisco en su cara: se trata de "debilitar a todos los que puedan continuar algo de la propuesta de Francisco más allá de su pontificado". Con perseguidores de dentro y de fuera de la Iglesia. Una lucha en la que, a su juicio, se han unido contra el Papa  "la extrema izquierda, la extrema derecha y el liberalismo económico". Tanto es así que  "se ayudan mutuamente repitiendo mentiras y difamaciones semejantes". Y "lo doloroso es que lo están haciendo frecuentemente también los católicos".

Tucho Fernández

Monseñor, usted recientemente se ha referido a las persecuciones que sufre la Iglesia en algunos países como China, Nicaragua, etc. pero también mencionó otro tipo de persecuciones en países más democráticos. ¿A qué se refiere?

Hay cuestiones ideológicas que hoy se han vuelto más complejas. En países occidentales en general la Iglesia suele estar en la mira del trotskismo y la extrema izquierda. A ellos no les importa si el Papa es Francisco o Benedicto, para ellos la Iglesia es siempre una corporación dañina que hay que destruir. Pero en la última década ha aparecido también una persecución que sí distingue, y que tiene especial odio hacia Francisco y todo el que se le parezca. Son dos sectores: los ligados a la economía liberal y ciertos tradicionalismos de derecha. Estos días he recibido un fuerte ataque de sectores neoliberales porque defendí a los “cartoneros”, gente que busca en la basura y ayuda al reciclado, lamentando que personas de buena posición los consideren zánganos. Inexplicablemente la reacción fue furiosa. Lo llamativo es cómo hoy se unen con los mismos enemigos la extrema izquierda, la extrema derecha y el liberalismo económico con un enemigo común, que es Francisco. Y se ayudan mutuamente repitiendo mentiras y difamaciones semejantes.

¿Está diciendo que se mueven con estrategias poco éticas?

No pensaba decirlo, pero en los últimos años lo he sufrido en carne propia: operaciones que vienen desde estos sectores tan diferentes pero curiosamente con las mismas metodologías. Acuden a mentiras, a hacer correr información falsa desde la oscuridad de las redes, pero van más allá llegando a atribuir frases falsas o a realizar montajes muy perfeccionados de fotografías. O peor todavía.

Tucho Fernández

¿Qué podía ser 'todavía peor'?

La extrema izquierda, por ejemplo, ha estado caminando barrios de mi Arquidiócesis preguntando qué se decía de mí o del párroco del lugar, para intentar armar alguna operación. Me han dicho que también acuden a servicios de inteligencia con dólares que les llegan de afuera. Pero lo doloroso es que lo están haciendo frecuentemente también los católicos que no son precisamente de izquierda. La misma metodología inmoral. Yo no entiendo cómo harán con su conciencia, sobre todo en el momento de la muerte. Ellos dan mucha importancia a la salvación eterna pero parecen olvidar que uno de los 10 Mandamientos dice: “no levantar falso testimonio”. Y repetidamente la Biblia dice: “No harás daño a tu prójimo”. La maldad de los medios que usan no les preocupa. 

¿Qué efectos reales cree que producen? ¿No le parece que, debido a la velocidad que va hoy el flujo informativo. estas cosas se las lleva el viento?

No siempre. En estos días un sacerdote ultraconservador hizo correr un audio donde decía que el Arzobispo de Buenos Aires y yo éramos gays y afeminados. Luego se retractó, pero los medios de La Plata siguieron publicando el primer audio sin la retractación, y mucha gente se queda con la pregunta: ¿Será verdad?. Otros se regodean y lo repiten por todos lados. Algo queda, y que se haya retractado no lo resuelve. Sabrá él cómo hará con su consciencia. Y en este caso se supo, pero otros trabajan desde la oscuridad y son los más dañinos. El Evangelio dice que “no hay nada oculto que no vaya a salir a la luz”. Con el tiempo todo se sabe. Yo he sido objeto de denuncias falsas en otros tiempos y no podía imaginarme de dónde venían, pero después de un tiempo todo va saliendo a la luz. Y así como hay recursos para montar cosas también los hay para desmontarlas. Lo que pasa es que los grupos más extremos suelen tener más recursos económicos y para ellos es más fácil.

Volviendo a lo que mencionaba. Estos que quizás en otros tiempos eran papistas o soldados defensores de la Iglesia, parecen estar prestando un servicio a los peores enemigos ¿Es una forma de suicidio?

Claro que sí, porque en la Iglesia siempre hemos pensado que hay grandes cosas que siempre tenemos en común más allá de las diferencias ideológicas: la Trinidad, Cristo muerto y resucitado, María, el mismo bautismo y tantas cosas más. Por lo tanto, no podemos destruirnos unos a otros de manera inmoral sin medir las consecuencias: la sociedad se queda mirando desde afuera cómo contradecimos nuestra propia ética, la fe de los sencillos se ve dañada, el mal es muy grande, y a veces no recordamos que “Satanás se viste de ángel de luz”.

Se refirió a los intereses de la extrema izquierda para dañar a la Iglesia. ¿Por qué cree usted que lo atacan los sectores más tradicionalistas?

Quizás por algunas medidas que he tomado. En mi Arquidiócesis prohibí la Misa “coram Deo”, que se estaba volviendo común. Sin embargo, habilité a varios sacerdotes para que celebraran la Misa en la forma extraordinaria del rito. Más todavía, con las últimas normas erigí una parroquia ad personam con un párroco dedicado exclusivamente a los grupos tradicionalistas, y les asigné un templo donde se imparten todos los sacramentos con el rito tradicional. ¿Qué más quieren? Sin embargo en las redes me siguen acusando de no valorar la sana Liturgia, de ignorar su sensibilidad religiosa, etc. Da la impresión que cuando te posicionan como enemigo estás listo, te conviertes en su blanco permanente. 

¿No le están 'pegando' al Papa Francisco en su cara?

Es sabido que hay desde hace rato movimientos para volver atrás, y los comentarios sobre la salud del Papa apuntan también a debilitar su figura. Pero parte de la batalla parece ser debilitar a todos los que puedan continuar algo de la propuesta de Francisco más allá de su pontificado. Yo creo que están equivocando la estrategia, porque a esa continuidad no la aseguraremos algunos. De hecho yo deseo más bien una vida más serena en los últimos tiempos de mi vida, volver a dar clases, a dictar retiros espirituales y tantas cosas que me gustan, no me veo como un "operador" en lugares importantes. La continuidad de las grandes propuestas de Francisco y de las transformaciones que él hizo, tiene que ver más bien con "procesos" que él ha suscitado con sus gestos, ocurrencias, decisiones. Esos procesos, una vez generados, no dependen tanto de algunas personas más leales o cercanas sino que se producen en el corazón del pueblo y allí tiene  su fuerza de continuidad y desarrollo.

Tucho Fernández

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