Reunida la Red Eclesial Justicia y Paz en la Patria Grande De Montesinos al Sínodo de la Amazonia: la promoción de la justicia social en América Latina y Caribe

Red Eclesial de Justicia y Paz de la Patria Grande
Red Eclesial de Justicia y Paz de la Patria Grande ADN Celam

Durante tres días de trabajo compartirán con referentes internacionales como Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, Cécile Dubernet, presidenta de Justicia y Paz de Europa y Stefan Lunte, secretario general de Justicia y Paz de Europa

"Quieren atender particularmente a “los excluidos, los pobres, las víctimas de la violencia, los desempleados, los migrantes y refugiados, los que deben trabajar en condiciones indignas o han sido privados del trabajo, las víctimas de la trata de personas y todas las demás personas cuya dignidad sea vulnerada"

La Red Eclesial Justicia y Paz en la patria grande, instancia que surge por iniciativa de las Comisiones episcopales de Justicia y Paz de Argentina, Chile y Brasil, para compartir los desafíos que enfrentaban en su misión y escuchar juntos el clamor de sus pueblos y de la naturaleza, se ha reunido en Bogotá del 20 al 22 de octubre de 2023.

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Un encuentro transversalizado por el método de la conversación espiritual, el mismo que se ha aplicado en los procesos de escucha del Sínodo 2021-2024 en sus diferentes fases: diocesana, continental y global.

De este modo, representantes de México- Centroamérica, el Caribe, región andina- amazónica y cono sur serán acogidos en la sede del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) para trazar los caminos a seguir en todo el continente, marcado por las violencias, pobreza, extractivismos, neopopulismos y migraciones.

Durante tres días de trabajo compartirán con referentes internacionales como Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, Cécile Dubernet, presidenta de Justicia y Paz de Europa y Stefan Lunte, secretario general de Justicia y Paz de Europa.

Desafíos de la Asamblea Eclesial

Carmen Gloria Donoso, integrante de la red, ha explicado que todos los integrantes “tenemos una historia común, nacida en el encuentro y diálogo de las teologías de nuestros pueblos americanos con la teología cristiana, desde Antonio de Montesinos al Sínodo de la Amazonia, reclamaba pensar juntas la promoción de la justicia y la paz en las patrias hermanas de América Latina y Caribe”.

“A partir de las primeras reuniones fueron incorporándose comisiones episcopales de justicia y paz y, en las patrias donde no existían, comisiones de justicia, paz e integridad de la Creación o equipos de pastoral social o de Cáritas que asumían los mismos desafíos”, añadió.

Será el primer encuentro presencial que sostendrán luego de la pandemia del covid-19, por ello, luego de la Asamblea Eclesial (2021), en la que participaron activamente, la decisión fue “responder los 41 Desafíos de la Asamblea Eclesial exige aumentar la capacidad de decisión de nuestras naciones hermanas y de los pueblos latinoamericanos y caribeños”.

Tomando de referencia también el llamado de Francisco, durante la JMJ de Panamá 2019, se han propuesto promover la integración continental y profundizar la democracia sobre todo en un continente donde los vaivenes populistas de derecha o izquierda están a la orden del día.

Tres líneas de acción

Como Red se han propuesto tres grandes líneas u objetivos; en primer lugar, promover la justicia y la paz para que “todos los habitantes de la Patria Grande puedan ejercer todos los derechos y cumplir todos los deberes que las Constituciones, la Doctrina Social de la Iglesia y el Magisterio de Francisco les reconocen, alcanzando un desarrollo humano integral y cuidando los bienes naturales”.

Segundo, contribuir a la formulación de políticas públicas comunes, mediante “el diálogo y el consenso de los diversos sectores de la comunidad, con el objetivo de trabajar juntos naciones socialmente justas y en paz en una América solidaria e integrada”.

Por último, quieren atender particularmente a “los excluidos, los pobres, las víctimas de la violencia, los desempleados, los migrantes y refugiados, los que deben trabajar en condiciones indignas o han sido privados del trabajo, las víctimas de la trata de personas y todas las demás personas cuya dignidad sea vulnerada”.

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