Argentina desbordada por demandas de alimentación en la cuarentena Obispo Carlos Tissera: "Cáritas está asistiendo a mucha gente de clase media que cayó en la pobreza"

Tissera, obispo de Quilmes
Tissera, obispo de Quilmes

"Cáritas no se ocupa únicamente de la asistencia, sino también de la promoción social a través de proyectos integrales. Pero la emergencia nos llevó a centrarnos en lo asistencial"

"En primer lugar, la pandemia, el virus, está frenando a la gente, que se da cuenta del peligro que significa enfermarse. Es muy doloroso no estar trabajando, pero también es muy doloroso arriesgarse a contagiarse"

"Además de Cáritas, hay muchas instituciones, ONG y movimientos sociales que ayudan a que la gente se dé cuenta de que no es momento de traer más violencia a la sociedad"

(Valores Religiosos).- El freno económico como consecuencia de las restricciones por la cuarentena provocó en algunos lugares del gran Buenos Aires que la demanda de comida en los comedores de Cáritas se duplicara, cuenta su presidente, el obispo de Quilmes, Carlos Tissera. Solamente en su diócesis distribuye diariamente 50 mil viandas. Pero quizá lo más llamativo que revela es que la ayuda alimentaria debió extenderse a muchas personas de clase media que, por falta de ingresos, cayeron en la pobreza.

Tissera habló con Clarín sobre la situación social ante la inminencia de la colecta anual de su institución –será el fin de semana próximo (13 y 14 de junio)- y que, por las actuales circunstancias, se hará principalmente por internet.

La situación social del país ya era muy delicada antes de la pandemia y la cuarentena la agravó. ¿En qué medida Cáritas se vio desbordada por las demandas?

Cáritas no se ocupa únicamente de la asistencia, sino también de la promoción social a través de proyectos integrales. Pero la emergencia nos llevó a centrarnos en lo asistencial, principalmente la ayuda alimentaria. Y es evidente que la demanda se multiplicó sensiblemente. En algunos lugares creció un 50 % y en otros se pasó al doble de las raciones que entregábamos. Además, la ayuda no solo debe abarcar a los más pobres, sino a muchos monotributistas, a gente de clase media que con la crisis sanitaria cayó en la pobreza. Gracias a Dios nuestros voluntarios se la ingeniaron para multiplicar la oferta de sus comedores que ahora, por la cuarentena, debe ser mediante viandas.

#SeamosUno, iniciativa en Argentina
#SeamosUno, iniciativa en Argentina



Como contrapartida todo indica que también se multiplicaron las campañas solidarias y las donaciones…

Efectivamente y la gente está colaborando a través de diversas iniciativas. En el ámbito del AMBA es para destacar del proyecto Seamos Uno promovido por los sacerdotes jesuitas para la producción de un millón de cajas con alimentos y productos de limpieza gracias al aporte de empresas y particulares, que la gente valora muchísimo. También el caso de UNICEF que siempre colaboró mucho con la asistencia a los niños y adolescentes, una ayuda que se incrementó con la pandemia. Y sabemos que UNICEF se nutre del aporte de mucha gente. Podría mencionar muchas otras instituciones que se movilizaron ante la emergencia.

¿Cree que esta corriente solidaria está disminuyendo el riesgo de un estallido social en los barrios populares?

En primer lugar, la pandemia, el virus, está frenando a la gente, que se da cuenta del peligro que significa enfermarse. Es muy doloroso no estar trabajando, pero también es muy doloroso arriesgarse a una enfermedad de la que no tenemos cura. En segundo lugar, todo ayuda a sostener situaciones difíciles. La gente está contenida y colabora. Creo que la cohesión del tejido social está de algún modo garantizada por muchas situaciones. Cáritas puede ser que ayude, pero también hay muchas instituciones, ONG y movimientos sociales que ayudan a que la gente se dé cuenta de que no es momento de traer más violencia a la sociedad.

Movimientos restringidos  ante la epidemia de coronavirus en Argentina
Movimientos restringidos ante la epidemia de coronavirus en Argentina ANSA



Claro que habrá que ver cómo impactan en las villas las eventuales prolongaciones de las restricciones…

Eso es lo que preocupa. Pero no es algo que nos pasa solo a nosotros. En otros lugares donde flexibilizaron tuvieron que volver atrás porque estamos en una situación que nos sorprendió y ante la que nadie tiene la justa, la verdad. En esto estamos aprendiendo. Creo que fue un baño de humildad para todo el mundo. Gracias a Dios hay tantas investigaciones acerca de la vacuna que finalmente traigan una solución. Pero sabemos que esto está muy ligado a un planeta que se enfermó por conductas no equilibradas. Además, la desigualdad, tan denunciada por la Iglesia en América Latina, provoca que problemas como la pandemia se agraven.

¿Está de acuerdo con aislar los asentamientos donde hay muchos contagios como ocurrió en Villa Azul?

Yo sé que no fue fácil tomar la decisión porque estuve con la autoridad de la zona (la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza). A nadie le gusta tener que hacer esto. Pero creo que hay casos que llegan a una gravedad que no permiten otra solución. Nadie quiere ir a una terapia intensiva, pero a veces tenemos que ir porque no hay otra forma. Son medidas extremas. Solamente en Quilmes tenemos 160 asentamientos y solo se aisló uno. La razón principal fue que al lado, a cien metros, está Villa Itatí con 50 mil habitantes, diez veces más que los de Villa Azul, donde ya hubo tres muertos, lo que duele muchísimo. ¿Qué pasaba si el virus se dispara?

"La desigualdad, tan denunciada por la Iglesia en América Latina, provoca que problemas como la pandemia se agraven"

Obviamente, es clave que la gente aislada reciba la ayuda…

Estamos procurando sostenerla y cuidarla. Esta semana me reuní con los sacerdotes que se desempeñan en la zona para analizar cómo marcha todo. Pero todas las instituciones están trabajando fuerte en esto. Y es muy importante que lo hagan juntas.

La pandemia provocó que se prestara atención a las villas. ¿Habrá tras la cuarentena un mayor empeño para que sus habitantes tengan una vida digna?

La obra pública en el país en la cuestión de las urbanizaciones, de las viviendas, fue muy deficiente. No solo en relación con los sectores humildes, sino de la clase media trabajadora. Hoy a un hijo de una persona de clase media se le hace muy difícil tener una propiedad. Qué vamos a decir de las personas de los barrios populares. El Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP) que se creó hace unos años es un proyecto interesante que empieza con el agua, las cloacas y sigue con la construcción de viviendas. La prédica del Papa Francisco de las tres T: techo, tierra y trabajo, está en la base de una mayor dignidad.

¿Será la pandemia una oportunidad en este sentido?

Tiene que serlo. Por eso, no debemos ahondar en lo que nos puede hundir el ánimo, sino promover la esperanza con realizaciones concretas. Y en modo solidario. Creo que el eje de un verdadero desarrollo son la integralidad, porque los problemas no son aislados, no es solo la vivienda, el agua, sino también la salud, la educación… Y la solidaridad.

La Villa 31 de Buenos Aires, durante la expansión del coronavirus
La Villa 31 de Buenos Aires, durante la expansión del coronavirus REUTERS/Agustin Marcarian

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