Para el presidente del episcopado argentino, " La soledad nos hace mucho mal si la entendemos como solitaridad" Oscar Ojea: "Estar al lado y aliviar la pena de los que están nerviosos, de los que están tristes y solos"

Oscar Ojea
Oscar Ojea

“El hombre corta con la comunidad y con Dios, así de alguna manera se va deteriorando la vitalidad, por eso el Señor nos dice que nos va a mandar una compañía, que es el Paráclito”

“Es el Espíritu Santo que no nos deja solos, es el espíritu de Jesús que se compadece de nuestra soledad. Luego también es llamado consolador”

"Cuando el sufrimiento es compartido, cuando ‘yo’ estoy consolando, está traspasado por el amor”

(AICA): “Que en este tiempo difícil podamos como el Espíritu Santo acompañar, estar al lado ‘de’ y consolar, aliviar la pena y el sufrimiento de los que están tristes, que se angustian, de los que están nerviosos, de los que están tristes y solos. Que así podamos compartir con ellos la soledad acompañando y consolando”, expresó el obispo de San Isidro, monseñor Oscar Vicente Ojea, en su reflexión del sexto domingo de Pascua.

El obispo de San isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, dedicó su reflexión del sexto domingo de Pascua el pasaje evangélico en el que “Jesús compadecido del estado de ánimo y de la tristeza de los discípulos les dice: ‘no los dejaré huérfanos’”.

“Ser huérfano no es solamente carecer de padre y madre, sino también es carecer de bienes, de valores; siempre la orfandad está ligada al abandono y a la soledad. La soledad nos hace mucho mal si la entendemos como solitaridad”, advirtió en su videomensaje grabado desde su casa.

“El hombre corta con la comunidad y con Dios, así de alguna manera se va deteriorando la vitalidad, por eso el Señor nos dice que nos va a mandar una compañía, que es el Paráclito”, agregó.

Espíritu
Espíritu



En su reflexión pascual, el presidente del episcopado explicó que “el Paráclito en el Evangelio es el llamado, el que está convocado para estar al lado ‘de’” y precisó: “Es el Espíritu Santo que no nos deja solos, es el espíritu de Jesús que se compadece de nuestra soledad. Luego también es llamado consolador”.

El prelado señaló que el consuelo es “ser ‘con’ en la soledad, es acompañar en la soledad. Cuando el sufrimiento es compartido, cuando ‘yo’ estoy consolando, está traspasado por el amor”, concluyó.

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