El cardenal argentino preside su último Corpus Christi al frente de la diócesis del Papa Poli se despide de Buenos Aires y pide a los fieles que apoyen a García Cuerva

Misa del Corpus con el cardenal Poli
Misa del Corpus con el cardenal Poli Arzobispado de Buenos Aires

“Gracias. Muchas gracias y me quedo con ustedes en Buenos Aires. Voy a vivir en alguna parroquia y seguir trabajando. Muchas gracias”

“Corpus es un encuentro. El encuentro de Jesús con su pueblo. Un encuentro feliz y que tiene muchas raíces; hace 400 años que lo venimos haciendo en la Ciudad Buenos Aires. Es feliz porque encontrarse con Jesús, vivo, siempre nos da alegría”

“Un último deseo. Pongan en su oración, muy especialmente, a quien ha designado el Papa Francisco: a Jorge Ignacio (García Cuerva), para que disponga su corazón de pastor; y los invitó a todos, no falten, el 15 de julio le entregaré la sede; así será una linda fiesta para la Iglesia porteña”

“Gracias. Muchas gracias y me quedo con ustedes en Buenos Aires. Voy a vivir en alguna parroquia y seguir trabajando. Muchas gracias”. Con esas pocas palabras el cardenal Mario Poli se despidió de la comunidad arquidiocesana tras diez años de misión pastoral en esta jurisdicción eclesiástica primada.

El administrador apostólico de Buenos Aires presidió este sábado la misa y procesión del Corpus Christi en el atrio de la catedral metropolitana, donde destacó que esta fiesta pública y profundamente religiosa “pertenece a la cultura porteña” y animó a renovar la convicción de ser “la Iglesia de la Eucaristía, misionera y solidaria, como nos enseñó el Sínodo”.

“Es decir, Iglesia que celebra la vida de punta a punta de nuestra existencia, porque no dejamos de valorar que cada uno de nosotros salimos de las manos del Creador, quien ha dejado la impronta de su imagen y semejanza en todos sus hijos destinados a la gloria”, sostuvo.



La expresión pública de fe llevó por lema "Eucaristía, pan compartido", y se enmarcó la despedida del cardenal Poli, quien próximamente dejará el gobierno pastoral de la arquidiócesis tras diez años de misión y lo sucederá monseñor Jorge García Cuerva.

La misa fue concelebrada por los obispos auxiliares de Buenos Aires, el obispo electo de San Carlos de Bariloche, monseñor Juan Carlos Ares, y los eméritos José Luis Mollaghan (Rosario), Antonio Marino (Mar del Plata) y Rubén Frassia (Avellaneda-Lanús).

El cardenal Poli esperó en la intercesión de Bernardo de Irigoyen y Avenida de Mayo a los jóvenes que había salido al mediodía de Plaza Miserere en el marco de la Marcha del Corpus por la Ciudad, y les dirigió un mensaje.



“Corpus es un encuentro. El encuentro de Jesús con su pueblo. Un encuentro feliz y que tiene muchas raíces; hace 400 años que lo venimos haciendo en la Ciudad Buenos Aires. Es feliz porque encontrarse con Jesús, vivo, siempre nos da alegría”, afirmó ante los jóvenes.

El purpurado invitó a los jóvenes a comulgar, a “no quedarse sin Jesús en su corazón”, en la misa del Corpus. “Él es el motivo de esta fiesta”; y termino vivando a Jesús, a María y al santo pueblo de Dios.

En la homilía, recordó que “nada nos dignifica tanto como comer el pan de los hijos, el que nos fortalece para seguir caminando en la vida. Él borra en nosotros toda culpa”, y consideró necesario evocar a la Santísima Virgen María en esta solemnidad, al señalar que “Ella es el templo del Hijo de Dios, quien habiendo entrado en su seno sin cuerpo, salió de ella revestido de un cuerpo”.

Tras la celebración eucarística, el cardenal Poli encabezó la procesión alrededor de la Plaza de Mayo con la custodia del Santísimo Sacramento delante, bendijo a los fieles y renovó la consagración de la ciudad y de la arquidiócesis a Nuestra Señora de Luján.



Un laico, una consagrada, un sacerdote y monseñor Enrique Eguía Seguí lo despidieron con palabras de agradecimiento por su servicio pastoral. El obispo auxiliar fue el último en tomar la palabra y dijo que el obsequió para él era una imagen del Buen Pastor, porque –aseguró- representaba sus diez años de ministerio en la arquidiócesis. También le entregaron las conclusiones del Sínodo Arquidiocesano, que el purpurado convocó oportunamente.

“Un último deseo. Pongan en su oración, muy especialmente, a quien ha designado el Papa Francisco: a Jorge Ignacio (García Cuerva), para que disponga su corazón de pastor; y los invitó a todos, no falten, el 15 de julio le entregaré la sede; así será una linda fiesta para la Iglesia porteña”, pidió el cardenal Poli antes de terminar la misa.

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