Nadia Munari murió a martillazos el pasado mes de abril La Policía peruana detiene a los presuntos asesinos de la misionera italiana

Nadia de Munari, misionera laica asesinada en Perú
Nadia de Munari, misionera laica asesinada en Perú

Un crimen que el papa Francisco calificó como un "injustificable episodio de violencia"

Junto al presunto asesino, un joven de 24 años, la policía detuvo a dos mujeres y un hombre en Nuevo Chimbote, una ciudad costera ubicada a 400 kilómetros al norte de Lima y lugar de los hechos

La policía peruana anunció que capturó al homicida de una misionera laica católica italiana asesinada a martillazos en abril en su residencia en el norte de Perú para robarle celulares, en un crimen que el papa Francisco calificó como un "injustificable episodio de violencia".

"El homicidio de la ciudadana italiana Nadia de Munari, de 50 años, ha sido esclarecido por la Policía Nacional del Perú", dijo este viernes el jefe de ese cuerpo de seguridad, general César Cervantes, tras informar sobre la captura ocurrida el jueves.

"La persona (detenida) ha aceptado este hecho criminal", agregó.

Junto al presunto asesino, un joven de 24 años, la policía detuvo a dos mujeres y un hombre en Nuevo Chimbote, una ciudad costera ubicada a 400 kilómetros al norte de Lima y lugar de los hechos.

Nadia de Munari

Según las investigaciones, el robo de celulares fue el motivo del crimen, que derivó en un ataque violento a la misionera cuando reconoció al asaltante.

"El asesino conocía las instalaciones porque había participado en actividades en el lugar donde vivía la misionera", detalló la policía.

Nadia De Munari, la misionera asesinada
Nadia De Munari, la misionera asesinada

La víctima servía desde hacía tres décadas en Perú. Ella murió tres días después del asalto en una clínica.

La misionera formaba parte de la Operación Mato Grosso, que asiste a cientos de niños y adolescentes pobres.

La agresión ocurrió mientras dormía en su habitación y los otros moradores de la vivienda no se percataron del hecho hasta el día siguiente.

El crimen causó consternación y el papa Francisco envío un mensaje expresando su "más firme desaprobación por este nuevo e injustificable episodio de violencia, que se suma a los muchos otros en los que misioneros han perdido la vida mientras realizaban su servicio con abnegación".

La misionera era una persona muy querida en la localidad, donde alimentaba gratis a niños y madres de escasos recursos, según sus vecinos.

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