Monseñor Lugones advierte: "No podemos decir que estamos bien, cuando estamos mal" La Semana Social de la Iglesia argentina terminó con un llamado al diálogo multisectorial

Obispos argentinos en la misa de clausura de la Semana Social
Obispos argentinos en la misa de clausura de la Semana Social

En la previa de las elecciones, los obispos exhortan a todos los actores sociales a comprometerse con un diálogo "responsable y creativo" para revertir la "difícil situación social" en el país

Reiteran preocupación por la pobreza y la desocupación

La Iglesia realizó un llamado a que todos los actores sociales a comprometerse en "un diálogo responsable y creativo" orientado a "revertir esta difícil situación social", en el cierre de la Semana Social que organiza todos los años la Comisión Episcopal de Pastoral Social en Mar del Plata.

La lectura de las conclusiones del encuentro de tres días estuvo a cargo del obispo de Lomas de Zamora y titular de la Pastoral Social, monseñor Jorge Lugones SJ, quien transmitió el pedido a los distintos sectores de "poner los mejores esfuerzos personales e institucionales para revertir esta difícil situación social de presente y de futuro".

"Humildemente les pedimos a todos los actores sociales, al Estado, los empresarios, los sindicalistas, los movimientos populares, la dirigencia política, las universidades y organismos de ciencia y técnica, que nos comprometamos en un diálogo responsable y creativo, pensando fundamentalmente en el bien común de la patria", puntualizó el documento.

"Trabajo: clave para el desarrollo humano integral"

El texto final de este encuentro, que se desarrolló como cada año en el Hotel 13 de Julio de esta ciudad balnearia, puso de relieve la cuestión laboral, que dicho sea de paso fue la que dominó esta edición: "Trabajo: clave para el desarrollo humano integral".

"El trabajo es clave para cualquier proyecto de ecología integral, para el desarrollo de toda persona, de una economía de comunión, y de la promoción y dignidad de todos y muy especialmente de los más pobres", señaló Lugones en su lectura.

Subrayó además algunas de las reflexiones surgidas a lo largo de los tres días de trabajo, en los que intervinieron dirigentes como el ex secretario de Trabajo, Jorge Triaca; el ex ministro de Justicia y de Interior Gustavo Béliz, los diputados nacionales del Frente para la Victoria Fernanda Raverta y Hugo Yasky, y el ministro de Gobierno bonaerense, Joaquín de la Torre.

"Nos conmovieron afirmaciones surgidas de paneles y expositores, de las mesas de trabajo y sus participantes: 'El grado de desigualdad social en que estamos sumergidos es muy grande y peligrosísimo para nuestro país'. Escuchamos la necesidad de direccionar la economía hacia un modelo que abandone la especulación y estimule la cadena de valor y la producción", destacó.

El texto final destacó además los cambios pedidos durante el encuentro "en el sistema impositivo para salir del esquema 'confiscatorio que padecemos'", así como el llamado a "tener presente que son los trabajadores quienes crean la riqueza y no la riqueza quien crea trabajadores".

Un "salario mínimo vital y móvil" ya

"La cuestión del trabajo es urgente y no solo para alcanzar el salario mínimo vital y móvil, que ya en sí mismo es un asunto de justicia, sino además porque el trabajo de todas y de todos es fundamental para estructurar la vida y el desarrollo integral de cada persona, de la familia, y de la Patria", señaló Lugones.

El obispo advirtió que "no alcanza relacionar al trabajo sólo con el capital, sino también y fundamentalmente con la persona, su dignidad y su desarrollo y esto no debería ser un objetivo declamado sino una realidad deseada, buscada y vivida por todos y para todos".

Al abordar cuestiones ecológicas, resaltó el llamado del papa Francisco "a custodiar el hábitat como un legado a preservar de la acción predatoria llevada adelante por el capitalismo de base extractivista, que contamina las aguas, que promueve la tala indiscriminada de árboles sin reparar en las consecuencias climáticas, que degrada los suelos y pone la vida en peligro mediante el uso excesivo de agrotóxicos".

"No podemos decir que estamos bien, cuando estamos mal"

Lugones también advirtió que "cuando vemos desempleo y que no se genera trabajo no podemos decir que estamos bien, cuando estamos mal" y reclamó "otro rumbo" en materia económica para poner a la persona humana en el centro, al hablar durante el encuentro de la Pastoral Social 2019.

"Les recomiendo que recorran la calle y que le pregunten al comerciante o a la gente que está en situación de calle, porque actualmente hay más gente sin trabajo o en situaciones de calle que años anteriores, que me digan como estamos", expresó el obispo.

En ese sentido, sostuvo que "ha crecido el número de niños en merenderos o en comedores, y no hacen falta las estadísticas, sino el simple hecho de recorrer la calle o escuchar al pueblo, al trabajador y aquel que acaba de perder su puesto".

"Soluciones rápidas"

Lugones brindó su conferencia sobre el tema "La persona humana y el trabajo" y agregó: "El diálogo es cuando uno se puede sentar a la mesa y escuchar al otro, poder interpretar los reclamos que tiene el otro y ver desde una posición un poco más arriba como es el Estado o un Gobierno, e ir dando soluciones rápidas a lo que nos piden para poder paliar las situaciones tanto en el corto plazo como en el mediano plazo".

"En un diálogo -agregó- hay que escuchar, y respetarse y cuando realmente se dice que hay consenso que realmente se lleven a cabo y se respeten esos diálogos".

Sostuvo, además, que "cuando el modelo de desarrollo económico se basa solamente en el aspecto material de la persona, termina beneficiando solo a algunos, y daña el medio ambiente".

"Clamor que nos reclama otro rumbo"

En ese caso, acotó, "genera un clamor -tanto de los pobres como de la tierra-, que nos reclama otro rumbo, un rumbo que, para ser sostenible, necesita colocar en el centro del sistema económico a la persona humana -que siempre es un trabajador y una trabajadora-, integrando la problemática laboral con la ambiental".

Lugones también destacó la necesidad de políticas públicas para promover el empleo al señalar que "la cuestión laboral reclama la responsabilidad del Estado, al cual compete la función de promover las condiciones para la creación de oportunidades de trabajo, incentivando para ello tanto al mundo productivo y de la economía social, como al científico-tecnológico y cultural".

"La falta de trabajo destruye el tejido social"

Luego de citar al papa Francisco sostuvo la necesidad de que el trabajo se coloque en el centro de la problemática, dado que "la falta de trabajo destruye el tejido social que permite a la persona humana expresar su dignidad".

Agregó que "cuando en un sistema social las relaciones del trabajo no son de solidaridad sino de egoísmo, la persona poco a poco es excluida, entrando en procesos de despersonalización que matan; y cuando la desocupación llega a ser estructural, las personas excluidas dejan de estar explotadas y pasan a estar descartadas, como advierte el Papa Francisco".

También sostuvo que "si los convenios colectivos de trabajo son la prioridad efectiva del diálogo social, entonces es fundamental que el Estado mantenga este diálogo intacto entre los trabajadores, asalariados, desempleados y empresarios".

El obispo de Lomas de Zamora, Jorge Lugones
El obispo de Lomas de Zamora, Jorge Lugones

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