"Nadie puede pensar un país olvidándose de los pobres", alerta el arzobispo de La Plata Víctor Manuel Fernández pide "consensos" a los políticos para "levantar a los caídos" de la sociedad

El arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández
El arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández

Insta en el tedeum por el aniversario de la Revolución de Mayo a dejar de lado diferencias ideológicas para garantizar "que todos puedan vivir con dignidad y que todos tengan la posibilidad de ganarse en pan con su trabajo"

"Dar una vida digna a los que no la tienen, para recuperar e integrar a los descartados. Ese es el gran consenso y quizás el único realmente posible", subraya

El arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, presidió el tedeum por un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo en el santuario de María y Todos los Santos, donde recordó que el desafío de la política es lograr consensos, sobre todo para “levantar a los caídos” de la sociedad. 

A la acción de gracias por la fecha patria asistieron la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, el vicegobernador Daniel Salvador y el intendente de La Plata, Julio Garro, además de funcionarios del gabinete provincial y municipal. 

“Un gran desafío de la política es lograr consensos, pero en torno a los últimos de la sociedad, lograr acuerdos, pero ¿para qué? Sobre todo, en primer lugar, para levantar a los caídos, para dar una vida digna a los que no la tienen, para recuperar e integrar a los descartados. Ese es el gran consenso y quizás el único realmente posible”, subrayó.

“Porque hay diferencias ideológicas, diferencias de visión, diferencias en el proyecto de país y en las estrategias para lograrlo. Pero nadie puede pensar un país olvidándose de los pobres, y por eso siempre es posible un acuerdo para promoverlos a ellos. El día que sea posible ese acuerdo, tendremos un país libre”, sostuvo.

"No hay libertad sin verdadera fraternidad y verdadera igualdad" 

El prelado consideró que la Revolución Francesa se quedó sólo en la proclama de la libertad, pero sin fraternidad e igualdad, y reflexionó: “El problema es que no hay libertad sin verdadera fraternidad y sin una efectiva igualdad, que no significa igualar a todos por lo bajo, sino que todos puedan vivir con dignidad y que todos tengan la posibilidad de ganarse en pan con su trabajo”. 

“Sólo cuando eso se vuelve realidad una Nación es verdaderamente libre y auténticamente democrática. Por eso, cuando en el himno cantamos: ‘Oíd el ruido de rotas cadenas’, no estamos cantando una realidad, sino un deseo, un sueño”, agregó. 

Por último, monseñor Fernández resumió el discurso de Martin Luther King sobre el “sueño” de igualdad de negros y blancos, al que consideró muy actual, y afirmó que, pese a que en el país no existe este problema, hay “un disimulado sentimiento racista, ante los que llamamos ‘los negros’”.

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