La Iglesia de Bolivia camina junto al pueblo Concluye la Asamblea de obispos bolivianos con un mensaje de esperanza, unidad y compromiso con los pobres y jóvenes
Los obispos de Bolivia concluyeron este martes la 117.ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), con su tradicional Mensaje al Pueblo de Dios
El mensaje, que subraya la renovación de la fe, el compromiso con los pobres y los jóvenes, y la necesidad de reconstruir juntos la democracia en el país, fue leído por monseñor Giovanni Arana, acompañado por monseñor Aurelio Pesoa Rivera y monseñor Percy Lorenzo Galván Flores
Los obispos saludaron al pueblo boliviano recordando que "este año la Iglesia universal experimenta una renovación al celebrar los 2025 años del nacimiento de Jesucristo, como también la celebración del bicentenario de Bolivia"
Los obispos saludaron al pueblo boliviano recordando que "este año la Iglesia universal experimenta una renovación al celebrar los 2025 años del nacimiento de Jesucristo, como también la celebración del bicentenario de Bolivia"
| Micaela Alejandra Díaz
(ADN Celam).- Con la cita bíblica “Peregrinos de esperanza, la esperanza no defrauda” (cf. Rm 5), los obispos de Bolivia concluyeron este martes la 117.ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), con su tradicional Mensaje al Pueblo de Diosque subraya la renovación de la fe, el compromiso con los pobres y los jóvenes, y la necesidad de reconstruir juntos la democracia en el país.
El mensaje fue leído por monseñor Giovanni Arana, secretario general de la CEB y obispo de la Diócesis de El Alto, acompañado por el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Aurelio Pesoa Rivera, obispo del Vicariato Apostólico del Beni, y el vicepresidente, monseñor Percy Lorenzo Galván Flores, arzobispo de La Paz.
Iglesia en camino en el año jubilar y bicentenario
Los obispos saludaron al pueblo boliviano recordando que “este año la Iglesia universal experimenta una renovación al celebrar los 2025 años del nacimiento de Jesucristo, como también la celebración del bicentenario de Bolivia”. Ambos acontecimientos, afirmaron, son una oportunidad para “renovar nuestra fe en la acción salvadora de Dios” y fortalecer la vitalidad eclesial.
“Hemos aprovechado estos acontecimientos para asumir un compromiso personal y comunitario en la transformación de la realidad conforme a los criterios del Reino de Dios”, señalaron.
Ser “peregrinos de esperanza”, dijeron, “no significa quedarse conformes, sino “saber encontrar una fuerza interior para superar las adversidades y mejorar nuestra condición de vida”.
Iglesia pobre para los pobres
En el mensaje, los prelados reafirmaron su fidelidad al Evangelio y a las motivaciones pastorales del Papa León XIV, reiterando que la acción social de la Iglesia “por los pobres debe ser visible y cotidiana”, no algo “superficial, ocasional y opcional”, sino parte esencial de su identidad.
Recordaron que la Iglesia está llamada a ser “una Iglesia pobre para los pobres” y citaron la exhortación apostólica Dilexi te del Papa: “El cristiano no puede considerar a los pobres solo como un problema social; estos son una cuestión familiar, son de los nuestros”.
Los obispos remarcaron que la relación con los pobres no debe reducirse a “una actividad o a una oficina de Iglesia”, más bien debe implicar “dedicar tiempo, ofrecer atención amable, escuchar con interés y acompañar en los momentos más difíciles”.
Opción preferencial por los jóvenes
El mensaje dedica un apartado especial a la juventud boliviana, reconociendo que el país “cuenta con un alto porcentaje de jóvenes”, lo que exige una atención prioritaria tanto del Estado como de la Iglesia. “Los jóvenes son el presente de nuestra sociedad y necesitan ser protagonistas en escribir la historia del país, siendo el rostro de esperanza”, expresaron los obispos.
Invitaron a los jóvenes a vivir su compromiso bautismal a través de la “catequesis, las misiones, el voluntariado y los movimientos juveniles”. Asimismo, llamaron a la Iglesia a “despojarse de estructuras cerradas” para dar espacio al liderazgo juvenil y “escuchar su voz”.
“Solo con su aporte creativo y con nuevas ideas se renueva la vida de la Iglesia”, sostuvieron, insistiendo en la necesidad de “facilitar el encuentro personal con Cristo” para que “cada joven conozca, ame e imite las actitudes de Jesús”.
Nuevo gobierno y reconstrucción de la democracia
En un contexto político marcado por la transición gubernamental, los obispos felicitaron al nuevo presidente Rodrigo Paz y le desearon “el mejor de los éxitos en su servicio por el bien común”.
Advirtieron, sin embargo, que “reconstruir la democracia no es tarea fácil, ni responsabilidad de unos cuantos”, por el contrario, será un esfuerzo compartido que requiere “reconciliación, participación, generosidad, honestidad y transparencia”.
“El país está destrozado y no podemos ser indiferentes. Es posible salir de esta crisis, pero los primeros en comprometernos debemos ser nosotros mismos. Caminando juntos es posible avanzar”, expresaron los prelados. Y pidieron tiempo y serenidad para los procesos de cambio estructural, insistiendo en la importancia de “dar espacio al diálogo, al consenso, al encuentro fraternal y al respeto”.
Sobre la situación nacional
Al concluir la lectura del mensaje, los obispos celebraron una rueda de prensa, donde respondieron preguntas de periodistas sobre temas de actualidad. Ante la posibilidad de levantar la subvención a los combustibles, Mons. Aurelio Pesoa llamó a la reflexión: “Toda decisión debe estudiarse y reflexionarse, porque al final el que sufre es el pueblo que trabaja día a día”. Añadió que cualquier medida debe tomarse “con serenidad y viendo el bien de todos los bolivianos”.
Consultado sobre la presencia del crucifijo y la Biblia en el acto de posesión del nuevo presidente, Mons. Pesoa aclaró: “La Biblia y el crucifijo no salieron del Palacio de Gobierno; siempre estuvieron presentes”. Añadió que muchos gobernantes “eran católicos y llevaban consigo estos signos”, y que su visibilización “es una actitud positiva” que debe alentar la identidad de fe, “sin que eso signifique injerencia de la Iglesia en las decisiones del gobierno”.
Respecto al asesinato de un juez en Cochabamba, el obispo expresó un firme rechazo: “No es el camino la violencia. Eso merece el repudio de toda la Iglesia y del pueblo boliviano”.
Justicia y valores
Mons. Giovani Arana, también expresó que se debe tener el respeto a la ley y la situación de la justicia, insistió en que “todos somos iguales ante la ley; no debe haber diferencia para que se aplique a unos y no a otros”.
Acerca de posibles reformas a la Constitución Política del Estado, Mons. Pesoa afirmó que “la Iglesia busca siempre el diálogo con el Estado” y expresó su deseo de “una relación más fluida y continua con el gobierno”. Indicó además que las reformas deben ser guiadas por “abogados, técnicos y estudiosos de la ley”.
En relación con los feminicidios y la crisis de valores, señaló: “Se han descuidado los valores y se ha querido poner a un lado a Dios. Cuando se prescinde de Dios, muchas cosas se distorsionan y se equivoca el camino”. Remarcó que es necesario “recuperar los valores humanos y cristianos” porque “los signos y estructuras nos ayudan a caminar en la dirección correcta”.
Hacia la luz de la Navidad
En su mensaje final, los obispos invitaron a prepararse para la celebración del nacimiento de Jesús: “Que esta Navidad sea una ocasión para dejarnos iluminar por su encarnación”.
Pidieron la intercesión de la Virgen María, “nuestra madre, para que nos ayude a mantener viva la esperanza”, y concluyeron asegurando su caminar junto al pueblo boliviano, guiados por la fe y el espíritu sinodal que los impulsa a “seguir peregrinando con esperanza”.