Carlos Castillo: "Dios ha nacido en la insignificancia y entre los insignificantes"
"El Señor se ha metido en nosotros, especialmente, en los más pequeñines. Y nos está diciendo todos los días: ‘organicen un mundo al servicio de los pequeños", explicó el cardenal de Lima en Navidad
Acompañado de un grupo de niños, el Cardenal Carlos Castillo ofició la Eucaristía por la Natividad del Señor en Catedral de Lima. Al inicio de su homilía, el Prelado explicó que Dios ha querido revelarse de un modo distinto a los criterios de grandeza y poder que priman en el ser humano. La promesa histórica de un Salvador se produce mediante la identificación de un niño pequeño «que nos hace a todos hermanos porque somos hijos del mismo Padre».
Mirar al Dios que se «abaja» entre los últimos de la tierra
Aludiendo a las palabras del Papa León XIV, el arzobispo de Lima sostuvo que no necesitamos mirar al cielo para ‘ver’ a Dios, porque se ha abajado para acompañar y alentar a los últimos de la tierra, a los pequeños, los indefensos, los pobres, la gente de nuestro pueblo.
Por lo tanto, la alegría de la Natividad no es individual, «es para todo el pueblo, para que nos comprendamos y vivamos en hermandad». El Cardenal Castillo aseguró que la gracia de Dios se ofrece a todos, sin distinción, nos ama sin condición.
Para que el Señor nos ame no necesitamos amarlo, Él nos ama gratuitamente a cada uno, a todos como pueblo, para constituir una esperanza humana en su conjunto
En otro momento, el obispo de Lima se dirigió a aquellos poderosos del mundo que «someten a los pueblos al arbitrio, a la desesperación, al maltrato y los ponen bajo su égida creyéndose Dios». Los exhortó a superar esta «desgracia» de estar compitiendo y peleando por el dinero, buscando la vanagloria y «creernos lo que no somos». Y agregó:
«Dios dio los bienes para que todos los compartamos y encontremos una forma de igualarnos y de ayudarnos en ese camino, no para ser amarretes, egoístas, buscadores únicamente del beneficio propio», advirtió.
En la Iglesia todos somos cáritas
El Primado del Perú indicó que la llegada del Niño Jesús nos muestra «la debilidad de Dios por el ser humano», sobre todo, los marginados y vulnerables. «Y ese Niño va a caminar sirviendo con su vida cuando crezca. Ese es el camino a seguir para que el mundo sea mejor. ¡No hay otro! Lo hemos anunciado y lo continuaremos haciendo en forma desarmada y desarmante, como dice el Papa León XIV», reflexionó.
El Cardenal Castillo pidió que unamos esfuerzos para continuar promoviendo una Iglesia que sea «cáritas para servir», porque «toda nuestra vida debe aprender a organizar un sistema de vida en el cual todos tengan oportunidades y ventajas para seguir adelante».
Reconozcamos que, en el corazón de este Niño pequeño y débil, Dios habita plenamente y nos está enseñando el único camino de salvación
Dirigiéndose al Pueblo de Dios congregado en la Catedral de Lima, el arzobispo limeño expresó: «El Señor se ha metido en nosotros, especialmente, en los más pequeñines. Y nos está diciendo todos los días: ‘organicen un mundo al servicio de los pequeños’.
La Eucaristía fue concelebrada por el Padre César Oré. También se hizo presente el coro de niños de la Parroquia Mercedarias, de Barrios Altos.
