Ante la canonización de José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles Un abnegado científico humanista y una monja con discapacidad refrescan el concepto de santidad en la Iglesia

Rendiles y Gregorio
Rendiles y Gregorio

Miles de peregrinos viajarán hasta Roma para asistir a la canonización de sus dos primeros santos venezolanos

Una de las principales peregrinaciones la lidera el Cardenal Diego Padrón Sánchez desde Venezuela con un grupo de fieles que viajarán desde distintas partes del continente americano y desde la Unión Europea, para congregarse finalmente en la Plaza de San Pedro el domingo 19 de octubre

La devoción popular por el beato José Gregorio Hernández comenzó poco a poco desde los pequeños rincones de cada hogar católico en cualquier comarca de Venezuela.

Una estampita con una oración al reverso, una efigie pequeña o una talla en madera de José Gregorio compartían los altares domésticos –muchos de ellos improvisados, humildes y discretos– al lado de Jesús crucificado y de la Santísima Virgen María.

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El médico de los pobres, epíteto con el que se lo vino conociendo a lo largo del siglo XX y tal como se lo sigue venerando hoy en plena sociedad red del siglo XXI en Hispanoamérica, nació un 26 de octubre de 1864 en Isnotú, uno de los tantos pueblecillos de la fría Cordillera Andina en la América del Sur.

Mural dedicado a José Gregorio en Venezuela
Mural dedicado a José Gregorio en Venezuela

Uno de los rasgos más fascinantes de la biografía de este beato fue su sólida formación científica además de su espíritu innovador en fisiología y bacteriología. Su trabajo de investigación siempre estuvo impregnado de conciencia social en un país sumergido en las epidemias que hoy ya están erradicadas en todo el mundo.

Ahora bien, su exitosa carrera científica jamás entro en conflicto con su fe católica e incluso quiso ingresar a la vida religiosa, pero la vulnerabilidad de su salud no fue un aliado recomendable. Murió arrollado por un automóvil en 1919 en Caracas, cuando apenas la gasolina era un misterio o una curiosidad en aquellas ciudades de industrialización incipiente.

María del Carmen Rendiles, primera santa venezolana
María del Carmen Rendiles, primera santa venezolana Aica

La otra beata venezolana que acompañará a José Gregorio Hernández en la canonización del próximo 19 de octubre en el Vaticano se llama Carmen Rendiles, una religiosa de la congregación Siervas de Jesús en Venezuela.

La historia de la madre Carmen también ha sido ejemplar para los venezolanos y una demostración de la fatiga, la esperanza y la fe del creyente porque desde joven quiso convertirse en religiosa, pero una discapacidad innata fue siempre motivo de rechazo. Había nacido sin su brazo izquierdo.

La madre Carmen y el doctor José Gregorio Hernández están unidos por un dato contrastante y a la vez por varias coincidencias, ambos son contemporáneos aunque la religiosa nació en 1903 y falleció en 1977; el primer milagro que le reconoció la Santa Sede a la beata Carmen es la curación de una médica venezolana en 2003 que sufrió un accidente mientras operaba en un quirófano, es decir, una colega del beato venezolano; el dato contrastante es que mientras uno fue laico la otra fue religiosa consagrada.

Peregrinando juntos
Peregrinando juntos

Ambos vivieron fuertemente motivados por una amor a la condición humana y una comprensión de las vulnerabilidades de las criaturas terrenales del Dios Padre. Ambos vivieron en la luz de Cristo resucitado y por esta razón miles de peregrinos viajarán hasta Roma para asistir a la canonización de sus dos primeros santos venezolanos.

Una de las principales peregrinaciones la lidera el Cardenal Diego Padrón Sánchez desde Venezuela con un grupo de fieles que viajarán desde distintas partes del continente americano y desde la Unión Europea, para congregarse finalmente en la Plaza de San Pedro el domingo 19 de octubre.

–El Padre David Trujillo y este servidor acompañaremos a Roma a los peregrinos que van a participar en todos los actos de la canonización presidida por el Santo Padre León XIV, pues significa un acontecimiento que marcará la historia de Venezuela y el anuncio solemne de que la justicia y la honestidad, el trabajo y el servicio desinteresado al prójimo pueden encarnarse en nuestras vidas.

El Cardenal Padrón también visitará Asís junto con sus peregrinos para venerar a San Francisco y a Carlos Acutis, el joven italiano que falleció de leucemia a los 15 años y quien también será canonizado por el Santo Padre en octubre

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