Los obispos de La Matanza advierten, tras el asesinato de un colectivero y la agresión a un ministro Si el Estado argentino no combate la inseguridad puede haber "justicia por mano propia", dice la Iglesia

Víctima
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Los obispos de La Matanza, donde ocurrió el hecho, afirman que ese eventual camino "es algo que no queremos porque la injusticia y la violencia que generarían sería más grande". No obstante, alertan por el inicio de "una guerra de pobres contra pobres"

Denuncian que detrás del crimen operan las grandes mafias de los narcos

"La sensación de los vecinos es que vivimos en territorio liberado o negociado, afirman. Y explican: Liberado porque se hace la vista gorda, negociado porque atrás de esta inseguridad sabemos que operan las grandes mafias de los narcos"

"Reclamamos respuestas visibles que cuiden la vida de nuestro pueblo, de otro modo estamos corriendo el riesgo de ser una sociedad que empiece a hacer justicia por su propia mano y eso es algo que no queremos, porque la injusticia y la violencia que generarían serían aún más grandes", advierten

(Valores Religiosos).- Tras la agresión al ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, de colectiveros indignados por el asesinato de un compañero en Virrey del Pino, la Iglesia en La Matanza salió este martes a advertir que mientras el Estado no brinde respuestas efectivas frente a la inseguridad “estamos corriendo el riesgo de ser una sociedad que empiece a hacer justicia por su propia mano”.

La advertencia fue hecha por los obispos de Gregorio de Laferrer, Jorge Torres Carbonell y de San Justo, Eduardo García, en un comunicado conjunto en el que señalan que la justicia por mano propia “es algo que no queremos, porque la injusticia y la violencia que generarían serían aún más grandes”.

“En las puertas de la Semana Santa, los hechos que son de público conocimiento nuevamente nos han confirmado que la Pasión sucede hoy: un inocente asesinado fruto de la falta seguridad instalada en nuestros barrios y de los pequeños intereses creados”, comienzan diciendo.

Agregan que “si bien nos consterna, no nos asombra porque es uno más en la lista de los últimos años en los cuales ningún barrio ni zona ha quedado exento del robo, la entradera, el apriete, el choreo de celulares a plena luz del día; muchos de ellos seguidos de muerte”.

“La sensación de los vecinos es que vivimos en territorio liberado o negociado”, afirman. Y explican: “Liberado porque se hace la vista gorda a menos que el hecho se venga encima y no haya más remedio que actuar; negociado porque atrás de esta inseguridad sabemos que operan las grandes mafias de los narcos que han invadido con su negocio nuestros barrios y tienen como soldaditos a nuestros pibes o como consumidores que salen a robar lo que sea para poder ir a comprar la ‘merca’ que necesitan para seguir viviendo”.

"La sensación de los vecinos es que vivimos en territorio liberado o negociado, afirman. Y explican: Liberado porque se hace la vista gorda, negociado porque atrás de esta inseguridad sabemos que operan las grandes mafias de los narcos"

Puntualizan que “necesitamos una política de seguridad que encare esta problemática y que lo resuelva con más efectivos en la zona de los hechos hasta que las aguas bajen”.

“Una de las cosas más lamentables -sostienen- es que no se trata de grandes atracos, desfalcos o robos programados a los ricos —lo cual tampoco está bien— sino que se está generando una guerra de pobres contra pobres”.

En ese sentido, señalan que “los que van a trabajar a las 5 de la mañana son pobres, los choferes de colectivos son pobres, las amas de casa son pobres, los docentes son pobres. Nadie queda afuera de la inseguridad y del temor por sus vidas”.

"Se está generando una guerra de pobres contra pobres"

“Acompañamos a la familia de Daniel en este momento tan duro, como a las de tantos otros, confiando en que su sangre derramada no sea en vano, sino que nos ayude a tomar conciencia y a trabajar juntos por una sociedad en paz, esto sólo se logrará con la base de una justicia verdadera y de un compromiso auténtico de aquellos que asumieron la responsabilidad de cuidar la vida de los ciudadanos” afirman.

Además, los obispos también repudian “los hechos de violencia del lunes del que hemos sido testigos, sabiendo que la violencia solo engendra más violencia”.

“También sabemos -añaden- que es difícil pedir un diálogo sereno con la sangre de un compañero trabajador en las manos, sabiendo que mañana puede ser la propia o la de un ser querido”.

No obstante, consideran que “necesitamos un diálogo profundo y sincero. Si bien hasta ahora ha habido silencio de parte de las autoridades, es más honesto hacer silencio que realizar promesas que no se van a cumplir y que llevan a la frustración”.

"Es difícil pedir un diálogo sereno con la sangre de un compañero trabajador en las manos"

Reclamamos respuestas visibles que cuiden la vida de nuestro pueblo, de otro modo estamos corriendo el riesgo de ser una sociedad que empiece a hacer justicia por su propia mano y eso es algo que no queremos, porque la injusticia y la violencia que generarían serían aún más grandes”, advierten.

Y concluyen: “Que Jesús, Rey de la Paz en esta Semana Santa, nos ayude a afrontar este momento sabiendo que Dios nunca deja desamparados a los que de confía en ÉL”.

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