El cardenal Brenes califica de “acto terrorista para amedrentar a la Iglesia” el incendio Un desconocido quema la imagen de más de 300 años de la Sangre de Cristo de la catedral de Managua

La Sangre de Cristo, calcinada
La Sangre de Cristo, calcinada

La imagen de la Sangre de Cristo, cuya capilla se encuentra en el costado oeste de la Catedral, quedó totalmente calcinada

La Iglesia católica calificó la acción como “un acto de sacrilegio y profanación totalmente condenable, por lo que debemos permanecer en constante oración, para derrotar las fuerzas malignas”

La esposa del presidente Ortega, la vicepresidenta Rosario Murillo, afirmó que el incendio fue producto de un accidente causado por los fieles

Las relaciones entre la Iglesia católica y Ortega se mantienen tensas en Nicaragua desde 2018, cuando la mayoría de sacerdotes arriesgaron sus vidas para salvar las de miles de personas que participaban en manifestaciones antigubernamentales

Un desconocido lanzó una bomba e incendió  una imagen de la Sangre de Cristo que lleva 382 años en Nicaragua y que fue venerada por San Juan Pablo II en 1996, cuando se arrodilló y oró a sus pies, durante su segunda visita al país, de mayoría católica.

“Una persona no identificada ingresó a la Capilla de la Sangre de Cristo en la Catedral Metropolitana de Managua, y arrojó una bomba, produciendo un incendio dentro de la capilla, en donde permanece la consagrada y venerada imagen de la Sangre de Cristo y expuesto el Santísimo en su sagrario”, informó la Arquidiócesis de Managua, en un comunicado.

La imagen de la Sangre de Cristo, cuya capilla se encuentra en el costado oeste de la Catedral, quedó totalmente calcinada, pero su estructura soportó en pie, según se pudo observar después de que los bomberos sofocaron el incendio, ocurrido antes del mediodía de este viernes.

La Iglesia católica calificó la acción como “un acto de sacrilegio y profanación totalmente condenable, por lo que debemos permanecer en constante oración, para derrotar las fuerzas malignas”.

Justo ayer, el cardenal Leopoldo Brenes reiteró a los sacerdotes y creyentes que estuvieran atentos y vigilantes en el cuidado de sus capillas, tras las profanaciones ocurridas contra dos parroquias de la Arquidiócesis de Managua.

Cristo incendiado
Cristo incendiado

Dichas profanaciones se han presentado luego de que la Arquidiócesis de Managua anunció la suspensión de las fiestas populares en honor de Santo Domingo de Guzmán, las más grandes de Nicaragua, para evitar aglomeraciones, debido a la pandemia de COVID-19, entre el 1 y el 10 de agosto próximo.

ANTECEDENTES

El anuncio de la Arquidiócesis llegó cuando diferentes instituciones del Gobierno promovían actividades masivas, como parte de las fiestas por Santo Domingo de Guzmán.

“Lo ocurrido ha sido una herida dolorosa al corazón del pueblo católico nicaragüense”, dijo el influyente obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez, exiliado desde 2019 tras recibir amenazas de muerte, supuestamente de grupos ligados al Gobierno del presidente Daniel Ortega.

El Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) afirmó que el ataque se suma a otros "actos de vandalismo que en los últimos días se han realizado contra templos católicos en otras ciudades del país, que representan una cara persecución contra la Iglesia católica sus líderes y la feligresía, atentando contra la libertad religiosa que establece nuestra Constitución".

Las relaciones entre la Iglesia católica y Ortega se mantienen tensas en Nicaragua desde 2018, cuando la mayoría de sacerdotes arriesgaron sus vidas para salvar las de miles de personas que participaban en manifestaciones antigubernamentales y que fueron controladas con ataques armados que dejaron cientos de muertos, presos y desaparecidos.

Cristo de Managua
Cristo de Managua

Ortega ha sostenido que los sacerdotes apoyaron a Estados Unidos en un supuesto “golpe de Estado fallido” hace dos años. Tales declaraciones han provocado agresiones físicas contra algunos de los obispos y profanaciones sistemáticas hacia los templos católicos, ejecutadas por fanáticos sandinistas que los han reivindicado o por desconocidos.

Las diferencias entre la Iglesia católica y Ortega fueron comprobadas por San Juan Pablo II en su primera visita a Nicaragua, en 1983, bajo el primer mandato del exguerrillero, cuando las denominadas "turbas sandinistas" insultaron al entonces pontífice, hasta que este elevó la voz para acallarlos.

El Episcopado ha suspendido las actividades masivas religiosas desde 2018, primero por la inseguridad que persiste en Nicaragua debido a la presencia de paramilitares y capturas de personas que supuestamente violan la norma de no criticar a Ortega, y posteriormente para evitar la propagación de la pandemia de COVID-19.

El Gobierno nicaragüense, que mantiene en vigor la llamada "estrategia singular", que busca el "equilibrio" entre la economía y la salud, sostiene que las actividades masivas no se pueden detener a causa de la pandemia.

Cardenal Brebes: "Acto terrorista"

El arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, calificó como "acto terrorista" el incendio declarado este viernes en una capilla de la Catedral Metropolitana de la capital nicaragüense, que calcinó una histórica imagen de la Sangre de Cristo, en el país de mayoría católica.

"Así lo quiero decir, claramente, es un acto terrorista para amedrentar a la Iglesia en su misión evangelizadora", dijo Brenes, quien en julio de 2018 denunció que la Iglesia Católica es perseguida por el Gobierno del presidente Daniel Ortega.

Así quedó el Cristo de Managua
Así quedó el Cristo de Managua

El incendio ocurrió este viernes, cuando un desconocido lanzó una bomba en el interior de la Capilla de la Sangre de Cristo, en medio de una ola de profanaciones contra templos católicos desde que el clero anunció la suspensión de la fiesta popular más grande de Nicaragua, en honor de Santo Domingo de Guzmán, a causa de la pandemia, cuando algunas instituciones del Gobierno ya la daban por hecho.

En una conferencia de prensa improvisada en el patio de la catedral, el cardenal nicaragüense afirmó que existen indicios de que el incendio de uno de los patrimonios más preciados de los católicos nicaragüenses "fue planificado con mucha calma".

Brenes conectó el incendio con otro evento ocurrido el pasado día 20, en el que un hombre en una camioneta destruyó los portones de la catedral, y con el robo de una verja, que sirvió como vía de escape para el causante del fuego.

"Calculó todo, dónde entrar, cómo hacerlo y luego por dónde escapar. Esto verdaderamente estaba planificado", afirmó.

VERSIÓN OFICIAL

Por su parte, la esposa de Ortega, la vicepresidenta Rosario Murillo, afirmó que el incendio fue producto de un accidente causado por los fieles.

"Se dio ese incendio, se combustionó, se quemó la estructura de aluminio, las cortinas de tela, y las flores que la adornaban. Existencia de veladoras encendidas en el entorno de la Sangre de Cristo se comprobó. Son las veladoras que encienden los feligreses, que buscamos siempre cómo pagar promesas a nuestros Santos", dijo Murillo.

El sagrario y el Cristo incendiado
El sagrario y el Cristo incendiado

La versión oficial fue desmentida por Brenes, quien afirmó que hace más de 20 años él mismo recomendó que dicha imagen, que lleva 382 años en Nicaragua y ante la que San Juan Pablo II se arrodilló y oró en su visita al país en 1996, estuviera fuera de peligro de incendios por su importancia histórica y religiosa.

"Ahí no hay ninguna vela, ni tampoco tenemos cortinas, o sea que no podemos pensar que el incendio, entre comillas, puede ser producto de una veladora que se cae. Esto fue un acto de terrorismo incendiario de una bomba de gran poder", resaltó el cardenal.

La Policía Nacional emitió una nota de prensa sobre el incendio, en la que contradijo la versión de las velas de Murillo, y la del atentado de Brenes.

“No se detectaron residuos de pólvora artesanal, sustancias explosivas de origen industrial, ni acelerante tipo hidrocarburo, en muestras de material combustionado. Se descartó ocurrencia de cortocircuito o recalentamiento del sistema eléctrico, como fuente de inicio del fuego. En el lugar del hecho se encontró atomizador plástico con alcohol”, detalló la Policía.

En una fotografía compartida por las autoridades policiales, se observa el atomizador supuestamente encontrado en el lugar, que no aparece calcinado, como el resto de objetos dentro de la capilla.

TESTIGOS CONFIRMAN BOMBA

La versión de la bomba fue confirmada por testigos, cuya seguridad despertó preocupación en diferentes organismos defensores de los derechos humanos que, al igual que la oposición, responsabilizaron del incendio al Gobierno y al oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Tanto el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) y la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), como las opositoras Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia y Unidad Nacional Azul y Blanco, condenaron el suceso, culparon a “la dictadura”, y coincidieron en llamar “terrorismo de Estado” a lo ocurrido.

Las relaciones entre la Iglesia Católica de Nicaragua y Ortega están rotas desde que religiosos arriesgaran sus vidas para salvar a miles de personas de los tanques armados contra las manifestaciones antigubernamentales de 2018, que dejaron cientos de presos, muertos o desaparecidos y más de 100.000 personas en el exilio.

Ortega, quien dice haberse defendido de un "golpe de Estado fallido", ha señalado al Episcopado de ser "golpista”, tras lo cual, obispos, sacerdotes y templos católicos, han sufrido agresiones o profanaciones sistemáticas, reivindicadas por sandinistas, o por desconocidos.

Las fricciones entre Ortega y la Iglesia Católica no son nuevas, tal como lo comprobó en su primera visita a Nicaragua San Juan Pablo II en 1983, cuando debió alzar la voz para hacer callar a las denominadas “turbas sandinistas”, que insultaban al papa en el primer mandato del exguerrillero.

Cristo de la Sangre antes del incendio

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