El obispo dicta una severa normativa, a pesar del apoyo del Papa a este colectivo Sioux Falls: la diócesis 'antitransgénero' de Estados Unidos

El obispo Donald DeGrood ha dicho a los fieles de la diócesis norteamericana de Sioux Falls que los niños serán niños y las niñas serán niñas y que cualquiera que diga lo contrario está socavando el matrimonio y la voluntad de Dios, por lo que las escuelas católicas Bishop O'Gorman han prohibido su entrada a los transgénero.

"La ideología transgénero contradice y socava este principio nupcial inherente a las diferencias hombre-mujer", según las afirmaciones del obispo recogidas por KELO-TV y reproducidas por Dakota Free Press, que también añade las afirmaciones de que "la ideología transgénero socava la base misma del matrimonio y la familia" contenidas en una carta del obispo publicadas a principios de este mes de agosto.

El obispo DeGrood dice que "todos los bautizados" tienen el "deber" de "anunciar alegremente" la binaridad inmutable del género. Con este fin, la Política Diocesana sobre la Sexualidad Humana en los Entornos Educativos, en vigor desde el 1 de julio de 2022, impone una serie de restricciones a todos los estudiantes de las escuelas católicas de Sioux Falls.

Prohibido manifestar atracción por el mismo sexo

Entre esta serie de restricciones, se encuentran las de que los estudiantes no pueden defender, celebrar o expresar la atracción por el mismo sexo; tampoco abogar, celebrar o expresar el transgenerismo de tal manera que cause confusión o distracción en el contexto de las clases, actividades o eventos de la escuela católica.

Estas disposiciones del obispo estadounidense también tienen graves indicaciones para los párrocos y administraciones de las escuelas católicas sobre las que tiene jurisdicción, pues se afirma que "la cooperación con los individuos que experimentan disforia de género puede ser vista por la comunidad parroquial o escolar como una forma implícita de aprobación".

El obispo decide

Igualmente, según las fuentes citadas, las escuelas deben alertar al obispo sobre cualquier solicitante o estudiante "que afirme ser transicional o estar en transición", de tal manera que será el propio pastor quien "decide si ese niño puede entrar o permanecer matriculado en una escuela católica de Sioux Falls", aunque "ningún alumno que exprese 'género, identidad sexual o sexualidad' que cause 'confusión o perturbación a otros alumnos del sistema escolar católico' puede asistir a ninguna escuela católica de Sioux Falls".

Igualmente, esta 'política' diocesana prohíbe también que "aquellos que elijan vivir un estilo de vida transgénero públicamente y declaren tal intención de palabra o de acción" sirvan como "lectores, ministros de música o ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión durante las liturgias celebradas en una escuela católica", así como la contratación de cualquier maestro, administrador o personal que viva un estilo de vida transgénero, esté en transición o incluso considere la posibilidad de hacerlo. 

La diócesis de Sioux Falls extiende esta interpretación de la disforia de género más allá de sus escuelas a los ministerios parroquiales. Las personas que "viven públicamente un estilo de vida transgénero o que están en proceso de transición deben abstenerse" de comulgar "hasta que acepten plenamente las enseñanzas de la Iglesia". (Si estás pensando en la transición pero no se lo has dicho a nadie, todavía puedes colarte para tomar el vino y las hostias, que experimentan su propia y notable transición). La confirmación y el bautismo de adultos "deberían retrasarse" para las personas que han hecho la transición, la están haciendo o están pensando en hacerla.

Paralelamente, el Papa Francisco recibió este miércoles a algunos de los miembros de la comunidad de la Bienaventurada Virgen Inmaculada de Torvaianica, un grupo cristiano de acogida a personas transexuales de la zona romana de Ostia, en las que colaboran las Hermanitas de Jesús.

Como publicó RD el pasado 12 de agosto, la comunidad ha recibido el apoyo directo del Santo Padre a través del cardenal Konrad Krajewski, con programas de acompañamiento y de recuperación de quienes sufren la “esclavitud de la prostitución”, señala el medio vaticano.

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