De septiembre a diciembre, es la celebración de devoción popular más importante en el país Las fiestas patronales de Nicaragua en honor a San Jerónimo concluyen sin participación de la Iglesia

Fiestas patronales de Nicaragua en honor a San Jerónimo
Fiestas patronales de Nicaragua en honor a San Jerónimo

Las fiestas patronales de Nicaragua en honor a San Jerónimo, que van de septiembre a diciembre, concluyeron este domingo en la ciudad de Masaya con un baile masivo por las calles, sin la participación de la Iglesia católica

Las festividades populares fueron organizadas exclusivamente por las autoridades de Masaya, gobernada por los sandinistas

La Iglesia católica se limitó a celebrar las eucaristías y algunas tradiciones dentro de los templos

Las fiestas patronales más extensas de Nicaragua en honor a San Jerónimo, que van de septiembre a diciembre, concluyeron este domingo en la ciudad de Masaya con un baile masivo por las calles de ese lugar conocido como la "cuna del folclore", sin la participación de la Iglesia católica.

Las festividades populares en honor de San Jerónimo no contaron con la participación de la Iglesia católica, sino que fueron organizadas exclusivamente por las autoridades de Masaya, gobernada por los sandinistas.

Las relaciones del Gobierno de Daniel Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, marcadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de relaciones diplomáticas con el Vaticano.

La Iglesia católica se limitó a celebrar las eucaristías y algunas tradiciones dentro de los templos, según constató EFE.

A las fiestas de este domingo acudieron cientos de personas que se sumaron a un baile masivo que recorrió la avenida real de San Jerónimo, en el centro de la ciudad de Masaya, y que fue amenizado al son de marimba, color y arte, en una jornada repleta de tradición.

Ernesto Moya, de 56 años, lleva más de la mitad de su vida danzándole a San Jerónimo, y en este baile masivo no fue la excepción. Moya, vestido con traje satinado en verde y blanco y un sombrero de palma, explicó a EFE que esa actividad es la culminación de las fiestas de su patrono San Jerónimo, en el que muchas personas le confían favores y milagros.

En esos bailes únicamente se utiliza una marimba y dos guitarras para poder danzar, puntualizó Moya, que comenzó esa tradición desde que tenía los 10 años y siempre ha optado por la marimba.

Iglesia católica solo celebró eucaristías

Jóvenes, adultos y hasta niños utilizaron vestidos coloridos, trajes satinados de encajes, otros llevaban impresos paisajes o algo que representa la cultura popular de Masaya.

También utilizaron máscaras, abanicos, sombreros, cascabeles, pañuelos de colores, entre otros accesorios, mientras se escuchaba las marimbas de fondo.

La nicaragüense Lucía Cardoza, ataviada con traje rojo y blanco, tiene tres años de participar en este evento masivo “para celebrar las fiestas de San Jerónimo”. Un baile que catalogó de “hermoso”, “grande” y “espectacular”, porque esta es “nuestra cultura”, declaró a EFE.

La actividad es el cierre formal de las fiestas en honor a San Jerónimo en Masaya, que cada año inician en septiembre y se mantienen de forma ininterrumpida hasta el 1 de diciembre.

Antes de este baile masivo, todos los domingos de noviembre, decenas de artistas salieron a las calles a bailar al son de la marimba y a visitar varios hogares cuyos propietarios se ofrecen a regalar refrescos, golosinas o comida a los bailarines y visitantes.

Estas fiestas, que son las más extensas de Nicaragua, se inician con la bajada del santo a mediados de septiembre, cuando se realizan continuas procesiones por todas las calles de Masaya en medio de música tradicional, aunque esta vez no fueron organizadas por la Iglesia católica.

La celebración en honor al santo contempla, además, un sinnúmero de actividades, como bailes tradicionales, la simulación de un carnaval terrorífico, desfile de disfraces, dianas, eucaristías, y varias presentaciones artísticas y de artesanos locales.

Volver arriba