Opción por los pobres, cambios estructurales, conversión y necesidad de organización El legado de los mártires salvadoreños: “sembrar la primavera de un nuevo proyecto político”

Romero
Romero

En el marco del aniversario 106 del natalicio de Mons. Oscar Arnulfo Romero se me pidió dar una pequeña reflexión en la Cripta de la catedral de San Salvador, donde descansan los restos de nuestro Santo. El tema que se me encomendó fue sobre el legado de los mártires en El Salvador

Monseñor Romero comprendió muy bien que el martirio como gratuidad divina es siembra de una esperanza concreta

En el marco del aniversario 106 del natalicio de Mons. Oscar Arnulfo Romero se me pidió dar una pequeña reflexión en la Cripta de la catedral de San Salvador, donde descansan los restos de nuestro Santo. El tema que se me encomendó fue sobre el legado de los mártires en El Salvador, el siguiente texto es fruto de dicha reflexión.

Desde los origines del cristianismo el martirio fue una realidad que acompañaba al movimiento de Jesús. En el evangelio de Juan el testimonio (martirio) es presentado con el mayor énfasis, hasta el punto que Jesús y Dios Padre son “testigos” (Cfr. Jn 5, 30-47). De igual manera ese testimonio da frutos cuando se cumple hasta ser asesinado: “En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo al caer en la tierra no muere, queda él solo; pero si muere, produce mucho fruto” (Jn 12, 24). Surge aquí el elemento del martirio como semilla que siembre esperanza y que da como fruto una primavera concretizada en un proyecto político en favor de las grandes mayorías pobres.

Monseñor Romero comprendió muy bien que el martirio como gratuidad divina es siembra de una esperanza concreta, así lo afirmaba en el primer aniversario del martirio del padre Rutilio Grande:«Lo que no se esperaban es que la muerte de un cura suscita tempestades, suscita primaveras, como la que ha vivido El Salvador cristiano desde hace un año. Lo que no sabían es que ellos ponían en el surco una semilla que reventarías en grandes cosechas, como decía Cristo: el grano de trigo muere no para quedarse sepultado. No han triunfado sobre él. La cosecha de la persecución ¡cómo ha sido abundante!, hermanos.

Significado de monseñor Romero hoy
Significado de monseñor Romero hoy

Y yo quiero aquí, en este momento, agradecer a este cristiano, junto a los cristianos que con él murieron, junto a los cristianos que con él trabajaron esta siembra de primavera que estamos recogiendo ahora» (Homilía del 5 de marzo de 1978).

Desde esa perspectiva de la semilla sembrada con la vida asesinada del mártir es un testigo que suscita tempestades, primaveras y pone en el surco una semilla que reventará en grandes cosechas, en concreto el Reino de Dios que da como fruto una nueva sociedad. En El Salvador en la época de Romero se cosechó de la semilla que los mártires sembraron con su sangre, esa cosecha fue un pueblo organizado que luchó por construir un proyecto político que diera a luz una nueva sociedad en donde las grandes mayorías tuvieran una vida digna.

Un contexto histórico diferente 

Ahora el contexto histórico es diferente, pues nos encontramos en un momento de preparar la siembra de la primavera, la realidad salvadoreña exige sembrar una primavera política, desde la dimensión política de la fe esa es la herencia o legado martirial, la siembra de la semilla del Reino de Dios, historizado en una siembra de primavera, es decir, de un nuevo proyecto político para la situación del país ahora.

Desde el pensamiento de nuestro Obispo mártir se proponen tres elementos que debe tener ese proyecto político como primavera por sembrar. Dichas propuestas han sidotomadas de la cuarta carta pastoral de monseñor Romero “Misión de la iglesia en medio de la Crisis del país”.

  1. Unidad en la “opción preferencial por los pobres”

«Esta preferencia por los pobres que el Evangelio impone a los cristianos no polariza, no divide, sino que es fuerza de unidad» (n° 24).

Citando a Puebla en el mismo numeral, el obispo nos dice que todos sin distinción alguna debemos aceptar y asumir la causa de los pobres como propia. (Cfr. n° 24). Este proyecto político debe tener unidad, pero «Solo esta opción preferencial por los pobres, entendida evangélicamente, puede ser la clave para esta crisis de unidad» (n° 24). En la unidad en torno a la opción por los pobres debe surgir un proyecto político que responda a esos intereses.

Peregrinación hacia la cuna de San Óscar Romero
Peregrinación hacia la cuna de San Óscar Romero

2. Cambios estructurales profundos, cambiar el sistema

Unidad para un proyecto que busque los cambios estructurales profundos, es decir, el cambio del sistema capitalista. «Predicar y propiciar la urgencia de cambios estructurales profundos en lo político y lo social del país es otra contribución de la misión pastoral de la Iglesia. Porque cree sinceramente que, sin tales cambios, quedan siempre las raíces estructurales de todo nuestro malestar y que la liberación integral de los salvadoreños, además de su conversión personal, exige un profundo cambio de nuestro sistema social, político y económico» (n° 58). Por tanto, ese nuevo proyecto político no puede ser ni conservador, ni estar al servicio del neoliberalismo.

«No se pueden justificar, en nombre de la opción preferencial por los pobres, el machismo, el alcoholismo, la irresponsabilidad familiar, la explotación de los pobres entre sí…»

3. Conversión del pobre, el hombre y la mujer nueva.

Para esa unidad y cambio de sistema, el pobre debe convertirse, un signo de eso es tomar conciencia de su compromiso histórico con su misma liberación. Es decir, ser hombres y mujeres nuevas, para sembrar la primavera. La dimensión ética de nuevos actores políticos que vengan de mismo pueblo. «No se pueden justificar, en nombre de la opción preferencial por los pobres, el machismo, el alcoholismo, la irresponsabilidad familiar, la explotación de los pobres entre sí…» (n° 62).

Monseñor Romero
Monseñor Romero

4. Alentar la organización

«La evangelización, aquí y ahora, tiene que defender y alentar la organización social y política de las masas campesinas, obreras, etc.» (n° 65). Para Romero organizarse «no se trata solamente de un derecho, sino de una necesidad y obligación para promover un orden más justo que realmente tenga en cuenta a las mayorías del país» (n° 65).

A modo de conclusión, se debe decir que estos son algunos elementos para este momento de siembra de la primavera, la semilla de un nuevo proyecto político. No es una receta, es el legado martirial, porque fue el camino que ellos siguieron en su momento histórico, ahora exige nuevas formas y un nuevo proyectoEl sembrar esa semilla exige compromiso y opción radical, ya lo dice el apocalipsis en boca del testigo muerto, martirizado en una cruz:“Y al ángel de la iglesia en Laodicea escribe: Esto dice el Amén, el testigo fiel y veraz, el principio de la creación de Dios: «Conozco tus obras, que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero porque eres tibio, y no eres ni caliente ni frío, voy a vomitarte de mi boca” (Ap 3, 14-16).

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