El país se ha convertido en uno de los más inseguros de Latinoamérica Los obispos de Ecuador instan a la sociedad a movilizarse ante el aumento de la violencia

Los obispos de Ecuador, reunidos para su Plenaria
Los obispos de Ecuador, reunidos para su Plenaria CEE

La Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) realizó el lunes, 30 de junio, un llamamiento a la sociedad a movilizarse y no acostumbrarse a la violencia y a la crisis social que atraviesa el país, convertido en uno de los más violentos de Latinoamérica por el auge del crimen organizado y las mafias del narcotráfico.

En un mensaje emitido con motivo de su asamblea plenaria 157, celebrada el pasado domingo, los obispos ecuatorianos instaron a no ser indiferentes frente a la mayor crisis de seguridad de la historia de Ecuador

La Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) realizó el lunes, 30 de junio, un llamamiento a la sociedad a movilizarse y no acostumbrarse a la violencia y a la crisis social que atraviesa el país, convertido en uno de los más violentos de Latinoamérica por el auge del crimen organizado y las mafias del narcotráfico.

En un mensaje emitido con motivo de su asamblea plenaria 157, celebrada el pasado domingo, los obispos ecuatorianos instaron a no ser indiferentes frente a la mayor crisis de seguridad de la historia de Ecuador.

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«La violencia en las calles de Ecuador no hiere y mata a simples desconocidos; los heridos o asesinados al borde del camino son nuestros hermanos. No podemos acostumbrarnos a las cifras y estadísticas. ¡Es necesario conmovernos y movilizarnos!», señaló el episcopado ecuatoriano.

En su mensaje, los obispos subrayaron que la situación del país requiere una respuesta desde la fe y la acción solidaria para «hacer nuestros sus valores y actitudes» y presentaron a la Iglesia católica como la «madre que acoge, consuela y sostiene» ante la soledad, la polarización y el abandono.

El episcopado también cuestionó que las soluciones a la violencia se limiten al endurecimiento de las leyes, como las recientemente promovidas por el Gobierno, que elevan las penas para menores por delitos graves ligados al crimen organizado con hasta quince años de privación de libertad.

«Las leyes actuales pueden endurecer en sus penas y castigos; pero, no sanan el corazón del hombre», sostuvo la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.

El mensaje subrayó tres ejes de acción basados en la coherencia, la paz y la esperanza, desde los cuales destacaron que la «credibilidad como cristianos» depende de la coherencia entre lo que dicen y viven.

Finalmente, recordaron que la esperanza cristiana «no es pasiva», sino una «fuerza transformadora que abre la posibilidad de una nueva historia», al citar palabras del papa Francisco, fallecido el pasado abril.

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