O'Malley celebra el "claro" compromiso del nuevo arzobispo con la protección de los menores Rich Raho: "El nombramiento de Gregory a Washington, clara señal de que Francisco entiende la agitación política en EEUU"

El nuevo arzobispo de Washington, Wilton Gregory
El nuevo arzobispo de Washington, Wilton Gregory

"Washington puede contar con él para decir siempre la verdad y comenzar la curación de un rebaño plagado de escándalos"

"Pastor apacible", "líder valiente", "amigo devoto" y "gran bendición". Son algunas de las etiquetas que obispos estadounidenses están utilizando para describir a Wilton Gregory, desde esta semana arzobispo electo de Washington y como tal la apuesta del Papa Francisco para limpiar de los abusos a la Iglesia norteamericana.

El de Gregory "es el nombramiento más importante de Francisco en los Estados Unidos hasta aquí en su pontificado", comenta para RD el respetado observador y comentarista de todo lo relacionado con la Iglesia estadounidense, Rich Raho. En un momento en los EEUU en el que "el país está dividido en función de ideologías raciales y partidarias", el nombramiento de Gregory -el primer pastor negro en la capital- "es una clara señal de que Francisco entiende la agitación política en los EEUU", puntualiza el capellán de St. Patrick High School en Chicago, donde Gregory fue obispo auxiliar entre 1983 y 1994.

Gregory "fue la opción más segura" para la capital, continúa Raho, respondiendo a la pregunta de por qué el prelado de 71 años ha sido trasladado por el Papa desde Atlanta a Washington cuando, previsiblemente, solo contará con cuatro años en su nuevo puesto hasta que se vea obligado a ofrecer su renuncia. Gregory también "seguramente" se convertirá en el primer cardenal afroamericano de la Iglesia de EEUU, recuerda Raho, lo cual le dará derecho a votar a un eventual sucesor de Bergoglio.

"La llegada de Wilton a Washington DC completa el enfoque de la prenda sin costuras de Bernadin en temas de la vida", prosigue el comentarista Raho, haciendo referencia al cardenal que amplió la defensa de la vida en la Iglesia estadounidense a otras cuestiones sociales más allá de la oposición al aborto. Es más, como el "arquitecto principal" de la carta de Dallas -el actual protocolo anti-abusos de la Iglesia estadounidense- Gregory aporta una muy importante "credibilidad" anti-pederastia al puesto, recuerda Raho, opinando que toda esta experiencia hace de Gregory el "pastor perfecto".

"Washington puede contar con él para decir siempre la verdad y comenzar la curación de un rebaño plagado de escándalos", concluye el comentarista.

O'Malley celebra su "claro y muy apreciado" compromiso con la protección de los menores

Muchos han sido los de la Iglesia estadounidense que se han hecho eco de estos mismos sentimientos positivos de Raho acerca del nombramiento de Gregory, comenzando con el actual presidente de los obispos del país, el cardenal Daniel DiNardo. "Damos gracias al Santo Padre por el nombramiento de un pastor apacible y líder valiente a la capital de nuestra nación", expresó en un comunicado el también arzobispo de Galveston-Houston.

"Con mucho orgullo, la Iglesia en Chicago se regocija en el nombramiento de nuestro hijo nativo... como séptimo arzobispo de Washington", añadió por su parte la archidiócesis de Chicago, expresando su "más sincera enhorabuena" a Gregory, "pastor probado y amigo devoto".

El nombramiento de Gregory "es una gran bendición para los fieles" de la archidiócesis de la capital, manifestó por su parte el arzobispo de Boston, el cardenal Seán O'Malley. Al nombrarle, "el Santo Padre ha elegido a un líder distinguido con un corazón de pastor", continuó el también presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores, recordando que "antes de su nombramiento como arzobispo de Atlanta, [Gregory] estuvo al frente de la conferencia episcopal durante la revelación de la crisis de abusos sexuales del clero" entre 2001 y 2004.

"Su compromiso con la protección de los menores, con el cuidado pastoral de los supervivientes y su llamada a una mayor rendición de cuentas para los obispos está claro y muy apreciado", celebró el cardenal O'Malley.

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