Receta transparencia para acabar con los abusos, fruto del "mal uso del poder clerical" Wilton Gregory se presenta como nuevo arzobispo de Washington: "Siempre os diré la verdad"

El nuevo arzobispo de Washington, Wilton Gregory, ayer en rueda de prensa con el cardenal Donald Wuerl
El nuevo arzobispo de Washington, Wilton Gregory, ayer en rueda de prensa con el cardenal Donald Wuerl

Sobre los retos políticos que le esperan en la capital: "La archidiócesis de Washington es casa tanto de pobres como de poderosos, ninguno de los cuales se da cuenta de que son ambas cosas"

"El pastor debe hablar de aquellas cosas enraizadas en el Evangelio, pero no voy a estar en ninguna mesa de negociación", promete. "No es mi sitio. Mi sitio está en las filas de las iglesias con el pueblo"

Fue nombrado el primer arzobispo negro de Washington en el día del asesinato del gran héroe de los derechos civiles, Martin Luther King. Pero Wilton Gregory se presentó ayer ante los medios como un "ser humano normal" que, aunque no siempre sea perfecto, siempre dirá la verdad. "Creo que la única forma de la que puedo servir... es la de deciros la verdad", insistió múltiples veces el nuevo pastor de la capital estadounidense en una rueda de prensa en la que abordó cuestiones tales como la plaga del clericalismo, la necesidad de transparencia en la Iglesia, la crisis de abusos o los retos de la política.

"Este es obviamente un momento plagado de retos en todo nuestra Iglesia católica, pero en ningún lugar más que en esta comunidad de fe local", reconoció Gregory en su primer encuentro con periodistas como arzobispo electo de Washington, de acuerdo con lo recogido por el National Catholic Reporter. "Sería ingenuo si no reconociera la tarea única que nos espera", insistió el hasta ahora arzobispo de Atlanta, insistiendo que quiere "venir a conoceros, a escuchar vuestras historias, a escuchar a las emociones y experiencias y esperanzas que han dado forma a vuestra fe católica preciosa, para bien o para mal". "Quiero ofreceros esperanza", apuntó el prelado, de 71 años.

"Reconstruiré vuestra confianza"

Como no pudo ser de otra forma, gran parte de las preguntas de los periodistas al arzobispo electo -quien asumirá su cargo el próximo 21 de mayo- se centraron en el legado de sus dos predecesores al frente de la Iglesia de Washington. Por un lado, el ex-cardenal y ex-cura Theodore McCarrick, expulsado del sacerdocio por abusos a menores. Y por otro, el hasta ahora administrador apostólico de Washington, el cardenal Donald Wuerl, bajo presión por su implicación tanto en el 'caso McCarrick' como en los abusos de Pensilvania.

"Reconstruiré vuestra confianza", prometió Gregory, refiriéndose a las crisis que han socavado la credibilidad de la Iglesia estadounidense en los últimos meses. "No puedo deshacer el pasado, pero creo sinceramente que juntos, no solamente repararemos los momentos en los que no hemos estado a la altura, sino que también modelaremos para todos la vida y las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo, y recuperaremos el futuro".

Wuerl "es un caballero. Trabaja muy duro por la Iglesia"

Insistiendo en que la única forma de salir adelante es "ni olvidando el pasado ni estando limitados por él", Gregory reconoció que "es difícil venir a una situación en la que hay inquietud". Sin embargo, solo tuvo elogios para el cardenal Wuerl, "que he conocido durante más de 40 años", y quien "es un caballero. Trabaja muy duro por la Iglesia".

Wuerl "ha reconocido que ha cometido errores. Es una señal de la integridad del hombre", afirmó Gregory, añadiendo que "si puedo arrojar luz sobre lo que creo que hemos de hacer para responder a los errores que ha reconocido y por los que ha perdido perdón, lo haré". "Una parte del clericalismo es que [los obispos] cerremos filas para que no nos llamemos a capítulo. Creo que este momento ha mostrado la temeridad de este planteamiento del gobierno y colegialidad episcopales", apuntó Gregory.

Achaca la crisis de abusos al "abuso de poder"

Y es que el nuevo arzobispo de Washington estuvo firme a la hora de achacar la crisis de abusos a este mal del clericalismo. Para justificar su argumento, contó una anécdota de un sacerdote que le advirtió cuando estaba haciéndose las maletas para ir a estudiar como joven cura en Roma que se enfrentaría en su sacerdocio a "la tentación del engrandecimiento personal, la tentación del placer, y la tentación del poder", de entre las cuales "la tentación más dañina y seductiva es la de poder".

"Creo que tanto a lo que nos estamos enfrentado hoy día fue un mal uso de poder, un abuso de poder, poder clerical, un poder que quiso en demasiados casos dominar y destruir vidas", denunció el arzobispo electo de Washington, reiterando que la única forma de superar estos abusos de poder es la de "decir la verdad". Decir la verdad, dijo Gregory, tal y como la dijo él mismo una vez al Papa Juan Pablo II, cuando Wojtyla expresó dudas al entonces presidente de los obispos estadounidenses sobre el alcance de los abusos en la Iglesia en pleno escándalo de Spotlight en Boston. "Les dije [a los del Vaticano] la verdad tal y como la conocí", afirmó Gregory, quien introdujo los actuales protocolos anti-abusos de la Iglesia estadounidense durante su etapa al frente de la Conferencia Episcopal entre 2001 y 2004. "Y eso es lo que haré como arzobispo de Washington".

"Mi sitio está en las filas de las iglesias con el pueblo"

En cuanto a los retos políticos que cree que le esperarán en la capital estadounidense, Gregory también estuvo claro. "La archidiócesis de Washington es casa tanto de pobres como de poderosos, ninguno de los cuales se da cuenta de que son ambas cosas", reflexionó, recordando que no ha sido elegido como diputado al Congreso, sino como pastor a una Iglesia.

"El pastor debe hablar de aquellas cosas enraizadas en el Evangelio, pero no voy a estar en ninguna mesa de negociación. No es mi sitio. Mi sitio está en las filas de las iglesias con el pueblo", recalcó el prelado, añadiendo que aunque "hemos dado muchas razones a los fieles para que abandonen la Iglesia", lo que quiere hacer él es invitarlos a que vuelvan.

"Quiero darles razones para que permanezcan. Quiero asegurarles que seré honesto con ellos", concluyó Gregory.

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