Mensaje “Paz y bien para México” Las religiones mexicanas, unidas en contra de "este clima de violencia cotidiana"

Las religiones mexicanas, unidas en contra de "este clima de violencia cotidiana"
Las religiones mexicanas, unidas en contra de "este clima de violencia cotidiana"

Los representantes y líderes de las diversas Iglesias representadas en la Ciudad de México informan que tras haber conversado y orado juntos por la paz en su querido país, desean comunicar los frutos de este significativo encuentro

"Es necesaria la implementación de mejores políticas públicas por parte de las autoridades civiles, en todos los niveles del gobierno, quienes tienen la responsabilidad primaria de garantizar la paz y la seguridad en la nación"

La Conferencia del Episcopado Mexicano, CEM, hizo público su mensaje, firmado el 10 de agosto en la capital del país, titulado “Paz y bien para México” que se introduce con el Salmo 85, 10-11: “Amor y Verdad se han dado cita, Justicia y Paz se besan”.

En el texto, los representantes y líderes de las diversas Iglesias representadas en la Ciudad de México se han “encontrado y abrazado”. E informan que después de haber conversado y orado juntos por la paz en su querido país, desean comunicar los frutos de este significativo encuentro:

“Compartimos el amor a Dios en nuestro Señor Jesucristo; la fe en el poder de la oración; la preocupación por la paz y el bien de México; y la convicción de que juntos podemos contribuir, eficaz y genuinamente, a mantener una esperanza activa por la paz”

“Nadie debe vivir en este clima de violencia cotidiana”

En el mensaje manifiestan que “como hijos de un mismo Padre” se duelen junto a los miles de hermanas y hermanos que han perdido a sus seres queridos por asesinatos, desapariciones, feminicidios, trata y explotación de personas. Y manifiestan que “nadie debe vivir en este clima de violencia cotidiana”.

Además, tras un discernimiento común, ven con claridad la voluntad del Señor que los mueve a contribuir con las diversas acciones en la construcción de paz que definen en cinco puntos:

1. Orar de manera permanente por la paz en México, invitando a todas las personas, cualquiera que sea su credo, a sumarse a esta iniciativa.

2. Hacer conciencia en nuestras comunidades que “la Paz es un don de Dios” que se recibe y se trabaja, afirmando el valor de toda vida humana como sagrada. A nadie le es lícito privar de la vida y de la libertad a un semejante.

3. Mantenernos unidos a través del diálogo, fortaleciendo la colaboración y acción común entre nuestras iglesias.

4. Exhortar conjuntamente a las autoridades a encontrar mejores y más eficaces estrategias de seguridad ciudadana que garanticen la paz social, los derechos y las libertades fundamentales.

5. Trabajar en favor de todas las formas de justicia, solidaridad y amor al prójimo, pues en nuestros corazones resuenan las palabras de Jesús:

“Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios». Mt 5, 9”

Es posible cambiar esta realidad

En consonancia con otras iniciativas que exigen el fin de tanta violencia en el país, afirman mantener “la esperanza de que es posible cambiar esta realidad como fruto de la reconciliación con uno mismo, con Dios y con el prójimo”.

Implementar mejores políticas públicas

Explican asimismo que “es necesaria la implementación de mejores políticas públicas por parte de las autoridades civiles, en todos los niveles del gobierno, quienes tienen la responsabilidad primaria de garantizar la paz y la seguridad en la nación”.

“Hoy decimos juntos: ‘¡Paz y Bien’ para México son posibles!”

A la afirmación conjunta de que la paz y el bien son posibles para México, reafirman que lo desean y necesitan, a la vez que lo piden en la oración y en su trabajo “con la firme certeza” en el Dios que les brinda este don como prenda de su amor.

Firman este mensaje el pastor Rubén Enríquez Navarrete, de la Iglesia Evangélica Siloé; el pastor Rubén Sánchez Vázquez, de la Iglesia Evangélica Independiente en la República Mexicana; el presbítero José Obed López Bandera, de la Iglesia Nacional Presbiteriana; el pastor Pedro Ramírez Pérez, presidente de la Convención regional bautista central; el Dr. Juan Ramírez Mayer del Ministerio Casas de Dios en México; el Dr. Benjamín Rivera Leos del Centro familiar cristiano de México; el pastor Cirilo Cruz Lázaro, presidente de la Confraternidad evangélica de México; monseñor Ramón Castro Castro, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano y obispo de Cuernavaca.

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