"Ha sido impresionante la experiencia": La pastoral carcelaria de Chile agradece la cálida acogida de Roma

(Vatican News).- Dentro de los próximos días se cerrará la Puerta Santa de la capilla de la cárcel de Rebibbia, la quinta que abrió el papa Francisco en la periferia de Roma al inaugurar hace un año el Jubileo de la Esperanza. Quiso que fuera un signo extraordinario de misericordia para animar a todas aquellas personas privadas de libertad que hoy, al pagar largas condenas, tienen pocos horizontes para pensar en una vida plena y digna. Y hasta allí llegaron el sábado 13 de diciembre los 29 miembros de una delegación de la pastoral carcelaria de Chile, que viajaron 12 mil kilómetros para vivir en Roma los últimos días de este Año Santo. Entre ellos, ocho funcionarias de la Gendarmería de cárceles de Chile, agentes de pastoral, dos ex reclusas y la hermana Nelly León, religiosa del Buen Pastor, organizadora de esta peregrinación 

Orando, atravesaron con devoción la Puerta Santa y participaron de la eucaristía, que fue concelebrada por diversos capellanes de cárceles, además del obispo Enrique Balzán, presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Carcelaria de Chile, quien también acompañaba a los peregrinos. A la misa, además, asistieron unos cuarenta internos de la cárcel, ubicados en un sector separado de la capilla, pero que a distancia recibieron calurosos gestos de fraternidad de parte de la comunidad chilena al momento del signo de la paz. Al final de la liturgia hubo un saludo muy cordial de la comandante de la Policía Penitenciaria, Sarah Brunetti, y de otros funcionarios, todos interesados en conocer el quehacer de esta delegación.

Marina Valdivia, que evangeliza a los internos de la Penitenciaría de Santiago, uno de los más grandes y complejos recintos carcelarios de Chile, vivió con especial impacto dicho momento, llevando en su corazón a las personas que acompaña en la prisión. “Cada paso que hemos dado en este Jubileo ha sido emotivo, y espero transmitir eso a mis hermanos cuando regrese, que la misericordia de Dios da para mucho”, expresó con compasión.

En la Escuela de formación

Otro de los momentos de intensidad que vivió esta comunidad peregrina fue la visita a la Escuela de formación del Cuerpo de policía penitenciaria “Giovanni Falcone”. Allí se reunieron con cerca de 50 jóvenes alumnas que serán enviadas a cárceles de mujeres de toda Italia. La acogida la realizó la directora de la institución, Angela Greco, quien explicó los altos estándares con que se forman quienes custodiarán y trabajarán en la rehabilitación de las personas privadas de libertad.

A su vez, ellas pudieron escuchar el testimonio de la hermana Nelly León acerca de la labor de evangelización y promoción humana que se realiza el Centro Penitenciario Femenino de Santiago (CPF), y también conocieron de primera fuente la historia de Jeannette Zurita, una ex interna, que tras participar en un programa de la Fundación Mujer Levántate, logró una exitosa reinserción en la vida social.

Finalmente, la comandante de la Escuela, Annalisa Gadaleta, respondió diversas preguntas de la delegación chilena y condujo a los presentes hasta la vitrina que custodia los restos del automóvil del atentado en que murió en 1992 el juez Giovanni Falcone, como consecuencia de la lucha en contra de la mafia.

“Ha sido impresionante la experiencia tanto de la cárcel de Rebibbia como de la Escuela de formación, porque implementan sistemas muy distintos a los de Chile. Pero, sin duda, lo más significativo fue cruzar la Puerta Santa de la cárcel, porque la abrió el Papa Francisco”, recordó Iris Sendra, suboficial mayor de Gendarmería, quien trabajó activamente en la preparación de la visita del Pontífice a Chile de 2018. “Pero también fue maravillosa la misa que celebramos con el papa León XIV”, añadió.

Un encuentro con León XIV

La delegación chilena concluyó su participación en el Jubileo de los detenidos celebrando en la Basílica de San Pedro la misa del 14 de diciembre, tercer domingo de Adviento, el de la alegría. Ese mismo sentimiento manifestaron al finalizar la eucaristía en la que pudieron estar muy cerca del Santo Padre. De hecho, el orgullo de la comunidad fue mayor cuando, después de la liturgia, la hermana Nelly León pudo saludar personalmente al Pontífice y, a nombre de las personas privadas en libertad de Chile, regalarle una imagen tejida de la Virgen de Guadalupe, confeccionada por mujeres del CPF.

“Agradecemos profundamente la cálida acogida de la Iglesia de Roma y del Cuerpo de policía penitenciaria, porque nos permitieron, no solo conocer su trabajo, sino que escucharon y valoraron nuestros testimonios. Además, siempre es maravilloso encontrarse en estas situaciones con hermanos de otros países, en este caso, con los internos de la cárcel, porque más allá de la situación personal de cada uno, compartimos una misma fe y pudimos celebrar juntos la eucaristía. Eso es muy valioso”, comentó la religiosa antes de abordar el vuelo que la llevó de regreso a Chile, donde, según detalló, tiene la misión de compartir cada experiencia vivida en el Jubileo y todo lo aprendido del sistema penitenciario italiano.