CUMBRE INTERNACIONAL

El G20 ultima un comunicado donde “la mayoría” de sus miembros condena la guerra en Ucrania. El texto, que todavía debe ser aprobado, recoge que “nuestra era no debe ser de guerra” y considera “inadmisible” la amenaza del uso de armas nucleares

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El presidente de Indonesia, Joko Widodo, recibe al ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, al acto de apertura de la cumbre del G20 

 DPA vía Europa Press / EP

Todo apunta a que la mayoría de líderes de las economías más grandes del planeta están listos para transmitir un mensaje de condena a la invasión rusa en Ucrania por sus efectos devastadores en las personas y la economía. El documento, al que tuvieron acceso varias agencias de noticias, afirma que “la era actual no debe ser de guerra” y considera “inadmisible” el empleo o la amenaza de uso de armas nucleares.

Este texto va en línea con lo adelantado por representantes de la Unión Europea y Estados Unidos, promotores de una condena clara y firme a la agresión de Moscú en la cumbre del G20 que se celebra estos días en Bali, Indonesia. De confirmarse su aprobación, será interpretado como un punto a su favor y la constatación de que Rusia anda muy escasa de apoyos.

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Dicho borrador recoge la firme condena a la guerra “de la mayor parte” de los miembros del grupo por el “inmenso sufrimiento humano” que ha provocado y los problemas que acarrea a escala global en campos como el suministro energético, la seguridad alimentaria o la estabilidad financiera. Aún así, reconoce que hubo “otros puntos de vista” entre los países reunidos y que el “G20 no es el foro para resolver asuntos de seguridad”. Ese uso de un lenguaje milimetrado es lo que parece haber propiciado que salga adelante un texto que días antes parecía improbable.

En este sentido, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, destacó que la versión final en el que aún trabajan las delegaciones del G20 va “en la dirección correcta” para condenar la invasión rusa de Ucrania pese a las diferentes posturas entre sus miembros. “El hecho de haber llegado a un acuerdo a nivel de delegaciones es ya un gran logro”, dijo antes del arranque de la cumbre, “una de las más difíciles que ha habido nunca” , según afirmó.

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El presidente de EE.UU., Joe Biden, camina junto a su homólogo indonesio, Joko Widodo, durante la jornada del martes de la cumbre del G20 

 DPA vía Europa Press / EP

Desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de este año, ninguna reunión ministerial del G20 ha logrado un documento consensuado por las diferencias entre los miembros a la hora de incluir alusiones al conflicto y en qué términos hacerlo. Rusia se refiere de forma oficial a su invasión de Ucrania como una “operación militar especial”, lo que dificultaba que hubiera una simple mención a la palabra “guerra” en declaraciones multilaterales.

El texto es reflejo de los tres bloques que hay con respecto al conflicto. En el primero, el más numeroso, figuran los dirigentes de Estados Unidos, Europa (Alemania, Francia, Gran Bretaña o España, que participa como invitada permanente) y aliados como Canadá, Australia o Japón, que en esta primera jornada de la cumbre condenaron con dureza la agresión apadrinada por Vladímir Putin y exigieron una retirada inmediata.

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En el segundo figuran potencias como México, Brasil, India o China, que evitan señalar con el dedo al Kremlin pero lamentan la guerra y urgen a que termine por el bien de todos. En este sentido, destacó la intervención del líder chino, Xi Jinping, que en el foro condenó el “uso de alimentos y energía como armas” (aunque también pidió el fin de las sanciones internacionales). También se mostró contrariado el primer ministro indio, Narendra Modi, que destacó la ruptura de las cadenas de suministro globales y pidió un alto el fuego en el conflicto y el regreso al camino de la diplomacia.

Por último aparece Rusia, en esta ocasión representada por su ministro de Exteriores, Sergei Lavrov. Sentado entre los representantes de México y Brasil, el canciller ruso permaneció en su sitio sin marcharse mientras escuchaba la cascada de críticas y condenas, al contrario de lo que hizo en la reunión de ministros de Exteriores del G20 de julio en este mismo lugar. Desde su asiento, también asistió a la encendida intervención por videoconferencia del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, recién llegado de la región de Jersón que acaban de reconquistar sus tropas.

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El presidente de China, Xi Jinping, dialoga con su ministro de Exeriores, Wang Yi, durante la cumbre del G20 en Indonesia 

 POOL / Reuters

El ucraniano aseguró estar convencido de que este “es el momento en el que la destructiva guerra de Rusia debe y puede ser parada”. “No permitiremos a Rusia que tome un respiro, reconstruya sus fuerzas y luego comience un nuevo episodio de terror y desestabilización”, añadió.

Además, presentó una decálogo de medidas que deberían ser impulsadas por la comunidad internacional para afianzar la seguridad nuclear, alimentaria y energética, entre otros asuntos, y una lista de condiciones para que se pueda celebrar una conferencia de paz, empezando por el cese de las hostilidades, la retirada de las tropas rusas, la liberación de prisioneros de guerra o el respeto a la integridad territorial del país

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