El lema de Fratelli d'Italia en las últimas elecciones italianas, «Dios, Patria y familia», indicaba sin ambigüedades que Giorgia Meloni se disponía a librar la batalla cultural si resultaba elegida y que estaba decidida a ganarla. Familia, vida, feminismo e identidad cristiana: Meloni baja al campo de batalla de la guerra cultural en Italia

Meloni Bruselas

Giorgia Meloni, presidente del consejo de ministros italiano, en su reciente visita a Bruselas. AFP

Desde el tratamiento elegido para referirse a ella –«presidente» y no «presidenta»–, Giorgia Meloni se ha mostrado decidida a quitarle a la izquierda la hegemonía cultural en Italia

El lema de Fratelli d'Italia en las últimas elecciones italianas, «Dios, Patria y familia», indicaba sin ambigüedades que Giorgia Meloni se disponía a librar la batalla cultural si resultaba elegida y que estaba decidida a ganarla.
«¡Yo soy Giorgia! Soy una mujer. Soy una madre. Soy italiana. Soy cristiana. ¡No me lo quitaréis!», había exclamado en un mitin en 2019.
Ahora, ya como presidente del consejo de ministros de Italia, ha comenzado a poner en práctica sus principios y ha iniciado la batalla cultural para situar los valores tradicionales de Italia en el lugar que le corresponden.
Valores que, como recordó en su discurso de investidura ante la Cámara de Diputados, se sustentan en la herencia grecolatina y judeocristiana.
«Italia es, con pleno derecho, parte de Occidente y de su sistema de alianzas. Estado fundador de la Unión Europea, de la Eurozona y de la Alianza Atlántica. Miembros del G7 y, ante todo, cuna junto a Grecia de la civilización occidental y de su sistema de valores fundado en la libertad, la igualdad y la democracia, frutos preciosos que surgen de las raíces clásicas y judeocristiana de Europa», afirmó.
Y, por si no quedaban dudas, añadió: «Nosotros somos herederos de San Benito, un italiano, patrono principal de toda Europa».
Sin embargo, la cuestión de la identidad religiosa no es la central en la batalla cultural en Italia. Al fin y al cabo, a diferencia de lo que sucede en España, candidatos izquierdistas con pedigrí laicista, como Enrico Letta (del Partido Democràtico) o Giuseppe Conte (del Movimento 5 Stelle) también han realizado declaraciones respetuosas con la identidad cristiana mayoritaria en la población italiana.

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Defensa de la familia

En el caso de Meloni, la batalla principal la está dando en el ámbito de la defensa de la familia y de las mujeres.

En su discurso de investidura adelantó que su Gobierno «reforzará las medidas nacionales de ayuda a las familias y empresas», a las que pretende reducir la presión fiscal.
La familia «es el núcleo primario de nuestra sociedad, cuna de afectos y lugar en el que se forma la identidad de cada uno de nosotros».
Llamó a redescubrir «la belleza de la paternidad y poner de nuevo la familia en el centro de la sociedad».
En ese sentido, aseguró que su Gobierno aplicará medidas para promover la natalidad y «salir de la glaciación demográfica».

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Feminismo

Una batalla personal que Giorgia Meloni libra desde hace tiempo es contra la pretensión de la izquierda de monopolizar el feminismo.
En su discurso de investidura ha puesto de relieve que ella es la primera mujer presidente del consejo de ministros de Italia, y la responsabilidad que siente como tal.
«Cuando me detengo sobre este hecho me paro a pensar en la responsabilidad que tengo ante todas estas mujeres que afrontan dificultades grandes e injustas para desarrollar su talento, o para hacer frente a sus sacrificios cotidianos. O aquellas han construido la escalera que me permite a mí subir y romper el pesado techo de cristal que se sitúa sobre nuestras cabezas», hizo hincapié.
Más clara se mostró cuando, a respuesta de la diputada socialdemócrata Debora Serracchiani -que acusó a Fratelli d’Italia de querer a las mujeres un paso por detrás de los hombres- le espetó: «Míreme, honorable Serracchiani: ¿le parece que yo esté un paso por detrás de los hombres?».
Sin embargo, el principal aviso a navegantes de Meloni respecto a su rechazo al feminismo ideológico de izquierdas fue su rechazo a ser conocida como «la presidenta» del consejo de ministros, e insistir en que se le de el tratamiento de «presidente».
Meloni rechazó la polémica que se levantó por su decisión e invitó a los que no les guste el término neutro de «presidente» que simplemente la llamen «Giorgia» si lo prefieren.

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Abort

En una carta enviada al diario La Stampa, la nueva ministra para la Familia, Eugenia Roccella, confirmó las intenciones del nuevo Gobierno italiano: «Vamos a evitar que el aborto se use con el fin de limitar nacimientos». «La interrupción voluntaria del embarazo no es un medio para el control de la natalidad».
En ese sentido, anunció que el Gobierno de Meloni va a legislar «para que las mujeres que están pensando en abortar porque no tienen alternativas, tal vez por razones económicas, puedan tener alternativas».

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Los nuevos nombres de los ministerios

La voluntad de Meloni de dar la batalla cultural se refleja también en el nombre elegido para algunos de sus ministerios, como el del ministerio de Familia, Natalidad e Igualdad de Oportunidades; o el del ministerio de Educación y Mérito, que no esconde la voluntad del nuevo Gobierno de crear un sistema que premie el esfuerzo individual.
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