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Las hostilidades no han cesado en Ucrania pese a que a las 12.00 (10.00 en la España peninsular) entraba en vigor el alto el fuego navideño de 36 horas que el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó a sus soldados desplegados en el país vecino. Los militares rusos afirmaron que pararían sus operaciones ofensivas en todos los frentes durante la Navidad ortodoxa, entre este mediodía y la medianoche del día 7 (22.00 en la España peninsular), tal como pidió este jueves, poco antes de la orden de Putin, el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kiril. Sin embargo, no solo los cañonazos no han cesado, sino que las alarmas aéreas están en vigor en buena parte de Ucrania y los mercenarios de la empresa Wagner, cercana al Kremlin, han iniciado un nuevo asalto contra la ciudad de Soledar. El Gobierno de Kiev calificó el alto el fuego como una “trampa y un acto de propaganda”, una excusa para detener el progreso militar de Ucrania en el este del país y aprovechar ese tiempo para traer más hombres y equipos. Tampoco las potencias occidentales aliadas de Ucrania se fían. El Gobierno alemán ha dado este viernes más detalles acerca de su plan, acordado con EE UU, de enviar blindados Marder, de fabricación propia, a Ucrania. La intención de Berlín es suministrar 40 vehículos de este tipo durante la primera mitad del año. Alemania también quiere mandar una de sus baterías de misiles Patriot, de fabricación estadounidense, durante el primer semestre.