«Este país se autodestruirá en 10, 5, 4, 3, 2, 1 años». ¿No han pensado últimamente, haber oído esa voz en off dentro de sus cabezas? La pregunta es cuándo se activó la cuenta atrás y, por tanto, cuánto nos queda. Quizá se activó en mayo de 2010, cuando nos impactó la crisis financiera. O quizá lo hizo en julio de 2014, cuando los ingenieros de la sucesión del PSOE pusieron a Sánchez a los mandos del reactor nuclear que éste hizo explotar en octubre del 2016. Tampoco olvidemos la galopada hacia el abismo independentista de Convergencia, que desembocó en el referéndum ilegal de 2017. O la materialización en enero de este año del Gobierno Frankenstein (Rubalcaba dixit). La verdad, que quepan tantas dudas para asignar el año en que se activó el temporizador prueba que hemos hecho demasiadas estupideces como para salir bien parados.
Si algo nos falta es un nombre que ponerle a lo que estamos haciendo en este país y con este país: ¿Suicidio colectivo? ¿Demolición controlada? La historiadora Anne Applebaum nos compara con Polonia: seríamos dos países admirados en todo el mundo por cómo resolvieron sus transiciones a la democracia que deciden decidir que su éxito fue un fracaso y, para probarlo, se lanzan al abismo. Otros nos comparan con Argentina, donde se usa el concepto de grieta para describir una sociedad completamente partida en dos. En cualquier caso, la sensación de estar viviendo a cámara lenta y con total impotencia una cuenta atrás autodestructiva no se me borra de la cabeza.
Sin duda, la concatenación de las tres crisis (económica, política y social) que siguieron al estallido de 2008 están en el origen de todo. La mezcla de desempleo, recortes sociales, corrupción política y aumentos de la desigualdad es demoledora para la legitimidad de cualquier democracia. Si a eso le añades, una débil, inexistente o contestada identidad nacional, entonces ya tienes un líquido altamente inflamable.
Pero todo eso son condiciones necesarias, no suficientes. En circunstancias así pueden aparecer liderazgos inspiradores, con visiones de futuro compartido, que representen los anhelos de una ciudadanía azotada por la crisis, doblegada por la pandemia y agotada por la política. O pueden aparecer los aventureros, oportunistas, cínicos, populistas, chamanes o mesías. La coalición de la investidura buscó su excusa en la inexistencia de una alternativa y su aceptación en el alivio de su fragilidad. Contra pronóstico, el tiempo ha cimentado e incluso expandido esa coalición. Nunca unos Presupuestos cohesionaron tanto una coalición y debilitaron tanto a un país.
Fuente: José-Ignacio TORREBLANCA: Cuenta atrás
* José Ignacio Torreblanca Payá (1968) es un analista político y politólogo español. Escritor de opinión para El Mundo desde 2018, fue director de la sección de opinión de El País entre 2016 y 2018.
Biografía
Nacido el 1968 en Madrid, se doctoró en ciencia política por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Es profesor titular de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).[1][2][3] Fue investigador por el Real Instituto Elcano.
Torreblanca empezó a trabajar regularmente como columnista en El País el 2008.[4] De ideología europeísta, fue también director de la oficina en Madrid del think tankConsejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR).[5][1] En junio de 2016, se convirtió en director de la sección de opinión de El País.[6]
Después de la llegada de Soledad Gallego-Díaz al cargo de directora de El País en junio de 2018, Torreblanca abandonó el diario y fue reemplazado por Máriam Martínez-Bascuñán. Posteriormente, en septiembre de 2018, Torreblanca se incorporó a El Mundo como escritor de opinión en el departamento dirigido por Jorge Bustos.[3][6]
José Ignacio Torreblanca Payá (1968) es un analista político y politólogo español. Escritor de opinión para El Mundo desde 2018, fue director de la sección de opinión de El País entre 2016 y 2018.
Biografía
Nacido el 1968 en Madrid, se doctoró en ciencia política por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Es profesor titular de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).[1][2][3] Fue investigador por el Real Instituto Elcano.
Torreblanca empezó a trabajar regularmente como columnista en El País el 2008.[4] De ideología europeísta, fue también director de la oficina en Madrid del think tankConsejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR).[5][1] En junio de 2016, se convirtió en director de la sección de opinión de El País.[6]
Después de la llegada de Soledad Gallego-Díaz al cargo de directora de El País en junio de 2018, Torreblanca abandonó el diario y fue reemplazado por Máriam Martínez-Bascuñán. Posteriormente, en septiembre de 2018, Torreblanca se incorporó a El Mundo como escritor de opinión en el departamento dirigido por Jorge Bustos.[3][6]
- ↑ ab«José Ignacio Torreblanca: “El océano es nuestro muro de Berlín”». Diario de Avisos. 24 de noviembre de 2013.
- ↑ Cerdá, Paco (9 de marzo de 2014). «José Ignacio Torreblanca: "Putin es la mirada de cobra que paraliza a esta Europa 'metrosexual"». La Opinión. A Coruña.
- ↑ ab«José Ignacio Torreblanca, exjefe de Opinión de 'El País', ficha por 'El Mundo'». elconfidencial.com. 3 de septiembre de 2018.
- ↑ Terrasa, Rodrigo (28 de febrero de 2016). «La fiebre de los politólogos de cabecera». elmundo.es.
- ↑ ab Ortega, Raimundo (1 de octubre de 2011). «Miré los muros de la Europa mía...». Revista de Libros.
- ↑ ab Zarzalejos, Álvaro G. (18 de julio de 2018). «'El País' da un vuelco a su consejo editorial tras sacar a Rubalcaba y al resto de externos». elconfidencial.
Fuente: Wikiwand
