Pues sí, entre pillos anda el juego. Y miren, tenemos aquí tres tipos de pillos entregados a un juego fatal, cada uno exhibiendo sus logros en una macabra danza de muerte y destrucción.

1. Unos apuntan a sus espaldas ante el nacionalismo catalán el haber arrancado a Sánchez, nada más y nada menos que el Presidente del Gobierno de la odiada España, la Mesa de Diálogo. No pretenden mucho más a pesar de lo fieros que se presenten.

Que un preso condenado por asaltar el Estado, desde la prisión se imponga al Gobierno de la Nación (que éste sea un títere, lo obviaremos de momento) y que le obligue a manifestar que los temas del “diálogo” serán la autodeterminación y la libertad de los presos, no es poco triunfo.

Que un Presidente del Gobierno autonómico inhabilitado, sea reconocido como legítima y legal autoridad por el Gobierno de la Nación es, de la misma manera, un triunfo apoteósico del inhabilitado y una descomunal inclinación de cerviz del Presidente Sánchez ante el inhabilitado Torra, casi como la que le hiciera el maquiavélico asesor del sanchismo no muchos días atrás

Allí comparecieron todos; el de la Moleskine, también; seguros, decididos, conscientes de su poder, en la Moncloa, donde se les rindió casi honores de Delegación de Jefe de Estado; allí, con sus lazos amarillos, mirándose los secesionistas a hurtadillas, casi incapaces de creer lo que les estaba pasando: el triunfo apoteósico de su sinrazón doblegando ante el mundo a un Gobierno derrotado moralmente que sólo aspira a asegurarse su permanencia en la Moncloa… El Gobierno de la Nación, humillado; la Nación misma, bajo la bota secesionista. Los del Gobierno, agacharon las orejas, oyeron los reproches de los del otro lado de la mesa, soportaron su abroncamiento, y después, les ofrecieron para sus declaraciones ante toda España y ante el mundo la sala reservada a los Jefes de Estado antes de darles lustre a sus zapatos .

2. Otros pillos se concentraban en Perpiñán alrededor de un prófugo deshonroso; un prófugo que primero violentó el Estado y los derechos de sus conciudadanos y luego, disimuladamente, se fugó escondido bajo una manta en la parte trasera de un coche. Un héroe de la política que huía mientras mandaba al trabajo a su Vicepresidente, un ejemplo de la dignidad política acurrucado bajo la manta, un Hombre de Estado bajo la manta... o en el maletero, con las gafas perdidas y el pelo revuelto. La imagen de la dignidad política

Pues, después de la fuga, nuestro hombre, que había sido el Presidente del Gobierno Autonómico, aún concurrió a las elecciones europeas a ver si le tocaba en suerte un nombramiento con que asegurarse la inmunidad por los caminos de Europa. Y le tocó. Y se permitió el fraude de Ley. Y ahora, como europarlamentario, jaleado por sus propios y alentado por extraños, convoca un acto de adhesión en Perpiñán con que ensombrecer la Mesa de Diálogo lograda por su socio y enemigo. Alguien, que actualmente no existe, debería pedir explicaciones a Macrón y a los cargos del Estado de Macrón que se han prestado a semejante dislate.

3. Y nuestro tercer grupo de pillos reside aquí mismo, en la Moncloa. Andan como locos con los cargos y ministerios que han creado y se han repartido para provecho propio. No ha sido fácil, claro, pero lo han logrado. Han tirado de todos, de presos y de terroristas, de asaltadores de Estado y de amigos de los del tiro en la nuca; antes han tirado por la borda todo, vergüenza, principios y hasta a los españoles, pero allí están con sus carteras vacías y sus ambiciones rebosantes; parloteando, tratando de cambiar las cosas que les asegure más tiempo en el poder; defraudando a propios y extraños; arrasando y devastando el Estado de Derecho y la democracia.

Y, ante los pillos, ante todos los pillos, una masa de españoles mira atónitos lo que ocurre y se pregunta ¿sobreviviremos?.

Fuente:María-José PEÑA:  ENTRE PILLOS ANDA EL JUEGO, 02.03.2020