Pues ha tenido que ser el virus el que evidencie la capacidad y efectividad del Gobierno que tenemos. No nos asombra; ese Gobierno ha sido peor gestionando los derechos de muchos españoles. Pero esto del virus es distinto, no porque sea más grave que lo anterior, que a mi juicio no lo es, sino porque ante esto están atentos, con los ojos abiertos, todos los españoles. Y todos pueden sufrir sus consecuencias.

Así que, sin medidas, sin saber, sin decir, capeando el temporal, han estado ahí aguantando a ver si el virus pasaba y no tenían que intervenir

Pero no pasó. E inmediatamente después de la manifestación, símbolo de su poder, han tenido que actuar. Todavía de manera confusa. Así que ya anuncian que mañana (a ver si mientras tanto se les ocurre algo) tomarán más medidas.

El ministro ha comparecido esta tarde para “informar”. Y ha informado, claro que sí. Ha informado remitiéndose constantemente a lo que determinaran las Comunidades Autónomas. Ha informado de las recomendaciones en “el Estado español”; el pobre, daba vueltas una y otra vez para no decir España. Ha informado de que mañana informarán más. Ha informado de que no van tarde, sino a la hora, porque todo cambia a cada segundo y ellos, claro, ¡cómo iban a prever nada!, pues a medida que vayan ocurriendo las cosas ellos irán “informando” de lo que actuarán...

En esas estamos. Eso es todo. Mientras tanto, un señor algo distraído, comparece de vez en cuando para decirnos que, sobre todo, “tranquilidad”

Sí señor, eso que no falte. Lo demás, pues ya veremos. Probablemente, a estas horas media España tenga ya el virus en su cuerpo. O no. No se sabe

No sabemos si ese virus es tan dañino como nos lo pintan algunos; quizá sea sólo un virus más que ataca a los más vulnerables igual que les podría atacar cualquier otra patología, y es asimilado, o no, por los más resistentes

No sabemos, y tampoco parece que lo sepan ellos; lo que sí sabemos es que se han despertado tarde y mal y que resulta vergonzoso, sea quien sea el responsable, que a esos pobres vecinos de Haro los hayan convertido en unos apestosos en sus casas, sin darles el tratamiento hospitalario que precisen y amenazándoles con multas y males sin fin si osan sacar la nariz a la calle. Un enfermo no es un delincuente. Necesita tratamiento, ayuda. Para eso sirve o debe servir el Estado. Eso no lo puede gestionar, ni debe hacerlo, cada Comunidad Autónoma; cada una interpretando las cosas como sabe o puede y cada una tomando las medidas que Dios le da a entender.

Necesitamos salvaguarda, unidad de criterios, prevención, información veraz y seria, y, sobre todo, necesitamos que la Sanidad sea una competencia del Estado con una única tarjeta sanitaria válida en todo el territorio nacional. Pero, lo que aún necesitamos más es otro Gobierno.

Con un Gobierno asentado sobre el poder de los que odian a España y quieren su destrucción, éste Gobierno no podrá nunca plantear políticas sanitarias de Estado. Estos socios de conveniencia huirán en tales momentos o atenderán exclusivamente a lo que a su interés responda que, desde luego, no es España. Y el Gobierno lo sabe. Por eso, para momentos así, más que a sus socios ocasionales, se dirige, como hoy, a la oposición. Pero es tan torpe, que ni eso lo sabe hacer bien y, en lugar de franquearse amigos, cultiva más enemigos cuando al reclamar la “unidad” cree tener derecho a ella. Él, que la ha roto en mil pedazos.

No perdamos más el tiempo, algo hay que hacer, y, si no saben gobernar, se imponen las dimisiomes o ceses. Y sí, un Gobierno de concentración nacional durante el tiempo preciso que actúe en interés de España y de los españoles

¿Apostamos por eso?

Fuente:María-José PEÑA: EL VIRUS