El Papa diagnostica 15 enfermedades que padece la Curia vaticana

El papa Francisco aprovechó la audiencia navideña para advertir a los miembros de la Curia de las enfermedades más comunes que minan la salud del Vaticano.

El Papa compara la Curia Romana a un cuerpo del que forman parte los dicasterios, consejos, oficinas, tribunales, cada uno con una función específica.

También la Curia, añadió el Papa, “como todo cuerpo humano está expuesta a las enfermedades”. En particular, mencionó quince enfermedades con el objetivo de que los cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos y laicos puedan prepararse a recibir el sacramento de la confesión antes de esta Navidad.

→ Desde “sentirse inmortales e indispensables” al alzhéimer espiritual –la pérdida de la memoria de Dios--, pasando por la mundanidad, el exhibicionismo, la vanagloria o “el terrorismo del chismorreo”.

Un catálogo de 15 enfermedades y sus posibles tratamientos: ←

1. La primera es la de “sentirse inmortales, inmunes” o incluso “indispensables”. Dice el Papa que “una Curia que no hace autocrítica, que no se actualiza y que no trata de mejorar es un cuerpo enfermo”. Se refiere a la patología del poder, “del complejo de los elegidos”, de todos aquellos que “se transforman en dueños y se sienten superiores a todos y no al servicio de todos”. El posible remedio que propone: “¡Una visita a los cementerios nos podría ayudar a ver los nombres de personas que tal vez también pensaban ser inmortales, inmunes e indispensables!”.

2. La segunda es la “enfermedad de la excesiva laboriosidad”. Francisco les recuerda que también Jesús aconsejó a sus apóstoles “descansar un poco”. Dice que para evitar “el estrés y la agitación” es necesario pasar tiempo con la familia, respetar las vacaciones”, utilizarlas para recuperarse “espiritual y físicamente”.

3. La tercera enfermedad es la del “endurecimiento mental y espiritual”. Los que poseen un “corazón de piedra”, se esconden tras los papeles y la gestión y pierden “la sensibilidad humana”, la capacidad de amar al prójimo.

4. La cuarta enfermedad es la “excesiva planificación y funcionalidad”. Son necesarias “la frescura, la fantasía y la novedad” para no encerrarse en “las propias posiciones estáticas e inamovibles”.

5. La quinta enfermedad es la “mala coordinación”. Cuando falta la colaboración y el espíritu de equipo –“el pie que le dice al brazo no tengo necesidad de ti”— es cuando llega “el malestar y el escándalo”.

6. La sexta enfermedad es el “Alzhéimer espiritual”: “Lo vemos en aquellos que han perdido la memoria del encuentro con el Señor (…) y dependen completamente de su presente, de sus pasiones, de sus caprichos y manías; (…) convirtiéndose en esclavos de los ídolos esculpidos por sus propias manos”.

7. La séptima enfermedad es “la rivalidad y la vanagloria”, cuando “la apariencia, el color de los vestidos y las insignias de honor se convierten en el objetivo prioritario de la vida”. Huelgan más comentarios.

8. La octava enfermedad es la “esquizofrenia asistencial”, sufrida por aquellos que viven “una doble vida”, que se dedican a los asuntos burocráticos de la Santa Sede perdiendo el contacto con la realidad de las personas concretas: “Se crean así un mundo paralelo y viven una vida escondida y a menudo disoluta. La conversión de estas personas es urgente”.

Las siguientes enfermedades detalladas por el Papa no son exclusivas del interior del Vaticano. Se puede decir que son virus universalmente expandidos.

9. La novena enfermedad es el peligro de la afición a criticar y a cotillear –“¡hermanos, guardémonos del terrorismo de las habladurías!”-

10. La décima enfermedad es el peligro de “divinizar a los jefes”, un peloteo vital en el que tantos basan su ambición de ascender, “pensando sólo en lo que se puede obtener y no en lo que se debe ofrecer”.

11. La undécima enfermedad es “la indiferencia hacia los demás”, muy unida también a los celos, “cuando cada uno piensa sólo en sí mismo y pierde el calor de las relaciones humanas”.

12. La duodécima enfermedad es –la de “la cara fúnebre”: “El religioso debe ser una persona amable, serena y entusiasta, una persona alegre que transmite alegría. ¡Qué bien hace una buena dosis de humorismo”.

13. La decimotercera enfermedad es “la de acumular bienes materiales”

14. La decimocuarta enfermedad es “la de los círculos cerrados”

15. La decimoquinta enfermedad es el “aprovechamiento mundano, de los exhibicionistas”, la de aquellos que “transforman su servicio en poder, y su poder en mercancía para obtener ganancias mundanas o aún más poder”.

Fuentes:

Pablo Ordaz: "El Papa advierte de las 15 enfermedades que golpean la Curia"
Francisco pide a la jerarquía católica autocrítica sobre "el complejo de los elegidos", la mundanidad, el exhibicionismo y la vanagloria, Roma, 22 DIC 2014 - 15:37 CET.

JESÚS COLINA: "Histórico discurso del Papa Francisco: Las 15 enfermedades de la Curia Romana"
El Pontífice pide a sus colaboradores que pidan perdón a Dios por sus pecados. RELIGIÓN, en Aleteia, 22.12.2014
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