San Juan Evangelista
27 de diciembre: san Juan
Un gran signo apareció en el cielo: una mujer vestida del sol,
“Un gran signo apareció en el cielo:
una mujer vestida del sol, y la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza” (Ap 12, 1).
Señora, necesitamos saber que estás gloriosa en el cielo,
que participas en el triunfo de tu Hijo primogénito,
y encabezas la innumerable asamblea de los santos,
Tú la reina del cielo y de todos los que han llegado a la gloria.
Señora, en estos momentos presentistas, atrapados por lo inmediato,
tú eres el mejor horizonte para librarnos del momento oscuro,
la aurora luminosa por la que estrenar cada jornada,
la esperanza que nos sostiene y nos posibilita la andadura.
Tú, de nuestra carne mortal has alcanzado la bienaventuranza.
tú eres la bendita, que nos hace herederos de bendición,
por causa de Jesucristo, a quien tú diste a luz en Belén,
y a quien mantuviste en la certeza de ser amado en la cruz.
Necesitamos sabernos sostenidos y amados por ti,
capaces de recorrer el camino de la existencia con esperanza.
Librarnos del secuestro de nosotros mismos, intrascendentes.
Y contemos siempre con la promesa de verte, santa Madre de Dios.
Y mientras caminamos por el desierto de la vida,
intercede ante tu Hijo Jesús, como madre nuestra.
Gracias por cuanto haces por nosotros, aunque no lo veamos.
Gracias por lo que percibimos, por tu intercesión.
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