Los que confían en el Señor no tiemblan, están firmes y no vacilan: “Confiad siempre en Dios, es el camino recto”. I Domingo de Cuaresma

La experiencia de desierto

21 de febrero, I Domingo de Cuaresma

La experiencia de desierto

Evangelio:

“El Espíritu lo empujó al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían. Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: «Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio».” (Mc 1, 12-15)

Santos Padres: 

“Nuestra vida en medio de esta peregrinación no puede estar sin tentaciones, ya que nuestro progreso se realiza precisamente a través de la tentación, y nadie se conoce a sí mismo si no es tentado, ni puede ser coronado si no ha vencido, ni vencer si no ha combatido, ni combatir si carece de enemigo y de tentaciones.” (San Agustín) 

Consideraciones 

  • - Observamos la concurrencia que se da entre el texto del Evangelio de Marcos, y el comienzo del libro del Génesis. Al principio, Adán, en medio de los animales, cayó en la tentación, y el ángel lo expulsó del Paraíso. Jesús en medio de las fieras venció la tentación y los ángeles le servían.
  • - San Agustín interpreta magistralmente el sentido de la tentación, sin ella no hay progreso, ni se acrisola la fidelidad. En la prueba se quilata el discípulo.
  • - Si hay tentación, hay vida. Jesús, recién bautizado, sufre la embestida de Satanás. Los bautizados no podremos carecer de combates.

PROPUESTA 

Los que confían en el Señor no tiemblan, están firmes y no vacilan: “Confiad siempre en Dios, es el camino recto”.

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