Cenáculo Don De Temor de Dios

Temerme a mí de ofender a Dios

Semana del Cenáculo

Invocación al Espíritu Santo

Don de Temor de Dios: Este don nos mantiene en el debido respeto frente a Dios y en la sumisión a su voluntad, apartándonos de todo lo que le pueda desagradar. “Reposará sobre él el espíritu de Yahveh: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahveh” (Is 11,2).

Hemos sido creador como expresión del Amor de Dios. “El  hombre  es  criado  para  alabar,  hacer  reverencia  y  servir  a  Dios  nuestro  Señor  y,  mediante  esto,  salvar  su  ánima;  y  las  otras  cosas  sobre  la  haz  de  la  tierra  son  criadas  para  el  hombre,  y  para  que  le  ayuden en la prosecución del fin para que es criado” (san Ignacio). El don del Temor de Dios es una relación filial, reverencial. El alma se preocupa de no disgustar a Dios, amarlo como Padre, de no ofenderlo en nada, de "permanecer" y de crecer en la caridad”.

Ven, Espíritu Santo,

toma mi debilidad

y conviértela en mediación

de generosa misericordia.

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