18ª Etapa – II Sábado de Cuaresma – San José 

Texto bíblico 

“Sus padres solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados». Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?». Pero ellos no comprendieron lo que les dijo” (Lc 2, 42-44. 48-50). 

Comentario 

Los relatos evangélicos son complementarios, y gracias a las dos tradiciones, la de Mateo y la de Lucas, conocemos la figura y el oficio del hombre que se desposó con la madre de Jesús, José, que a los ojos de la sociedad era el padre del Hijo de María. Solo ellos sabían el origen divino del pequeño Jesús. El texto lucano adelanta la revelación del verdadero Padre del Hijo de María, a la vez que nos muestra el proceso en la búsqueda de Dios, que supera los vínculos de la carne y de la sangre. 

Imagen – San José 

Cada vez se valora más la persona de san José por el oficio que desempeñó como custodio de las dos personas más sagradas de la historia. La nobleza, justicia, santidad, honestidad, laboriosidad, ternura y delicadeza que demuestra el esposo de María de Nazaret son   estímulos a la hora de querer vivir la relación con las benditas personas. 

Obediencia - Humildad 

En el camino cuaresmal se nos invita a diferentes actitudes para despertar nuestra conciencia de hijos de Dios y reavivar la fe en Jesucristo, quien nos ha redimido con su Pasión, muerte y Resurrección. San José destaca por su obediencia y humildad, virtudes esenciales en la vocación que tenemos de ser santos. 

Propuesta 

¿Qué virtud de san José admiras más e intentas imitar?