35ª Etapa – V Martes de Cuaresma

Texto bíblico

“Entonces dijo Jesús: «Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada»” (Jn 8, 28-29). 

Comentario 

Jesús a la vez que profetiza su muerte, trae a la memoria la serpiente levantada en alto en tiempos de Moisés, y quien la miraba, quedaba curado. El Crucificado atraerá los ojos de quienes lo reconozcan como Hijo de Dios, quien nos revela el secreto de su ofrenda: “El que me envió está conmigo”. 

Imagen: La Cruz 

La guerra, la pandemia, el volcán, la depresión económica, los problemas sociales, los deportados, los refugiados… son presencia de cruz, de sufrimiento, de soledad. Jesús se atreve a pronunciar su muerte, pero a la vez confiesa, “no estoy solo”. 

“Yo soy” 

El crucificado es la revelación de Dios. El que muere es el Dador de vida. No muere por desesperación, ni por razón política, sino por un designio de amor, para revelar hasta dónde nos quiere su Padre: “Tanto amó Dios al mundo que nos entregó a su Hijo”. 

Propuesta 

¿Eres solidario con los que sufren?