1 de Marzo, II Lunes de Cuaresma
Dan 9. 4b-10; Sal 78; Lc 6, 36-38
Evangelio:
“Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros»” (Lc 6, 36-38).
Santos Padres:
“Acerquémonos con un corazón sincero y una conciencia pura, para que alcancemosgracia y misericordia en el tiempo oportuno: la gracia y la misericordia del Hijo único, nuestro Señor y salvador Jesucristo, por el cual y con el cual sea la gloria, el honor y el poder al Padre y al Espíritu dador de vida, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén (San Juan Crisóstomo).
Consideraciones
- - Los textos bíblicos nos aseguran que Dios es clemente y misericordioso, lento a la ira y rico en piedad. Ejemplo para actuar de la misma manera.
- - Para beneficiarse de la misericordia divinaes necesario que reconozcamos nuestra debilidad, el propio pecado, y pedir humildemente perdón.
- - Nadie podrá decir que ha pedido perdón a Dios y que no lo ha recibido, si ha acudido a Él con humildad.
Propuesta
Al rezar el Padre Nuestro, ¿sientes que perdonas de la misma manera que pides perdón a Dios?