¿Tienes la casa dispuesta para acoger al Señor? II Sábado de Adviento

II Sábado de Adviento
II Sábado de Adviento

Zaqueo baja del árbol

14 II Sábado Adviento: El sicómoro 

“El Señor dijo: «Si tuvierais fe como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: "Arráncate y plántate en el mar", y os habría obedecido» (Lc 17, 6). 

El sicómoro 

Este árbol es de la familia de los ficus y una variante de higuera, que puede crecer hasta dimensiones gigantescas, por lo que se comprende mejor la imagen que emplea Jesús para demostrar el poder de la fe, al referirse a un árbol de enormes proporciones. En Jericó se conservan ejemplares cuyo tronco no alcanzan a abrazar entre cuatro personas. Y es en esta ciudad donde transcurre el episodio más revelador en el que aparece el sicómoro como plataforma que usa Zaqueo para ver a Jesús, “pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí” (Lc 19, 3-4). 

Dónde conocer a Jesús 

Las palabras de Jesús, al pasar por debajo del sicómoro donde estaba subido Zaqueo, se pueden interpretar no solo como una petición de que bajara físicamente del árbol, sino como una actitud espiritual, de no poner el empeño en subir a podio de la autojustificación, sino hospedar al Señor dentro de la propia casa, en el interior del ser, donde acontecen las cosas de Dios. En Adviento, el mensaje de Jesús: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa» (Lc 19, 5), es invitación que recibimos cada uno. 

Propuesta 

¿Tienes la casa dispuesta para acoger al Señor?

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